Economía
Aranceles: advierten que no es buena idea una actitud retaliatoria de Colombia; subirían los precios del pollo, los huevos y el cerdo
Porkcolombia, gremio de sector porcícola, aseguró que los efectos por las decisiones del Gobierno Trump serían inflacionarios. Ocho millones de toneladas de maíz y soya importa Colombia desde Estados Unidos para el alimento balanceado de los animales.

El presidente Donald Trump sacudió esta semana el comercio mundial al anunciar el nuevo plan comercial de su país, para, como argumentó, recuperar la producción y la industria locales.
Las medidas, contemplan un impuesto mínimo del 10 % a todos los productos que ingresen a Estados Unidos y tarifas más elevadas a las principales economías del mundo y otros países emergentes.
Esta decisión generó una gran tensión comercial, al punto de que China reaccionó y tomó medidas retaliatorias contra Estados Unidos, a pesar de que el presidente Trump había abierto la puerta para futuras negociaciones con los países. Además, esta situación provocó un tsunami en las bolsas del mundo.

Como advirtió un análisis de Aval Casa de Bolsa, el conflicto comercial entre Estados Unidos y China escaló. Aunque existe la posibilidad de que durante los próximos días ambos países entablen negociaciones, esta madrugada China anunció un aumento del 34 % en los aranceles a productos estadounidenses, en respuesta a una medida previa del 54 % impuesta por Estados Unidos a comienzos de semana. “De acuerdo con analistas económicos, si estas tensiones persisten, podrían afectar a más del 40 % del PIB mundial, abriendo la posibilidad de que se presente una nueva recesión en el mundo. Además, existe la posibilidad de que este escenario eleve la inflación global ante el aumento de los costos de importación, generando un choque de oferta negativo”, aseguró la firma.
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En medio de este complejo contexto, SEMANA conversó con Jeffrey Fajardo, experto en comercio exterior, quien fue unos de los negociadores del TLC con Estados Unidos y hoy es el presidente de Porkcolombia, del gremio porcícola, uno de los sectores que mayor relación comercial tiene con Estados Unidos. ¿Por qué? Colombia importa cerca de ocho millones de toneladas de maíz y soya para producir el alimento balanceado para los pollos, gallinas y cerdos que se atienden en el mercado doméstico.
Tras los anuncios de la Casa Blanca, la expectativa en diferentes países es el paso a seguir y si, como lo hizo China, se tomarán medidas retaliatorias, en este caso de Colombia.
“Del lado de Colombia, estamos a la expectativa de cuáles van a ser las reacciones. El Gobierno colombiano había anunciado desde la llegada del presidente Petro a la Presidencia, que iba a imponer aranceles que denominan aranceles inteligentes. Si la medida que pone el Gobierno colombiano es una retaliación, imponiendo aranceles para las importaciones de algunos productos, eso básicamente ya significaría que la relación entre Colombia y Estados Unidos deja de estar enmarcada en el acuerdo de libre comercio”, dijo Fajardo.

Las preocupaciones tanto del sector porcícola, como del sector avicultor, es que son altamente dependientes de las importaciones de materias primas (maíz y soya) para el alimento balanceado de los animales. “Si nosotros llegáramos a tener una actitud retaliatoria frente a los Estados Unidos, que signifique subirles el arancel a esas dos materias primas, pues Colombia empezaría a ver huevos más caros, pollo más caro, cerdo más caro, y se incrementarían los costos de producción. Al final, todo resulta traduciéndose en efectos inflacionarios para la economía colombiana”, agregó el líder gremial.
Explicó que la determinación de incrementar los aranceles, lo que significa es que la relación bilateral en el ámbito comercial con Estados Unidos, que se enmarcaba hasta el día del anuncio en el marco del acuerdo de libre comercio con ese país, que entró en vigor en el año 2012 para Colombia, “está en riesgo, está a punto básicamente de desaparecer”.
¿Por qué? “Estructuralmente este acuerdo de libre comercio lo que implica es que la relación bilateral entre Colombia y Estados Unidos se pactó en el marco de la no existencia de aranceles, de eliminar completamente los aranceles para el comercio recíproco entre las partes. Al haber decidido el gobierno de los Estados Unidos la imposición de un arancel del 10 % generalizado para el comercio bilateral con Colombia, eso significa, desde el lado de Estados Unidos, un mensaje de que la relación bilateral se rompe en el marco del acuerdo de libre comercio que se había firmado”, asegura Fajardo.
Ante este escenario, dijo que “estamos en un limbo”, en el que, ante la medida anunciada por Estados Unidos, la actitud del gobierno colombiano sea establecer los canales de diplomacia comercial para sentarse con el USTR y empezar a buscar que Colombia sea sacado de esa lista y se retome la relación bilateral en la forma de un tratado libre de comercio como el que ya se tiene. “¿De aquí hasta cuándo?”, se pregunta. “De aquí hasta que Colombia tome decisiones de retaliaciones porque cuando esto ya sea de medida retaliatoria, ya sencillamente la suerte del libre comercio quedó en el pasado”, afirmó.
Para Fajardo, en el ámbito general, Estados Unidos está haciendo una imposición de poder, está dando una señal de poder. ¿Para qué? Para sentarse, en su concepto, con cada país y plantear esa relación bilateral bajo esa muestra de poder. Por ejemplo, sentar a Colombia a decirle que le cobra el arancel del 10 %, generalizado, pero para retornar a ese 0% de aranceles en el que estaba enmarcado el acuerdo de comercio, Colombia tendría que solucionar situaciones que para Estados Unidos “son sus irritantes de comercio”.

Frente a la posibilidad de que realmente los aranceles anunciados se conviertan en un instrumento para avanzar en lo que consideran algunos expertos una verdadera negociación, por ejemplo, en la implementación de reformas aduaneras, protección de propiedad intelectual, eliminación de requisitos injustificados, entre otros, Fajardo considera que hacia allá podría desembocar esta situación. “Pero eso depende de la rapidez y de la audacia con la que el gobierno colombiano actúe a través de sus canales diplomáticos y comerciales. No esperar a que los aranceles ya queden decretados y empiecen a entrar en vigor, para evitar efectivamente que Colombia sea forzada también a implementar medidas retaliatorias”, dijo.
En casos puntuales, el presidente de Porkcolombia se refirió al caso del café. “Se afirma que, por ejemplo, el sector cafetero adquiriría una ventaja competitiva en el mercado de los Estados Unidos, por cuenta de que Vietnam, otro gran proveedor de café hacia ese mercado, quedó con un arancel más alto, al igual que Brasil. Eso, en un análisis muy inmediatista, podría llegar a ser cierto. Pero si uno entra en la profundidad, tal vez no”, advirtió.
¿Cuál es la razón? “Las exportaciones cafeteras de Colombia a los Estados Unidos representan más de la mitad de las exportaciones totales de café colombiano al mundo. Y, además, estamos hablando de si un importador de café va a querer mantener unos márgenes relativamente altos, ese 10 % lo va a resultar teniendo que cubrir el exportador colombiano. Eso pasa también para el aguacate hass. Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de este producto desde Colombia. Si le cobran el 10 %, con toda seguridad, un importador le va a decir que no quiere sacrificar eso en su margen, y le dice al exportador que lo sacrifique en el precio de exportación. Entonces, al final, el exportador colombiano es quien resulta asumiendo esos sobrecostos”, aseguró.
Uno de los puntos críticos, es la vigilancia que tendrá Estados Unidos sobre las relaciones de los diferentes países con China. Según Fajardo, “en esto hay que ser muy cautos porque cualquier frase puede ser muy peligrosa. Colombia, en mi opinión, debería privilegiar la relación con Estados Unidos, en lugar de la de China”, aseguró, al tiempo que advirtió que hoy, la Organización Mundial de Comercio debería estar liderando “la diplomacia” frente a Estados Unidos, para que no se rompa el orden. “Pero la OMC desde su creación, tiene un problema estructural: las decisiones que debe tomar son por consenso, todos tienen que estar de acuerdo y cuando eso sucede, no pasa nada porque siempre habrá una altísima probabilidad de que al menos un país no esté de acuerdo con algo”, puntualizó.