China, una oportunidad para los países de América Latina como Colombia | El comercio entre los dos bloques se multiplicó por 35 en 20 años

La baja inserción de los países latinoamericanos en el comercio exterior con relación al tamaño de sus economías será aún más marcada al cierre de 2023, cuando se prevé que las ventas externas regionales en volumen aumenten 3 %, pero caigan 5 % en valor. Esta situación llevó a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), a estimar una baja total de 2 % en el presente año.

Así mismo, se prevé que el valor de las importaciones de bienes caiga 6 %. “Esta cifra refleja la debilidad de la actividad económica regional, con un crecimiento proyectado del PIB de solo 1,7 % para 2023″, sostuvo el informe anual de la Cepal sobre perspectivas del comercio internacional de la región.

Si este subcontinente se divide por regiones, la expectativa es que las exportaciones de América del Sur y el Caribe anoten las mayores caídas en términos de valor (-5 % y -6 %, respectivamente). Por su parte, los envíos de Centroamérica y de México crecerían un 2 % a causa de su menor dependencia de las materias primas y su mayor vinculación con el mercado de Estados Unidos.

Los países que registrarán las mayores caídas de las exportaciones son, en su mayoría exportadores netos de hidrocarburos o productos agrícolas, como es el caso de Colombia, que justamente lo que más vende al exterior es petróleo, carbón, café, frutas y flores.

Doce países de la región aumentarían el valor de sus exportaciones en 2023, mientras que solo siete aumentarían sus importaciones.

“Persiste el desafío de diversificar y sofisticar la canasta exportadora para reducir la excesiva dependencia de las materias primas, especialmente en América del Sur. Para ello es crucial implementar políticas de desarrollo productivo con un enfoque de clústeres en sectores estratégicos”, afirmó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal.

La Cepal también recomienda profundizar la integración regional, ya que ello permitiría reducir la vulnerabilidad ante un entorno comercial mundial más incierto y generar escalas eficientes de producción para las industrias de la región.

Según el informe, la debilidad del comercio mundial es resultado de la desaceleración de la economía global, en un contexto de altas tasas de interés en Estados Unidos y Europa, crisis del sector inmobiliario en China, y crecientes tensiones geopolíticas.

Las proyecciones más recientes de la Organización Mundial del Comercio (OMC), indican que el volumen del comercio mundial de bienes crecería solo 0,8 % en 2023. Para 2024, la OMC proyecta una expansión del 3,3 %, la que –de concretarse- debiera dinamizar las exportaciones de la región.

Relación con China

El informe de la Cepal también aborda la relación comercial entre América Latina y China, la segunda locomotora mundial. En el período 2000-2022, el comercio entre ambos bloques se multiplicó por 35, mientras que el comercio total de la región con el mundo solo se multiplicó por 4.

El intercambio bilateral, que en 2000 apenas superaba los 14.000 millones de dólares, en 2022 se acercó a los 500.000 millones de dólares. De esta forma, en 2010 China desplazó a la Unión Europea como el segundo socio comercial de la región y se transformó en el primer socio comercial de América del Sur.

Las exportaciones a China se componen casi exclusivamente de recursos naturales en bruto y procesados; y las importaciones, casi exclusivamente de manufacturas. Únicamente seis productos (soya, minerales de cobre y de hierro, petróleo, cátodos de cobre y carne bovina), representan el 72 % de las exportaciones regionales a China, y éstas se concentran en pocos países, principalmente de América del Sur (93 %). Por otro lado, la creciente penetración de las manufacturas chinas en la región ha ampliado el acceso para los hogares y empresas, pero también ha desplazado a la producción regional.

Para la Cepal, el sector alimentos es el que ofrece las mejores perspectivas de diversificar y sofisticar la oferta exportadora latinoamericana a China en el corto plazo. Para ello, recomienda abordar las barreras no arancelarias existentes y fortalecer la inteligencia de mercado para satisfacer mejor las necesidades y gustos de los consumidores chinos. Asimismo, el informe insta a los países de la región a atraer inversión extranjera directa (IED) hacia actividades de procesamiento de recursos naturales estratégicos (por ejemplo, litio), generando encadenamientos hacia adelante con actividades manufactureras (por ejemplo, baterías y vehículos eléctricos).

SEMANA habló con Oliver Velásquez, CEO de Autorepuestos y Campanas S.A.S, una micro, pequeña y mediana empresa (Mipyme) en Colombia, quien mencionó que las exportaciones han sido un desafío en su empresa. “Los desafíos son constantes, desde los vaivenes en los precios de las materias primas hasta los obstáculos logísticos. La inversión en infraestructura y la estabilidad económica son esenciales para el crecimiento sostenible. Por otra parte, en ocasiones no se ve colaboración para poder exportar, al contrario se evidencia un desinterés”.

El informe también hace hincapié en la importancia de avanzar en la facilitación del comercio, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (Pymes), que son desproporcionadamente afectadas por los procedimientos comerciales engorrosos. Además, promover la integración económica regional y mejorar la eficiencia del Estado son estrategias para combatir la corrupción y atraer nuevas inversiones en la región.