Entrevista
Colombiana gana premio internacional de inventores: desde los 8 años, está buscando soluciones a la contaminación del aire
El reconocimiento le fue entregado por la Oficina Europea de Patentes, la cual destaca cada año a los mejores inventores menores de 30 años en el mundo.

El próximo 18 de junio en Islandia, la Oficina Europea de Patentes premiará por primera vez a una colombiana por su capacidad inventiva. Este reconocimiento forma parte de un galardón que la entidad les da a inventores de 30 años o menos de todo el mundo por el poder transformador de sus ideas para allanar el camino hacia un futuro más sostenible.
Entre más de 450 candidatos, diez fueron seleccionados y uno de ellos es Mariana Pérez, una antioqueña de 27 años que tiene una empresa con la que comercializa su invento. Ella creó un sistema que no solo elimina CO₂ del aire, sino que también captura dióxido de nitrógeno (NO₂) y dióxido de azufre (SO₂). La tecnología de Ecol-Air, desarrollada por Pérez, está diseñada para imitar el sistema respiratorio humano, utilizando bronquiolos y alvéolos mecánicos para optimizar la absorción de contaminantes.

SEMANA: ¿Qué la lleva a convertirse en inventora?
M.P.: Se lo atribuyo a una metodología de estudio que se implementó en mi casa desde que yo era muy pequeña y que consistió en no aprender con metodologías convencionales, sino a partir de proyectos de investigación. En mi colegio, a cada una de las asignaturas se le aplicaba un proyecto de investigación. Además, mi papá también es inventor y es mecánico-industrial. Así, año tras año en el colegio esa curiosidad se volvió una fortaleza y participaba en ferias de ciencia. Al final, pasé a un modo más empresarial.
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SEMANA: ¿Qué fue lo primero que inventó?
M.P.: Yo estoy trabajando en el mismo proyecto desde que tenía ocho años. Lo que pasa es que a medida que avanzaba de año escolar, lo iba transformando y agregándole cosas. Llego a este tema porque yo vivía en una avenida principal, que tenía mucho tránsito vehicular y eso genera emisiones, entonces un día le pregunté a mi papá por qué el techo del carro, que era blanco, estaba sucio, si lo había lavado en la mañana. Él me explicó que la lluvia viene contaminada por las emisiones y en ese momento se me ocurrió que yo podía crear una máquina que mojara el humo. Así empezamos a desarrollar nuestra máquina poco a poco. Primero fue un prototipo muy básico, que aún guardamos. Es un tarro de pintura con unas perforaciones que simulan la lluvia. Sin embargo, cuando llegué a grado once participé en una feria internacional de ciencia y ya era un dispositivo con un motor que encendía y que fue probado en un laboratorio.
SEMANA: ¿Qué estudió tras graduarse del colegio?
M.P.: Soy médica veterinaria y en la universidad empecé a usar la biomimética, que es la ciencia que intenta replicar la naturaleza. Empecé a pensar cómo simular un sistema respiratorio en un elemento mecánico, cómo simular un corazón y así cree el sistema general, que hoy se llama Fiva, que es una máquina que simula la respiración de un ser vivo.
SEMANA: ¿Y cuánto tiempo le tomó tener lista su máquina?
M.P.: En la universidad empecé un desarrollo más profundo, siempre con la compañía de mi papá, pues yo hacía los diseños y él los plasmaba mecánicamente. Ya con el prototipo, el siguiente paso es evaluarlo y tuve la ventaja de poder hacerlo con un laboratorio avalado por el Ideam. También tuvimos que pagar asesorías porque la inversión para este producto es mucha, no solo por los temas de propiedad intelectual, sino también en la parte técnica. Cuando el laboratorio nos aprobó, fue cuando dijimos ya no tenemos un prototipo, sino un producto final y eso fue en 2021, aunque habíamos creado una empresa en noviembre de 2019.

SEMANA: ¿Tras crear la empresa cuál fue el primer cliente?
M.P.: Fue una ladrillera que había cerrado porque generaba emisiones muy por encima de lo permitido y no habían logrado un sistema de control. Nos preguntaron si nos le medíamos a ese reto. Nos dieron una semana y lo logramos. Ellos pudieron reabrir y nosotros empezamos a crecer como empresa.
SEMANA: ¿Cuántas personas conforman la empresa?
M.P.: Hoy somos casi 25 personas y estamos en Colombia y en Estados Unidos, que es donde yo vivo actualmente. En ambos países tenemos las patentes registradas.
SEMANA: ¿De qué se trata el centro de innovación del aire que tiene su empresa?
M.P.: Nuestro producto tiene dos formatos, uno es el de las empresas para que puedan controlar sus emisiones y evitar que estas se vayan hacia la atmósfera y, otro, son las plantas de tratamiento de aire. Así como en muchas ciudades tienen plantas de tratamiento de agua, la cual pasa por diferentes filtros para entregarla más limpia, nosotros hacemos lo mismo, pero con el aire. Colocamos nuestras máquinas Fiva, que recogen aire 24-7 y lo devuelven con una menor carga de contaminantes. Entonces, en el municipio de Barbosa, Antioquia, estamos a punto de inaugurar un Centro de Innovación del Aire, que incluye una planta de tratamiento de aire y un concepto de educación, para explicar a través de la ciencia, por qué también es importante tener plantas de tratamiento de aire.
SEMANA: ¿Cómo llega al premio de la Unión Europea? Y asumo que antes hubo más reconocimientos…
M.P.: Sí, afortunadamente he tenido muchos premios. Ha sido un camino largo, pero entre feria y feria la gente te va reconociendo y validando tu trabajo. Pero este en particular es demasiado especial, porque es a nivel mundial. Quedar entre los diez finalistas es muy significativo, pues además soy la única de Latinoamérica.
SEMANA: ¿Qué viene luego del premio?
M.P.: Sigo muy enfocada en el tratamiento del aire. Ahora tengo dos dispositivos nuevos que van a salir, pero también estamos empezando a ahondar en otro recurso vital, que es el agua, pues falta mucha tecnología para tratarla.