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Francesco Acerbi y su redención: gol al Barcelona; dejó atrás alcohol, cáncer y depresión
Detrás del anotador del gol que prolongó todo al alargue, hay una historia de superación de múltiples situaciones. Hoy está cerca de la gloria con Inter en Champions League.


Portales del mundo entero registraron el pasado martes la victoria épica del Inter de Milán ante el Barcelona por las semifinales de la Champions League 2024/2025.
Fue un juego de vuelta tan, o más apasionante, que el disputado una semana antes en el estadio de Olímpico de Montjuic.
De la ida entre españoles e italianos ya había quedado un empate a tres tantos; en esta oportunidad, fue el mismo marcador al término de los 90 minutos.

Uno de los protagonistas más cruciales de la llave fue el defensor italiano de 37 años, Francesco Acerbi, quien llegó a marcar en el 90+3′ el tanto que alargó todo al complemento.
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De no haber sido por este ‘gladiador’ de mil batallas deportivas y personales, el cuadro culé sería el que habría pasado a la final que del certamen, a disputarse el 31 de mayo en Múnich.
Redención de vida para Acerbi
La celebración tras el tanto marcado por Acerbi fue de lo más sentida. Entre la lluvia que caía torrencialmente en Milán se quitó la camiseta y dejó ver al mundo los tatuajes que su cuerpo llevaba entre pecho y espalda.
Múltiples marcas de tinta fueron visibles, pero las más importantes, el zaguero las lleva en el corazón y un día después se han ido haciendo virales por las historias que se han conocido de manera numerosa.
Portales italianos como Il Messaggero, de Italia, así como Sport de Barcelona, en España, dieron visibilidad a titulares de la historia de Acerbi.
Uno dijo “el Renacimiento de Acerbi en San Siro”, mientras que el otro apuntó a “Francesco Acerbi, el salvador del Inter de Milán: de superar un cáncer a ser el héroe de la Champions”.
Y es que la historia del número 15 de Inter, para llegar a estar cerca de la gloria en Champions League, no ha sido un camino de rosas.
Dos veces el cáncer atacó su vida, una vez la depresión le dio un golpe bajo tras el fallecimiento de su padre y por un buen tiempo fue goleado por el alcoholismo que no lo soltó fácil.
En declaraciones de años pasados, el mismo Acerbi reconoció su adicción al trago, donde aceptó que “no me respetaba, no respetaba mi trabajo, ni a quienes me pagaban”.
Además, decía acudir a las prácticas con los clubes en los que estaba aún estando bajo los efectos de estas bebidas: “A menudo llegaba al entrenamiento ‘achispado’, sin haberme recuperado de los efectos del alcohol”, dijo a ‘L’Ultimo Uomo’.
Junto a esto, mencionaba que no era necesario gran esfuerzo y por ello salía avante siempre: ”Físicamente me encontraba bien porque siempre he sido fuerte. Me valía con dormir un poco para rendir”.
Sin embargo, el partido en el que tuvo que sacar su aguerrido carácter lo enfrentó contra el cáncer, al cual le llama “mi suerte”. Y sorpresivamente dice: “Doy gracias a Dios por tenerlo”.
Fue tal como tocó fondo, que aún enfermo mantenía una vida desbordada: “Un día comencé a gritar ¡sal de mi cuerpo!, pero, seguía haciendo mi vida habitual. Tardes, bebidas, salía hasta las 7.00 horas de la mañana”.
Aunque pasó momentos complejos, afirma que el cáncer fue su salvación para luchar y lograr su redención: “Sin la enfermedad habría acabado jugando en la Serie B o, tal vez, me habría retirado”.
“Por fortuna alguien de ahí arriba me amaba y me envió la enfermedad. Sin ella hubiera terminado muy mal. Nadie me hubiera salvado”, terminó su relato, el cual toma hoy día un valor especial al salir como uno de los héroes del paso a la gran final de Champions League para Inter de Milán.