Crónicas de rock
Toto en el Movistar Arena de Bogotá: el sonido eterno de los años ochenta aún brilla con potencia
En dos generosas horas, el escenario repleto cantó y siguió a la banda y a Steve Lukather en cada paso que dieron, amando ‘Hold the Line’, ‘Africa’ y ‘Rosanna’, pero también sus canciones menos conocidas y sus alucinantes covers. Otro absoluto conciertazo en este noviembre histórico.
En un mes que ha dejado memorables e incontables momentos para el público musical de la capital, lo más asombroso ha sido comprobar que ninguno ha sido mejor que el otro: todos han sido increíbles. El nivel ha sido excepcional, desde lo que dejó Paul McCartney, lo que trajeron Slipknot y Linkin Park, lo que ofrecieron The Smashing Pumpkins y luego Franz Ferdinand, así como lo que arrojaron el Colombia Metal Festival y el masivo y concurridísimo Rock al Parque. Y aún faltan enormes conciertos, como el de Iron Maiden (el 24), como el de Keane (el 23) y como el de ANIMAL (el 30), que celebra su primer e increíble disco, Fin de un mundo enfermo.
Anoche, el turno de sumarse a esta avalancha de conciertos de rock internacional sin precedentes le tocó a Toto, con ese sonido entre setentero y ochentero nacido en el corazón de Los Ángeles que a miles se nos metió debajo la piel sin darnos cuenta, quizá por la influencia de la radio, quizá porque sus canciones son excelentes y su nivel musical, innegable. Toto arrancó a mediados de los años setenta entregando una absoluta mezcolanza de estilos desde la excelencia y creatividad de sus músicos, y eso sigue ofreciendo. Esto si bien muchos de los músicos, por el ineludible y brutal paso del tiempo, han cambiado: David Paich no puede salir de gira, pero da su venia a la banda, y los hermanos Jeff y Mike Porcaro (que ya fallecieron) están de espíritu desde sus aportes increíbles. Y, claro, sus reemplazantes son unas bestias en sus instrumentos, porque no podía ser de otra manera.
El 18 de noviembre de 2024, no cupo duda, toda la potencia de sus guitarras, de sus baterías, la coalición de teclados y sintetizadores, la genial y característica unión de voces en armonía, todo sucedió y asombró anoche en un Movistar Arena que una vez más se llenó de gente y de entusiasmo. La gente se cantó todo, además.
La agrupación hoy liderada por el guitarrista Steve Lukather y el cantante Joseph Williams (gran voz, hijo del histórico John Williams, y quien también, nos enteramos anoche, dio su voz para la memorable ‘Hakuna Matata’ de El rey león), va musicalmente desde lo más sensaciosuave, hasta lo heroico (ese tipo de heroico ochentero, ilustrado en el coro de ‘Pamela’), pasando por lo divertido (‘I’ll Supply the Love’ es jodidamente divertida) y lo funky, aterrizado en muchos tramos de progresivo impresionante. El de Toto es un viaje sonoro difícil de encasillar, y en ese sentido es altamente estimulante.
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No puedo decir que era un gran fan de la banda, pero la música ayer habló claro. Toto hizo de la experiencia una memorable, a pesar de los dos colegas de un portal económico que fueron al concierto a hablar durísimo, en un total irrespeto a la música y a la gente alrededor (no sean esas personas, nunca, por favor).
El concierto se extendió por dos horas, considerablemente más de lo que tocaron en México, en el marco del festival Corona Capital. Y quedó claro que esa mezcla entre canciones intemporales y performances excepcionales de todos los músicos no tenía pierde. Históricamente, Toto es la unión de talentos de estudio absolutamente virtuosos que traducen en vivo esa contundencia sonora. Por algo han alcanzado más de 5.000 millones de reproducciones en las plataformas musicales y por algo generan tanto fervor en un público que parece calmado en un principio y luego se desata.
Además de las rotundas entregas de sus éxitos ‘Hold the Line’, ‘Rosanna’ (sonó genial, y Lukather se voló con un solo supersónico) y ‘Africa’, que cantaron con la gente emocionada que la había esperado toda la noche y toda su vida, hay que destacar la genial entrega de sus temas menos conocidos y también las hermosas y poderosas versiones que dejaron de ‘Little Wing’ (de la Jimi Hendrix Experience) y de ‘With a Little Help from my Friends’, originalmente de The Beatles, pero versionada desde lo que Joe Cocker propuso (en esa interpretación tan recordada por Woodstock, por su emoción y por abrir la serie Los años maravillosos). Ambas fueron nada menos que sublimes, regalos muy agradecidos para todos los amantes de la música y de la guitarra asombrosa.
El setlist bogotano
‘Girl Goodbye’
‘99′
‘Pamela’
‘Jake to the Bone’
‘I Won’t Hold You Back’ (el inmenso Greg Phillinganes se voló en este pedazo con sus teclados)
‘Burn’
‘I’ll Be Over You’
‘Stop Loving You’
‘Little Wing’ (cover de The Jimi Hendrix Experience)
Solo de batería (a cargo del impresionante Shannon Forrest)
‘I’ll Supply the Love’
‘A Thousand Years’ (Willliams aseguró que jamás habían interpretado esta canción en vivo)
‘Georgy Porgy’
‘Dying on My Feet’
‘Home of the Brave’ (en esta vino la presentación de la banda, con pequeños cortes de ‘Beat It’, ‘I Keep Forgetting’, ‘The Power of Love’ y más)
‘With a Little Help From My Friends’ (cover de The Beatles, pero tocada en la versión de Joe Cocker)
‘Rosanna’
‘Africa’