Recuperación de Colombia tendría forma de raíz cuadrada

Hace un poco más de seis meses, cuando la pandemia comenzó a afectar con fuerza la economía mundial, uno de los temas más discutidos entre los analistas era la forma que exhibiría el ciclo económico de cada país durante y después de este inesperado evento. 

En ese momento se popularizó el uso de varias letras como una manera clara de ilustrar dicha expectativa. Entre ellos, hubo tres que se destacaron: V, U y L. 

De acuerdo con la V, la pandemia no traería repercusiones estructurales ni efectos secundarios, de modo que al finalizar las cuarentenas la economía regresaría rápidamente a su estado anterior. 

Por su parte, la U planteaba una senda en la que una fuerte caída inicial daba paso a un periodo adicional de afectación. La incertidumbre propia de un choque de la naturaleza como el que hemos vivido, así como el desempeño anómalo de la economía como resultado de las medidas de distanciamiento social, explicarían esta evolución. 

Por último, la perspectiva de una L era la más pesimista, ya que suponía que la covid-19 y sus diferentes implicaciones sociales, productivas y sanitarias traerían consigo afectaciones profundas no solo de tipo coyuntural, sino estructural. En esa medida, la economía no llegaría a recuperar lo perdido al comienzo de la crisis.

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Sin embargo, tras más de seis meses de pandemia, el escenario más probable para Bancolombia apunta a que el recorrido que seguirá la economía colombiana no se asemeja a ninguna de las formas antes mencionadas, sino que luciría como el signo de raíz cuadrada. 

Para evitar confusiones debido a las fuertes variaciones, Bancolombia tomó como referencia el PIB real observado en el cuarto trimestre de 2019 como punto de partida. 

Al margen del cambio de unidades, el primer mensaje de fondo que deja la ilustración de la raíz cuadrada es que el golpe más fuerte en materia de actividad económica, que fue el observado en el segundo trimestre con ocasión de los confinamientos más estrictos, ya quedó atrás.

El segundo mensaje importante es que, después del rebote descrito del tercer trimestre, que está explicado por el fin del aislamiento preventivo obligatorio, la recuperación tendría un ritmo más gradual. 

Esto se debe a una combinación de factores, entre los que se destacan la incertidumbre acerca de la evolución de los contagios por la covid-19 y los efectos secundarios de la contracción, ya observada sobre el mercado laboral, el tejido productivo y el sistema financiero. 

“En cualquier caso, la expectativa que plantea nuestra raíz cuadrada es optimista, ya que la senda que recorrería la economía en lo que queda de este año y a lo largo del próximo exhibiría una pendiente positiva”, explicó Bancolombia.

Lo anterior requiere que la actividad productiva logre coexistir adecuadamente con la covid-19 y que no se tenga que adoptar nuevas medidas de cuarentena.

La tercera implicación es que el crecimiento que proyecta Bancolombia para 2021 (5,5 %) no será suficiente para llevar nuevamente la economía colombiana a sus niveles precovid-19. En el escenario base, para que esto ocurra, Colombia tendrá que esperar hasta 2022, y en términos de ingreso real por habitante, exo tardaría un año adicional. 

“En conclusión, la recuperación en forma de raíz cuadrada que esperamos se materialice no es tan ingenua como la V planteada por los más optimistas, pero tampoco resulta tan sombría como la L o incluso la U. Solo el tiempo dirá si nuestra perspectiva de este signo matemático, que combina tanto riesgos como oportunidades, termina por imponerse ante todas las alternativas del alfabeto”, concluyó el Equipo de Investigaciones Económicas.

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