Divisas
En medio de una alta volatilidad, así se espera que cierre el dólar este año: ¿cómo se moverá en 2026?
Aunque una gran parte de su comportamiento lo define el escenario internacional, en el contexto interno hay variables que también han pesado.
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La tasa de cambio ayer, lunes 15 de diciembre, terminó 27,92 pesos por encima del cierre del pasado viernes, cuando había cerrado apenas un poco más de un peso por arriba de la jornada anterior.
En este lunes, predominó un comportamiento alcista: el máximo llegó a 3.830,25 pesos, mientras que a nivel internacional el dólar retrocedió debido al fortalecimiento del yen japonés, impulsado por la expectativa de un incremento en las tasas de interés en la reunión de política monetaria programada para este viernes.
Entretanto, el peso colombiano, dice un análisis del Grupo Cibest, al que pertenece Bancolombia, se depreció en línea con el comportamiento regional, “después de que el peso chileno retrocedió por una toma de ganancias de inversionistas que habían anticipado la victoria del candidato de derecha, José Antonio Kast, en las elecciones presidenciales realizadas el 14 de diciembre”.
La dinámica del dólar en los últimos días se ha marcado en medio de una profunda volatilidad, luego de que la tasa de cambio hubiera caído en noviembre por debajo de 3.700 pesos —su nivel más bajo desde 2021, explica Corficolombiana— antes de este rebote. “Aun así, el peso colombiano acumula una apreciación de 13,6 % en lo corrido del año, un desempeño comparable únicamente con el observado en 2023”, agrega el informe de esta firma.

Estima en su análisis que entre el 70 % y el 80 % de este movimiento tiene origen externo, lo que destaca la sensibilidad de los activos locales a la dinámica internacional. “Este año el dólar global se debilitó 9,4 % conforme avanzó el ciclo de recortes de tasas de la Reserva Federal (Fed) y aumentaron las expectativas de que dicho proceso se extienda hacia 2026. A pesar de que la inflación en Estados Unidos y las expectativas siguen desancladas, el lento traspaso de los costos arancelarios y el deterioro progresivo del mercado laboral han permitido recortes precautorios, sin que emerjan preocupaciones relevantes de estanflación”, agrega.
Corficolombiana destaca que los movimientos globales en el dólar han demostrado tener un impacto más que proporcional y más intenso sobre los activos colombianos que sobre otras monedas latinoamericanas. Explica que lecturas contrarias con el escenario de recortes, como sorpresas positivas en empleo o alcistas en inflación, pueden generar episodios de volatilidad local. “En todo caso, el entorno global favoreció ampliamente a los activos emergentes y las divisas latinoamericanas han mostrado una apreciación generalizada, destacando aquellas con mayor diferencial de tasas de interés”.

Entre enero y abril, la caída del dólar fue determinada por el impulso externo. Sin embargo, la firma resalta que, desde que el dólar alcanzó su punto más bajo en julio, se ha recuperado parcialmente, contrastando con la apreciación del peso colombiano durante el segundo semestre. “Este desacople refleja, en buena medida, que factores idiosincráticos comenzaron a dominar nuevamente la dinámica de la tasa de cambio”.
¿Esto qué significa? Que varios elementos locales han aumentado su magnitud. Señala el informe que en primer lugar, el amplio diferencial de tasas de interés —tanto el actual como el que se proyecta para 2026— frente a los tipos internacionales continúa sosteniendo el atractivo del carry trade (estrategia financiera que consiste en pedir prestada una divisa con una tasa de interés baja y usar ese dinero para invertir en una moneda con una tasa de interés más alta).
“La junta directiva del Banco de la República enfrentaría en 2026 un panorama inflacionario igual de desafiante al que enfrentó este año, influenciado principalmente por el potencial impacto de un aumento desproporcionado del salario mínimo. Esto aumenta la probabilidad de que deba mantener una postura contractiva e incluso endurecerla, en respuesta a una inflación que continuaría por encima del rango meta por sexto año consecutivo”, señala el análisis de Corficolombiana.
En segundo lugar, la monetización de recursos por parte del Ministerio de Hacienda, en su estrategia de deuda, incrementó significativamente la oferta de divisas, especialmente durante el tercer trimestre. “Este flujo fue un motor clave de la apreciación reciente, llegando a ubicar la tasa de cambio entre 100 y 150 pesos por debajo de lo que sugería la tendencia regional. Sin embargo, su efecto ya se diluye debido al agotamiento de los recursos de la operación de manejo de deuda. “Prueba de ello es la depreciación de 1,2 % del peso en lo corrido de diciembre, que llevó al USDCOP a retornar hacia niveles más coherentes con sus fundamentales y con el comportamiento de sus pares latinoamericanos”, agrega.

Finalmente, considera que otro papel clave es lo que se conoce como el trade electoral. En ese sentido, en el análisis se incluye que los inversionistas comenzaron a incorporar este año la posibilidad de un giro hacia un liderazgo más promercado en las elecciones presidenciales de 2026, reduciendo de manera anticipada las primas de riesgo percibidas para Colombia.
Bajo este escenario, Corficolombiana calcula que el precio del dólar cierre 2025 en torno a 3.750 pesos lo que implicaría una apreciación anual cercana al 14,9 %. “Para 2026 anticipamos un comportamiento más volátil, en un rango estimado entre 3.550 y 4.150 pesos, y un cierre cercano a 3.790 pesos; luego de retomar un ajuste alcista durante la segunda mitad del próximo año una vez se disipen los factores transitorios y se normalicen las expectativas poselectorales. El comportamiento en 2026 dependerá menos de impulsos bajistas transitorios, y más del avance en materia fiscal y de la incertidumbre electoral”, concluye.


