Economía

El gas barato en Colombia quedó atrás: alerta de Corficolombiana por el fuerte aumento de precios

En febrero el precio del gas fue el más alto en casi 25 años. El incremento se da por los desbalances entre oferta y demanda.

1 de abril de 2025, 10:47 a. m.
Gas
La menor disponibilidad de gas en firme local obligó a depender del gas importado, en donde mayores costos en la adquisición y recorridos encarecieron el servicio. | Foto: Adobe Stock

En febrero, el precio del servicio de gas registró el mayor incremento mensual desde que se tiene registro en Colombia. Según un informe de Corficolombiana, este hidrocarburo tuvo un aumento del 14,4 % en el segundo mes del año, que superó el máximo anterior observado en marzo de 2000, cuando la variación mensual fue del 12,7 % y se convirtió en el rubro con el mayor aporte a la inflación mensual en febrero.

Esta es una de las principales aproximaciones que hizo Corficolombiana en su reporte, en el que evidencia una preocupante radiografía del gas en el país. De hecho, anticipa que el reciente aumento en el precio del gas no es una sorpresa, ante desbalances entre la oferta y la demanda.

Pero la mayor preocupación radica en que, de acuerdo con el análisis, el gas barato que predominó en Colombia durante décadas es cosa del pasado. “En los próximos años, el país enfrentará costos de suministro de gas más altos, ya sea por la importación o por la producción local en condiciones más exigentes”, dice.

 En 2025 aumentará la capacidad de la planta de regasificación del Caribe a 475 millones de pies por día.
La única terminal de regasificación del país es la Sociedad Portuaria El Cayao (SPEC), ubicada en Cartagena. | Foto: colprensa

El incremento en las tarifas de gas estuvo impulsado principalmente por mayores costos en los componentes de producción y transporte. La menor disponibilidad de gas en firme local obligó a depender del gas importado, en donde mayores costos en la adquisición y recorridos encarecieron el servicio, al igual que otros valores adicionales. Es decir, para traer gas del exterior ​no solo es necesario comprar el hidrocarburo, sino también convertirlo en estado líquido para su transporte. Esto implica incurrir en costos de licuefacción, así como en gastos de almacenamiento y transporte, tanto hasta el punto de embarque como hasta su destino final. Una vez en Colombia, el gas debe ser regasificado para integrarlo al Sistema Nacional de Transporte (SNT) y distribuirlo a los consumidores.

El impacto por los incrementos en los precios del gas fue heterogéneo entre ciudades. Mientras que en Bogotá y Neiva incrementó cerca al 30 %, en Cali y Cúcuta fue cerca del 0 %.

El aumento de las tarifas de gas, así como su heterogeneidad, estuvieron mayoritariamente explicados por los componentes de producción y transporte. El informe señala que, en Medellín y Bogotá, el costo de la producción aumentó 43 % y 43,9 % mensual en febrero de 2025, explicando el 68 % y 88 % del incremento en la tarifa, respectivamente. En contraste, Cali tuvo una reducción en este componente. Después de la producción, el componente de transporte fue el que más explicó el aumento de las tarifas, especialmente en Bogotá y Bucaramanga. En estas ciudades, el costo se incrementó 58,8 % y 33,5 %, respectivamente.

El panorama, de acuerdo con el documento, inquieta. Las reservas probadas de gas han disminuido constantemente desde 2011, exceptuando 2021, pasando de un factor de reservas/producción (o vida media) de 13,9 años a 6,1 años en 2023, fenómeno que se ha visto exacerbado por la baja actividad exploratoria de hidrocarburos en el país.

“En los últimos años esto se ha visto acompañado por caídas persistentes en la producción local, que en enero de 2025 completó 28 meses consecutivos con variaciones anuales negativas, cerrando el 2024 con una contracción de 9,4 %. De esta manera, se generó un desbalance entre el potencial de producción y la demanda media de este hidrocarburo, que, según cifras de la UPME, se ampliaría en los próximos años”, agrega el documento.

A veces la llama es de color amarilla, otras azul o naranja.
Para atender la demanda esencial de gas, como el suministro alos hogares, la regulación exige a la cadena de suministro la negociación de contratos que garanticen firmeza. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Explica que, para atender la demanda esencial, la regulación exige a la cadena de suministro la negociación de contratos que garanticen firmeza. De este modo, para la constitución de dichos contratos los productores ofrecen el gas en firme disponible para la venta, mientras que agentes, como las empresas comercializadoras, presentan sus necesidades de suministro, según sus proyecciones de demanda y la finalización de sus contratos vigentes, los cuales, de acuerdo con lo dispuesto previamente por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), iniciaban el 1 de diciembre y finalizaban el 30 de noviembre del año que corresponda según lo negociado por las partes.

Históricamente, Colombia había suplido el 100 % de su demanda esencial con producción local de gas, de modo que, los volúmenes de gas importado por el país eran destinados exclusivamente para la atención de demanda por parte de las generadoras de energía térmica. No obstante, la menor producción local, la política de suspender nuevos contratos de exploración por parte del Gobierno Petro, la negativa también del Gobierno de avanzar en los pilotos de fracking y el vencimiento de algunos contratos de gas en firme el 1 de diciembre de 2024, llevaron a que el mercado de gas enfrentara un importante desbalance, por lo que algunas empresas comercializadoras debieran cubrir sus necesidades con gas en firme importado. “De este modo, si bien el país ya importaba gas para demanda térmica, esta situación llevó a que, por primera vez en la historia, parte de la demanda esencial de gas fuese cubierta con molécula importada, fenómeno que explicó en mayor medida el incremento registrado en el IPC de gas”, afirma Corficolombiana.

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Corficolombiana advierte que es fundamental apurar los procesos regulatorios y logísticos para acelerar la entrada de los proyectos offshore, como Sirius y Komodo, que están en sus etapas de licenciamiento ambiental. | Foto: Ecopetrol

El análisis destaca que Colombia cuenta con la infraestructura que viabiliza la importación de gas, “lo que evitó que la menor disponibilidad local de gas se tradujera en periodos de racionamiento”. Sin embargo, hay otros costos que se debe sumar a ese precio como los de transporte, flete y seguro marítimo hasta Cartagena, donde se encuentra la única terminal de importación y regasificación de GNL en el país. Estos costos adicionales, agrega el estudio, incrementan el precio final entre un 5% y un 15% en promedio, dependiendo de las condiciones del mercado y la logística de cada operación.

La mayor escasez del recurso local no solo ha incidido en la mayor necesidad de importación, sino también en el aumento del precio del gas local. De hecho, calcula el informe que entre noviembre y diciembre de 2024, los precios del gas local contratado en el mercado primario aumentaron 6 %, generando presiones adicionales en el componente de producción.

César Pabón
César Pabón. Director de Estudios Económicos de Corficolombiana. Foto: Juan Carlos Sierra-Revista Semana. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA PARDO / SEMANA

Anticipó que el precio del gas importado es más volátil, dado que se negocia en el mercado spot. “De hecho, se espera una caída cercana al 15 % en las tarifas de gas de Bogotá en marzo, aliviando parcialmente las presiones inflacionarias en el componente de regulados”, afirma el estudio, y concluye: “No hay gas más costoso que el que no se tiene”. Y advierte que es fundamental apurar los procesos regulatorios y logísticos para acelerar la entrada de los proyectos offshore, como Sirius y Komodo, que están en sus etapas de licenciamiento ambiental, en un escenario de sostenibilidad financiera, e incrementar la infraestructura de regasificación y transporte.