Aniversario
Un paseo en imágenes por los 85 años de la Sinfónica Nacional de Colombia (y detalles del festejo del jueves 19)
Recrear ese primer concierto que dio en una fría noche bogotana en 1936, eso plantea la OSNC para celebrar un recorrido que ha reunido los deseos, esfuerzos y talentos de muchos músicos y maestros colombianos y extranjeros.
La extraordinaria Orquesta de los colombianos cumple tres cuartos de siglo de recorrido y lo celebrará en el Teatro Colón de Bogotá, su casa, este jueves 19 de agosto a las 7:30 p.m..
No será un concierto como los demás, pretende prender la máquina del tiempo y llevar al público a 1936, el año de su creación. Por esta razón, la Sinfónica interpretará el programa que interpretó en su primer concierto: la Obertura de Ifigenia en Áulide de Gluck, la Sinfonía Concertante para violín y viola de Mozart, y la Sinfonía “Italiana” de Mendelssohn.
A lo largo de su extensa historia, la Sinfónica ha sufrido diferentes cambios. Se conformó en 1936 bajo el nombre de Orquesta Sinfónica Nacional, constituida como una agrupación independiente, apoyada económicamente por el Gobierno Nacional. A pesar del mecenazgo estatal, que cada año era más insuficiente para cubrir las necesidades de la agrupación, la Orquesta logró sobrevivir hasta 1952, cuando luego de importantes gestiones se logró consolidar la existencia de la Orquesta Sinfónica de Colombia.
Allí se dispuso que la otrora Orquesta Sinfónica Nacional, convertida ahora en una nueva institución musical, quedara adscrita al Ministerio de Educación Nacional. Finalmente, en diciembre del año 2002, la Orquesta fue liquidada por el Gobierno Nacional, junto con la Banda Nacional. Al año siguiente (2003), fue creada la Asociación Nacional de Música Sinfónica, entidad bajo la cual se constituyó la orquesta que hoy en día se mantiene, y que recoge todo el trabajo sinfónico cosechado por sus antecesoras: la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia (más abajo encontrará una historia expandida de la OSNC).
La batuta de la gala musical será sostenida por el maestro antioqueño Alejandro Posada, quien fue el primer colombiano en la historia del país en ser nombrado director titular de una orquesta profesional europea y que en la actualidad, es uno de los directores de orquesta más destacados de América Latina. Posada, a lo largo de su carrera, ha dirigido cerca de 75 orquestas sinfónicas en más de 20 países y para esta ocasión, hará honor a quien en su momento lideró a la Sinfónica Nacional en sus primeros conciertos, el maestro Guillermo Espinosa.
Los solistas de la noche serán los maestros Angélica Gámez en el violín y Raúl García en la viola, quienes sin duda evocarán el virtuosismo de Herbert Froehlich y de Gerhard Rothstein, respectivamente; maestros que se desempeñaron como solistas en ese primer concierto, en una fría y acogedora noche de agosto de 1936.
Además, los asistentes al concierto recibirán un par de piezas de colección: una edición especial del Programa, con las características gráficas de aquel que se entregó en el primer concierto y el cartel oficial de esta conmemoración, impreso en la especial técnica de serigrafía e ilustrado por José Rosero, uno de los artistas más reconocidos de Colombia (un cartel fantástico, como se puede).
“Tres nombres, una orquesta”: un recorrido por una historia musical memorable
Podría considerarse que los cimientos de la Orquesta Sinfónica Nacional se remontan a muchos años atrás. En efecto, para el remoto año de 1846 se fundó en Bogotá la Sociedad Filarmónica de Conciertos por iniciativa de Henry Price y José María Caicedo y Rojas, entre otros ilustres interesados en la vida cultural de la capital de la joven nación. En el discurso, que aunque no pudo ser leído en la velada inaugural del 11 de noviembre de 1846, pero que fue publicado en el periódico El Día, se percibe la finalidad de la Sociedad, según escribió el Padre José Ignacio Perdomo: “Por lo que respecta al establecimiento de la Filarmónica, tampoco ignoráis vosotros que el principal objeto de su fundación ha sido la de estimular y fomentar el gusto incipiente por la música en nuestro país y tratar de elevar éste al grado de perfección y de prosperidad a que debe llegar entre nosotros “.
Alfonso Cifuentes y Gutiérrez añaden que: “Siete primeros violines, diez segundos violines, dos violas, tres violonchelos, tres contrabajos, cuatro flautas, dos oboes, cinco clarinetes, tres fagotes, cinco trompas, una trompeta, tres cornetas, un oficleido, un timbal y un bombo, formaron el conjunto inicial y sorprendente que deleitó a Bogotá con la ejecución de las obras de los grandes maestros”. Once años de vida tuvo la Sociedad Filarmónica de Conciertos que permitió que se escucharan por estas latitudes, quizás en muchos casos por primera vez, algunas páginas musicales de compositores como Mozart, Haydn, Beethoven, Rossini, Weber, entre otros, aparte de algunas obras de autores nacionales como José Joaquín Guarín y, del ciudadano inglés pero colombiano por adopción, Henry Price.
Siete primeros violines, diez segundos violines, dos violas, tres violonchelos, tres contrabajos, cuatro flautas, dos oboes, cinco clarinetes, tres fagotes, cinco trompas, una trompeta, tres cornetas, un oficleido, un timbal y un bombo, formaron el conjunto inicial y sorprendente que deleitó a Bogotá con la ejecución de las obras de los grandes maestros
Durante las últimas décadas del siglo XIX se vuelve a encontrar una orquesta en la Academia Nacional de Música que había sido fundada por Jorge W. Price –hijo de Henry Price-, institución antecesora del actual Conservatorio de Música de la Universidad Nacional. En 1910, al retorno de Europa del maestro Guillermo Uribe Holguín y al quedar la Academia bajo su dirección –la cual desde entonces se llamó Conservatorio-, se organizó con profesores y alumnos la Orquesta Sinfónica del Conservatorio. Importante mencionar que antes de su viaje a Europa, el maestro Uribe Holguín junto con Andrés Martínez Montoya, ilustre músico quien era Rector de la Academia, habían conformado una agrupación que ya podía ejecutar algunos fragmentos sinfónicos.
En 1920 dicha orquesta fue reorganizada bajo el nombre de Sociedad de Conciertos Sinfónicos del Conservatorio, con la cual funcionó hasta el retiro del maestro Uribe de la dirección de dicha institución en 1935. La orquesta dejó de depender del Conservatorio y, manteniendo el mismo personal, se convirtió a partir de 1936 en institución autónoma e independiente, cambiando una vez más su denominación por Orquesta Sinfónica Nacional, la cual, bajo la Dirección de su Titular Guillermo Espinosa, ofreció su primer concierto el 17 de agosto de ese mismo año. Espinosa organizó importantes eventos, como el Primer Festival Iberoamericano de Música en 1938, con ocasión del Cuarto Centenario de la fundación de Bogotá. Nombrado el Maestro Espinosa director musical de la Unión Panamericana, fue reemplazado por el Maestro Jaime León y un año más tarde asumió la titularidad el Maestro Gerhard Rothstein.
A pesar del mecenazgo estatal, que cada año era más insuficiente para cubrir las necesidades de la agrupación, la Orquesta logró sobrevivir hasta 1952, cuando luego de importantes gestiones se logró consolidar la existencia de la Orquesta Sinfónica de Colombia mediante la reglamentación del Decreto Extraordinario Nº 2916 del 24 de noviembre de 1952. Allí se dispuso que la otrora Orquesta Sinfónica Nacional, convertida ahora en una nueva institución musical, quedara adscrita al Ministerio de Educación Nacional. La ahora llamada Orquesta Sinfónica de Colombia, ofreció su primer concierto en julio de 1953, bajo la batuta del maestro estoniano Olav Roots.
En 1968 la Orquesta Sinfónica de Colombia fue adscrita a la Subdirección de Bellas Artes del Instituto Colombiano de Cultura, Colcultura, de conformidad con el artículo 12 del Decreto 3154.
A la muerte del maestro Roots, acaecida el 30 de enero de 1974, la Orquesta actuó bajo la batuta de directores como Ernesto Díaz A., Leopoldo de la Rosa, Ricardo del Carmen, Eduardo Charpentier de Castro, Luis Biava, Jaime León, Helmuth von Hoff y Daniel Lipton, quien se desempeñó como titular de 1975 a 1979. En septiembre de 1981, fue nombrado como director asistente el maestro Luis Biava y, posteriormente, asumió el cargo de director titular entre 1982 y 1984. En 1985 fue nombrado titular el maestro holandés André Rieu (padre del famoso violinista). El 6 de Marzo de 1987, Eduardo Carrizosa dirigió su primer concierto como director asistente y el 7 de abril de 1989 se nombró titular a Simón Blech. A partir de febrero de 1991 fue nombrado director titular el uruguayo Federico García Vigil, quien se desempeñó como tal hasta diciembre de 1993. En enero de 1994 es nombrado director titular el maestro búlgaro Dimitr Manolov, quien en funciones de su cargo fallece el 25 de septiembre de 1998. Ya en 1996 se había nombrado como director asociado al maestro Alejandro Posada Gómez, director colombiano natural de Medellín.
A partir del 31 de diciembre de 1997, la Orquesta Sinfónica de Colombia entra a formar parte del Ministerio de Cultura, creado el 7 de agosto del mismo año. Iniciando la temporada 2000, el Ministerio de Cultura invita al maestro norteamericano Irwin Hoffman a asumir la titularidad.
En diciembre del año 2002, la Orquesta fue liquidada por el Gobierno Nacional, junto con la Banda Nacional. Al año siguiente (2003), fue creada la Asociación Nacional de Música Sinfónica, entidad bajo la cual se constituyó la orquesta que hoy en día se mantiene, y que recoge todo el trabajo sinfónico cosechado por sus antecesoras: la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, una agrupación que se compuso por varios de los maestros de la anterior orquesta, y que incluyó en su plantilla a una nueva generación de músicos destacados. En los inicios de esta nueva etapa, la Sinfónica estuvo bajo la asesoría y dirección tripartita de los maestros Luis Biava, Eduardo Carrizosa y Alejandro Posada, e incluso, la batuta del maestro Adrián Chamorro, fue fundamental en las preliminares de la agrupación. Posteriormente, fue Baldur Brönnimann, quien asumió la dirección titular desde el 2008, hasta el 2012. Después de la partida del maestro suizo, la Orquesta tuvo un corto periodo sin un titular y fue en 2014 que Tomasz Golka asumió el cargo de forma efímera ya que para el 2015 se había retirado de su posición. Para inicios de 2016, se posicionó en el cargo el maestro francés Olivier Grangean, quien culmina en 2021 su periodo como director titular.
Durante su larga historia de música Sinfónica, con la Orquesta han actuado famosos solistas como Jasha Heifetz, Leonid Kogan, János Starker, Paul Tortelier, Erna Sack, Nicanor Zabaleta, Marian Anderson, Joaquín Achúcarro, Paul Badura-Skoda, Claudio Arrau, Giorgy Sandor, Artur Rubinstein, Daniel Heifetz, Christine Walewska, Narciso Yépez, Nobuko Imai, Pierre Fournier, Eva Marton, Katia Richiarelli, Olga Borodina, Alexander Hvorostovsky, Luis Bacalov, Johannes Moser, Andrea Bocelli, Benjamin Schmid, Roberto Alagna, José Carreras, Gabriela Montero, Anna Netrebko, y ha sido dirigida en memorables conciertos por Paul Hindemith, Igor Stravinsky, Aram Khachaturian, Aaron Copland, Antal Dorati, Blas Galindo, Roque Cordero, Carlos Chávez y en tiempos más cercanos, Andrés Orozco-Estrada, Rossen Milanov, Carl St. Clair, Henrik Schaefer y Gustavo Dudamel, entre muchos otros.
Dentro de sus objetivos, y a lo largo de su historia, la Orquesta ha promocionado e incentivado la labor de compositores e intérpretes nacionales, brindándoles el estímulo para escribir y presentar sus obras. En cumplimiento de su naturaleza como la Orquesta de los colombianos, ha sido punto de apoyo para la creación de orquestas sinfónicas y de cámara en distintos departamentos, y pilar fundamental, en el desarrollo de festivales como el de Música Religiosa en Popayán, Festival Internacional de Piano de Bucaramanga, Festival Internacional de la Cultura de Tunja, así como giras de conciertos por la mayor parte del territorio nacional.
Es de destacar la labor desarrollada por varios de sus directores titulares, entre ellos el maestro Manolov, quien aparte de realizar estrenos en Colombia de obras del repertorio universal y nacional, innovó la tradición de los conciertos sinfónicos, al ofrecer montajes escénico - musicales, con obras tales como Carmina Burana de Carl Orff, el estreno en Colombia de Iván el Terrible de Sergei Prokofiev y de Juana de Arco en la Hoguera de Arthur Honegger, por mencionar algunas.
En la actualidad, teniendo presente su trayectoria histórica y con miras a un futuro de más impacto hacia la comunidad, la Orquesta desarrolla una programación que incluye la concepción clásica de los conciertos sinfónicos y la captación de nuevos públicos a través de las propuestas didácticas y familiares, conciertos al aire libre, música en los templos y temporadas de ballet, ópera y zarzuela.
Cabe resaltar que los integrantes de la Sinfónica siempre han sido músicos profesionales del más alto nivel y artistas integrales que entregan y han entregado el alma en cada nota. Por eso la vibrante energía y conmovedora belleza presentes en cada concierto aseguran una experiencia verdaderamente transformadora e inolvidable.
BIBLIOGRAFÍA: Marulanda, J. C. (2002). Sobre la Orquesta Sinfónica de Colombia en sus primeros 50 años. / Ministerio de Cultura, Dirección de Artes (2002). Orquesta Sinfónica de Colombia 50 años, 1952 – 2002.