Videojuegos
Una nueva entrega del videojuego ‘Assassin’s Creed’ suscita polémica en Japón
La discusión en torno al esperado y arriesgado proyecto involucra precisión histórica y racismo.

Un nuevo episodio del videojuego Assassin’s Creed, conocido por sus minuciosas reconstrucciones históricas, suscita esta vez polémica, al presentar un samurái negro en el Japón del siglo XVI.
Shadows se estrena el jueves, y es la decimocuarta entrega de la saga. El escenario ha sido desarrollado en 3D, con ciudades fortificadas y majestuosos templos. “Han hecho un trabajo realmente asombroso, muy preciso en la reconstrucción”, se entusiasma Pierre-François Souyri, historiador francés especialista en Japón y consultor del juego.

La empresa francesa creadora del juego, Ubisoft, contrató una decena de expertos e historiadores, principalmente franceses y japoneses, para acercarse lo más posible a la realidad histórica y evitar clichés y anacronismos.
Souyri explica que fue contactado en el otoño de 2021, y que desde entonces ha respondido a “un buen centenar de preguntas” de los creadores, que abarcan desde cómo se obtenía sal en aquella época hasta los espectáculos de marionetas.
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“Como es un período muy agitado”, marcado por numerosos conflictos, “no es muy difícil inventar en medio de todo esto personajes a quienes les ocurren aventuras”, subraya el historiador.
“Falta de respeto cultural”
Pero una elección en particular ha generado numerosos debates: la de Yasuke, un personaje negro al servicio del señor de la guerra Oda Nobunaga, con el estatus de samurái.
Este título indignó a una parte de los jugadores japoneses, hasta el punto de que una petición que denunciaba “un grave problema de exactitud histórica y una falta de respeto cultural” reunió más de 100.000 firmas.
“El planteamiento del juego es afirmar que él era samurái”, explica Souyri. “No se trata de una tesis universitaria”. “Es un personaje que realmente existió”, insiste el especialista, “pero los textos en los que se menciona nos dicen cosas a veces difíciles de interpretar”.
En cambio, Yuichi Gozai, profesor adjunto en el Centro Nacional de Investigación para los Estudios Japoneses en Kioto, considera que “nada prueba que Yasuke poseía tales habilidades” de samurái.
“Yasuke fue conocido sobre todo por su color de piel y su fuerza física”, asegura este especialista del Japón medieval, que considera probable que “(el señor de la guerra) Oda Nobunaga mantuviera a Yasuke a su lado para utilizarlo como un espectáculo”.

Las acusaciones de “apropiación cultural” o de “insensibilidad” respecto a la historia de minorías étnicas o religiosas han sido habituales en los últimos años en Hollywood, en el mundo del arte o la literatura.
A menudo esas acusaciones provienen de círculos académicos de izquierdas, o de oenegés.
Assassin’s Creed ya ha sido criticada en el pasado, por ejemplo cuando abordó la época de la Revolución Francesa, pero es la primera vez que enfrenta críticas tan virulentas antes incluso del lanzamiento de un episodio.
Un informe publicado en febrero del Observatorio Europeo del Videojuego abundó en la controversia al achacarla a personas identificadas como conservadoras, contrarias a “la presencia de personajes inclusivos”.
Campaña de desestabilización
“Nuestra utilización de Yasuke fue instrumentalizada por cierta población para transmitir su propio mensaje”, lamenta Marc-Alexis Côté, productor ejecutivo de la franquicia Assassin’s Creed. “Pero ese no es el mensaje del juego”, señala.
Tratar la historia de Japón sigue siendo un tema sensible, como lo muestran ciertas reacciones a fragmentos de Shadows donde un jugador daña el interior de un templo. “Entiendo el principio de laicidad en Francia, pero es importante reconocer que los insultos desconsiderados hacia la religión pueden provocar fuertes reacciones”, subraya Yuichi Gozai.

La temática del Japón medieval ha experimentado un renovado interés en los últimos años en los videojuegos, y éxitos como Sekiro (2019) o Ghost of Tsushima (2020) probablemente reforzaron en Ubisoft la idea de intentar la aventura.
“Hay un efecto tanto de exotismo como de cercanía que fascina a los occidentales”, analiza Pierre-François Souyri.
Pero, según Yuichi Gozai, “si estas representaciones refuerzan la discriminación y los prejuicios hacia Japón, se vuelven contraproducentes”. Para él, Assassin’s Creed Shadows cristaliza claramente “estas preocupaciones”.