DEPORTES
María Luisa Calle estará cuatro años lejos de las pistas
La ciclista antioqueña reconoció su dopaje en los Juegos Panamericanos de Toronto en el 2015 y aceptó la sanción que impuso la Unión Ciclista Internacional.
María Luisa Calle no aguantó más. Este miércoles, la ciclista antioqueña de 47 años admitió una ineludible verdad: reconoció su dopaje en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y aceptó la sanción de cuatro años lejos de las pistas que impuso la Unión Ciclista Internacional.
El año pasado, a Calle le fueron encontrados rastros de GHRP-2, un potenciador muscular y de tendones que habría ingerido para tener mayor rendimiento en la competencia.
En ese momento la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) suspendió temporalmente a la ciclista y trasladó la investigación a la UCI, pues María Luisa estaba decidida a defenderse y no aceptar la sanción que le impondrían.
Sin embargo, la pelea de la deportista llegó hasta este miércoles cuando se conoció que envió una carta a la UCI y pidió que se suspendiera la investigación, pues reconoció el dopaje. María Luisa también hizo conocer su decisión a la Federación Colombiana de Ciclismo.
Ahora se está a la espera de que la UCI se pronuncie frente al tema y haga formal la sanción que recibirá la reconocida ciclista colombiana.
El escándalo
En julio del año pasado, al tiempo que el país celebraba la medalla de oro que ganó Caterine Ibargüen en los Juegos Panamericanos, muchos se escandalizaban por un nuevo caso de doping, que involucraba a la antioqueña.
Por años, los episodios de dopaje han desacreditado los deportes de alto rendimiento. Esa vez, al inicio de la decimotercera jornada de los juegos que se celebran en Toronto, el país conoció que Calle había sido suspendida provisionalmente por haber dado positivo en uno de los controles de doping.
Ante la situación, su participación en las pruebas de ruta, es decir, las competencias contrarreloj individuales, tuvo que ser cancelada.
Pero esa no fue la primera vez que la ciclista protagonizaba un episodio de ese tipo. En el 2004 debió librar una larga pelea para ser exonerada del supuesto doping que casi le cuesta la medalla de plata que ganó en los Olímpicos de Atenas.
Con la confirmación del uso de estimulantes por parte de María Luisa Calle, los casos de dopaje en Toronto superaron la decena.