DEPORTES
VIDEO | Celebró el gol simulando comer pasto, lo expulsaron y a su equipo le remontaron en tiempo de descuento y lo eliminaron
Sucedió en la Copa de Asia. Los insólitos hechos le dan la vuelta al mundo.
Copa de Asia. Octavos de final colocaron frente a frente a Irak contra Jordania. Los de Jordania se fueron al frente al minuto 45+5, cuando el juez había dado seis minutos de reposición de la primera parte. Fue en el último suspiro de la primera parte que llegó la anotación.
Irak empató al minuto 67 de juego y ocho minutos más tarde anotó el segundo. El jugador con el número 18, Aymen Hussein, salió corriendo a celebrar con la gente y, acto seguido, se agachó y simuló comer pasto. La insólita celebración, que duró apenas segundos, fue considerada por el juez central como ofensiva y el delantero recibió tarjeta amarilla. Dado que ya había sido amonestado fue expulsado.
El cuerpo técnico de Irak reclamó, lo propio sus compañeros, mientras los futbolistas de Jordania le pedían que dejara el campo de juego. Para colmo de males para los iraquíes, el juez dio siete minutos de reposición y en el 90+4 llegó la anotación del empate de Jordania. Luego, en el 90+6 con 28 segundos, a 30 segundos de culminar el compromiso, un tiro de media distancia decretó el 2-3 para los visitantes. Los iraquíes sacaron de mitad de campo, lanzaron el balón a campo rival, pero ya no había tiempo: una expulsión insólita dejó al equipo incompleto y con el marcador en contra sin que nadie lo pensara.
Los espectadores en el estadio Internacional Khalifa de Rayán vivieron así uno de los momentos más emotivos en la Copa de Asia. Producto de esta dolorosa derrota para Irak, periodistas de ese país increparon al seleccionador Jesús Casas, español al frente de su onceno. Por esa razón, la Confederación Asiática de Fútbol sancionó este martes a los periodistas “agresivos” que se enfrentaron al entrenador tras la derrota en octavos de final de la Copa de Asia, que tuvo lugar el lunes anterior.
Tendencias
Irak concedió dos goles en el tiempo añadido y cayó eliminada contra Jordania por 3-2. En la rueda de prensa posterior al partido, algunos periodistas iraquíes señalaron y gritaron al entrenador español, acercándose a él hasta que fueron expulsados por la seguridad.
“La AFC (Confederación Asiática de Fútbol, por sus siglas en inglés) condena con firmeza cualquier tipo de comportamiento indisciplinado y agresivo y tiene una política de tolerancia cero contra este tipo de acciones”, informó el organismo que gestiona el fútbol asiático. La AFC “ha tomado la rápida decisión de vetar a los responsables no sólo la cobertura de la Copa de Asia en Catar sino también cualquier torneo futuro organizado por la AFC”, añadió en el comunicado.
El video con los insólitos hechos:
Australia (4-0 a Indonesia)
Tayikistán (5-3 eliminó a Emiratos Árabes Unidos en penales tras igualar 1-1)
Jordania (3-2 a Irak)
Qatar (2-1 a Palestina)
Uzbekistán (2-1 a Tailandia)
Corea del Sur (4-2 en los penales a Arabia Saudí, tras igualar 1-1)
Bahrein o Japón (se juega el 31 de enero a las 6 am, hora colombiana)
Irán o Siria (se juega el 31 de enero a las 11 am, hora colombiana)
Los cuartos de final de la Copa Asiática 2023, que tiene lugar en Qatar, se disputarán entre el 2 y 3 de febrero próximos.
Contra Palestina
El campeón vigente del certamen es Qatar, que ahora defiende el título en calidad de local y que tuvo un partido especial ante los palestinos, dada la coyuntura que viven sus nacionales.
Lo de menos era el resultado, la guerra y las tensiones. Sólo el dorsal 7 que lucía Musab Al-Battat acaparaba las miradas este lunes en Al-Dhahiriya, en Cisjordania. En la localidad natal del capitán de la selección de Palestina, el partido de octavos de la Copa de Asia deparó 90 minutos “de orgullo”.
Las sillas de plástico fueron colocadas en semicírculo en torno a la televisión desde horas antes del pitido inicial. Dulces y pelucas verdes, rojas y negras para los niños, cigarrillos para los hombres. Cuatro generaciones reunidas en la terraza cubierta para animar a los Leones de Canaán.
Entre los aficionados, la abuela de Musab Al-Battat, de 80 años, las manos abiertas al cielo para implorar por la victoria. Primera explosión de alegría en el minuto 36 cuando Palestina abre el marcador contra Qatar, aliado político pero rival deportivo del día. Risas que contrastan con el zumbido de los aviones de caza israelíes.
Por primera vez en su historia Palestina alcanzaba la fase eliminatoria de la competición continental asiática, que se disputa en Qatar. Pero el ambiente no es festivo en Cisjordania ocupada. “Las incursiones militares son diarias”, afirma Hanaa Al-Hawarin, la madre del jugador.
A unas horas del partido no se percibía un estado de celebración en las calles de Hebrón, la ciudad más próxima.
La guerra fue desencadenada por un inédito ataque de Hamás sobre suelo israelí el 7 de octubre. Provocó la muerte de cerca de 1.140 personas en Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP realizado a partir de cifras oficiales israelíes.
En respuesta, Israel juró “aniquilar” al movimiento islamista y lanzó una gran operación militar en Gaza, que ha causado 26.637 muertos, en su gran mayoría mujeres, niños y adolescentes, según el último balance del Ministerio de Sanidad de Hamás.
Orgullo y cólera
Los campeonatos de Cisjordania y de la Franja de Gaza fueron suspendidos. Y la selección palestina entrena en el extranjero.
El orgullo de ver a su hijo luciendo sus colores se mezcla con la cólera, explica Khaled Al Battat, padre del capitán del equipo palestino.
Musab Al-Battat comenzó a jugar fútbol con once años en las callejuelas del pueblo y los espacios de tierra ocre adyacentes. “Siempre le gustó el fútbol”, cuenta su padre. “Si no le dábamos un balón convertía cualquier cosa en balón, incluso una bolsa de plástico. Es una pasión que creció con él hasta que se convirtió en capitán de la selección”, añade con el orgullo incrustado en la mirada.
La imagen de la pantalla queda congelada unos segundos. Cuando la conexión regresa, las imágenes muestran el resultado final: victoria de Qatar 2-1. “Estoy orgulloso de mi hermano y de los otros jugadores”, reacciona Ismaïl Al Battat, uno de los hermanos del futbolista. “Llegar a octavos ya es una buena etapa, no es el final del camino”.