Ciclismo
Revienta escándalo a días del Tour de Francia: campeón confiesa haberse dopado para ganar
De la manera más fría posible, un histórico ciclista reveló los detalles detrás de su polémica victoria en el año 1996.

A pocos días de iniciar una nueva edición del Tour de Francia, las aguas están agitadas tras la declaración de Bjarne Riis al respecto de su victoria en el año 1996.
Riis fue despojado de aquel triunfo luego de demostrarse que había consumido sustancias prohibidas para mejorar su condición sobre la bicicleta; sin embargo, hay revuelo tres décadas después por su fría confesión sobre lo sucedido en aquella edición.
El danés completó las 21 etapas de recorrido en 95 horas, 57 minutos y 16 segundos, dando el batacazo definitivo para terminar con la hegemonía del español Miguel Induráin.
Desafortunadamente, ese triunfo histórico estuvo manchado por la sombra del dopaje que le descubrieron diez años después.
Lo más leído
Riis salió positivo para el consumo de eritropoyetina (EPO), una sustancia que administrada artificialmente aumenta la cantidad de glóbulos rojos, lo que mejora la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno y, por tanto, mejora el rendimiento físico.

“No me arrepiento”
En el marco de un foro llevado a cabo en Copenhague, Riis admitió las acusaciones y aseguró que no cambiaría la forma en que sucedió.
“Estaba completamente dopado. Yo sabía lo que hacía. No me arrepiento porque fue parte de ese tiempo y de un sistema que todos aceptamos en silencio”, indicó.
Aunque este caso es más que conocido entre los amantes del ciclismo, muchos aficionados recibieron con decepción las frías palabras de Riis al respecto de una problemática con la que se ha tratado de luchar en la historia de este deporte.
Lo cierto es que, aun teniendo controles mucho más estrictos, todavía se sigue hablando de dopaje al interior de los grandes equipos del World Tour.
Los recientes títulos de estrellas como Pogačar o Vingegaard no han estado exentos de especulaciones, aunque su hoja de vida está completamente limpia de sanciones por sustancias prohibidas.
Y es que el dopaje llegó a restarle relevancia al ciclismo en todo el planeta, mucho más después del escándalo de Lance Armstrong, a quien le retiraron sus siete coronas del Tour de Francia por, entre otras cosas, consumir EPO para elevar su rendimiento.

¿Qué es la EPO?
La EPO o eritropoyetina es una hormona natural producida por los riñones cuya función principal es estimular la generación de glóbulos rojos en la sangre, lo cual mejora la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno.
En condiciones normales, este proceso es vital para el organismo. Sin embargo, en el deporte de alto rendimiento, la EPO adquirió notoriedad por su uso ilícito como sustancia dopante, especialmente en disciplinas de resistencia como el ciclismo.
La razón por la cual la EPO está prohibida en el ciclismo es simple: proporciona una ventaja desleal. Al incrementar artificialmente el número de glóbulos rojos mediante inyecciones de EPO sintética, los atletas pueden mejorar su rendimiento de manera significativa, retrasando la fatiga y aumentando la resistencia.
Este efecto, aunque atractivo para quienes buscan romper límites físicos, representa un claro caso de dopaje, prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y, en consecuencia, castigada por la Unión Ciclista Internacional (UCI).