EVENTO

Un homenaje a Cervantes

Entre el 13 y el 27 de abril el Centro de Cooperación Española de Cartagena exhibirá 11 óleos de María Paulina Espinosa que retratan personajes influyentes en la vida del escritor.

31 de marzo de 2018

Todas esas historias me entran al alma”, dice María Paulina Espinosa para referirse al significado de los cuarteles que conforman el escudo de España, o a la devoción que tenían los españoles por la Virgen de los Navegantes. También habla de Carlos V, Francisco de Quevedo, Felipe ll y el duque de Lerma. Durante dos años estudió y retrató sus imágenes con la técnica de óleo sobre lienzo y las agrupó bajo el nombre 400 años de Cervantes. Una exposición de 11 cuadros llegará el próximo 13 de abril al Centro de Cooperación Española en Cartagena de Indias, con el fin de contar la vida y las historias de los personajes que habitaron el contexto del escritor español.

Durante 15 días estarán expuestos los lienzos que decidió pintar hace un par de años, cuando en la Feria del Libro de Bogotá asistió a la conmemoración de los 400 años de la muerte de Cervantes, el escritor del libro más traducido y leído de la historia de la literatura, después de la Biblia. Don Quijote de la Mancha ha vendido más de 400 millones de ejemplares y ha sido traducido a 140 lenguas, según cifras del Instituto Cervantes. “Más allá de pintar, mi labor es ser una mensajera de cultura. Esto es transmitirle a la juventud un poco de historia, que tanta falta le hace”, dice Espinosa.

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Esta serie de retratos está inspirada en el libro Vida y sociedad en tiempos del Quijote (Lunwerg); pero sus referentes van desde el retratista José María Espinosa (de quien es descendiente), los colombianos Obregón, Botero y Grau, el ecuatoriano Oswaldo Guayasamín o el brasileño Cândido Portinari hasta los grandes europeos como Caravaggio, Rembrandt y Da Vinci. Ha estudiado con maestros como Muñoz Vera, Carmen Espinola, David Manzur y Cecilia Delgado, y durante tres años asistió a clases de pintura e historia del arte en el Museo del Prado en Madrid.

Motivada por una afinidad con el arte y el aprendizaje de la historia, María Paulina pasó de gestionar logros artísticos para el país, como el mural de Alejandro Obregón para las Naciones Unidas y el triunfo del pabellón colombiano en la Feria Universal de Hannover (Alemania), a crear sus propias obras y difundirlas. No están a la venta, pues su autora espera recorrer con ellas Bogotá, Villa de Leyva, Quito, Lima, Madrid y todos aquellos espacios propicios para divulgar una exhibición que trasciende la pintura para llegar a la historia.

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María Paulina Espinosa recuerda que cuando tenía 7 años se reunía con más de 20 primos en el comedor de La Magdalena, la antigua hacienda de la familia Espinosa, para pintar las casullas que usaban los sacerdotes de Soacha. Unos pintaban la hostia, otros el JHS y otros las espigas. Su abuela Rosa María Ponce de León, condecorada por el papa Pío XII, les enseñaba a coger el pincel y a mezclar los colores; algunas veces los acompañaba tocando el piano y siempre les daba dulces al final de la tarde. Desde entonces, la pintura ha sido compañía y disfrute para Pum Pum, como la llamó su papá desde pequeña y como la conocen ahora su familia y sus amigos.

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En medio de una trayectoria consagrada a la política, la diplomacia y el trabajo social, para María Paulina el arte y las humanidades siempre han estado presentes. Nunca ha dejado de pintar. Lo ha hecho tanto como sus responsabilidades se lo han permitido: estuvo vinculada a la Liga contra el Cáncer, dirigió el Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá, fue ministra de Turismo del expresidente Andrés Pastrana, fue primer secretario de la embajada colombiana ante Naciones Unidas, embajadora de Colombia en la Feria de Hannover en 2002, embajadora en Quito durante el gobierno de Álvaro Uribe, escribió sobre Manuela Sáenz y Soledad Román, además fue concejal y representante a la Cámara, entre muchos otros cargos. La pintura y la historia han sido un eje transversal a sus demás labores y ahora hace de ellas un instrumento de educación para el país.