JOSÉ EDUARDO GÓMEZ

Competencia bancaria, costos de financiamiento de las firmas y estabilidad financiera

¿Siempre es mejor que haya más competencia en los mercados? Me atrevo a apostar que si esta pregunta se formulara a un grupo de estudiantes de primer semestre de economía de alguna universidad colombiana, la respuesta (casi) unánime sería: “Sí, siempre es deseable mayor competencia en los mercados”. Un análisis de José Eduardo Gómez, profesor asociado, de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de La Sabana.

7 de febrero de 2020

Si bien es cierto que en la mayoría de los casos la mayor competencia induce al uso más productivo de los factores de producción, estimula la innovación y trae beneficios a los consumidores vía menores precios, hay casos en los cuales la mayor competencia puede traer resultados indeseables.

Los mercados financieros, donde abundan las asimetrías de información y los problemas de agencia, son un buen ejemplo para explicar por qué puede ser el caso que mayor competencia en los mercados no sea siempre deseable. Varios estudios recientes muestran, por ejemplo, que la relación entre competencia bancaria y estabilidad financiera tiene forma de “U invertida”. Es decir, a niveles bajos de competencia los aumentos en la misma favorecen la estabilidad financiera. Sin embargo, luego de cierto punto, incrementos en la competencia van en contra de la estabilidad del sistema financiero. La Crisis Financiera “Subprime” ilustra bien este punto. En niveles de competencia muy altos, la búsqueda de retornos por parte de los bancos induce la innovación financiera excesiva y la toma de riesgos difícilmente monitoreables por parte de los supervisores del sistema financiero. La exagerada toma de riesgos a la que esto conlleva reduce la estabilidad del sistema financiero, haciéndolo más vulnerable a la ocurrencia de choques adversos que pueden ocasionar el inicio de crisis financieras.

Por otra parte, los incrementos en la competencia bancaria no siempre llevan a menores costos de financiamiento por parte de los bancos. De hecho, existen dos teorías con resultados opuestos. La teoría de la organización industrial propone que bancos con mayor poder de mercado tienen la capacidad de extraer mayores rentas a los demandantes de crédito a través del incremento de las tasas de interés de colocación. La teoría de la información propone que bancos con mayor poder de mercado pueden invertir en mejores tecnologías de consecución y procesamiento de información de los deudores, llevando a que puedan identificar mejor los riesgos y puedan cobrar a los demandantes de crédito las tasas más acertadas de acuerdo a sus niveles de riesgo. 

La literatura empírica al respecto presenta resultados mixtos. Básicamente, los resultados difieren dependiendo de los países incluidos en la muestra, la forma de medir competencia bancaria y el grado de desagregación de los datos utilizados. Uno de los puntos clave es la medición de una variable latente, la competencia bancaria. Hay quienes la miden siguiendo criterios estructuralistas (concentración, número de bancos en el mercado), mientras que otros la miden siguiendo criterios de comportamiento (índices de Lerner, indicadores de Boone).

En un estudio reciente que realicé junto a Oscar Valencia y a César Tamayo encontramos algo opuesto a lo que inicialmente esperábamos. Utilizando bases de datos muy detalladas, con información de cada préstamo otorgado por los bancos a las empresas colombianas entre 2004 y 2014, encontramos que en promedio el mayor poder de mercado de los bancos (menor competencia bancaria) conlleva a menores costos de financiamiento por parte de las firmas. Claro está, los resultados son bastante heterogéneos dependiendo de características de las firmas, como su tamaño y la longitud de las relaciones bancarias que mantienen con los bancos. Resultados similares fueron obtenidos por Carlos Cañón y un grupo de investigadores del Banco de México, quienes realizaron una investigación similar con datos de ese país.

Los resultados de estos (y otros) estudios recientes muestran que no hay respuestas definitivas sobre la relación entre competencia bancaria, estabilidad financiera y costos de financiamiento de las firmas. Se requieren más estudios que investiguen con mayor profundidad las relaciones complejas que existen entre estas variables.