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Estos grandes inversionistas están en vilo por la reforma pensional. Temen impacto en empleo y en desarrollo empresarial
Los fondos de capital privado están a la expectativa de la reglamentación de la reforma pensional: las AFP representan el 46 por ciento de los recursos que los apalancan. Aunque hay incertidumbre por cambios en reglas del juego, la institucionalidad ha operado.

Hace unos días, J. P. Morgan encendió las alarmas en Colombia. En un informe señaló que el país no es un territorio atractivo para las inversiones y que existen mejores oportunidades en otros países de América Latina.
Los riesgos fiscales derivados del descuadre en las finanzas públicas, las tasas de interés que, aunque han disminuido, siguen siendo altas porque la Junta Directiva del Banco de la República no las reduce al ritmo que empresarios y el Gobierno consideran adecuado, junto con un entorno afectado por decisiones gubernamentales, habrían generado mayores tensiones para invertir en Colombia.
Uno de los mejores termómetros para evaluar esta situación lo dan los fondos de capital privado, que buscan activos para poner, lo que llaman, capital inteligente; es decir, no solo recursos económicos, sino también estrategia, mejores prácticas, gobierno corporativo y un mayor conocimiento y eficiencia para potenciar las inversiones.

La industria del capital privado lleva en Colombia cerca de dos décadas y en los últimos 13 años, periodo en el que se ha recolectado información, ha invertido en el país más de 20.000 millones de dólares.
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Como explica Paola García, presidenta de ColCapital, el gremio que reúne los fondos de capital privado, estos recursos han llegado a 28 de los 32 departamentos, generando más de 360.000 empleos. En el sector hay dos jugadores clave: los gestores de capital privado, que son un puente entre los inversionistas y los proyectos productivos locales del país, conocen el entorno y su papel es fundamental para que las inversiones tengan impacto y sostenibilidad de largo plazo, y los fondos de capital privado. Actualmente, en Colombia hay 147 gestores y 344 fondos de inversión. De hecho, de 129 fondos de capital privado que existían en 2015 pasaron a 344 en 2024.
El año pasado, los gestores de fondos de capital privado y emprendimiento lograron levantar más de 1.700 millones de dólares para inversiones estratégicas en sectores fundamentales como proyectos inmobiliarios, enfocados en vivienda y logística; adquisiciones y crecimiento empresarial; infraestructura; inversión en deuda privada, fortaleciendo el financiamiento empresarial; capital dirigido a impacto social y ambiental, e inversión en venture capital, fomentando el ecosistema de startups en Colombia.

A pesar de la dinámica que trae esta industria, la coyuntura es compleja y retadora, por tres grandes desafíos: el primero, el impacto que pueda tener la reglamentación de la reforma pensional aprobada en el Congreso, pues los fondos de pensiones son los principales proveedores de recursos a la industria de capital privado.
Como advierte García, de ColCapital, el 46 por ciento de los recursos de la industria de capital privado provienen de los fondos de pensiones. “Y estamos en plena reglamentación de la reforma pensional. Entonces, estamos jugándonos un poco la vida en el ruedo. Nuestro llamado es a que las inversiones, ya sea de Colpensiones y de las Administradoras del Componente Complementario de Ahorro Individual (Accai), se sigan haciendo en este tipo de activos para continuar generando desarrollo económico, impacto en las regiones y empleo”, señala.
Su preocupación radica en que no hay claridad sobre si se podrá continuar invirtiendo en activos alternativos, como los que representa la industria de capital privado. Actualmente, los fondos de pensiones están obligados a invertir 3 por ciento de su portafolio en este tipo de activos.
Andrés Velasco, presidente de Asofondos, gremio del sector, no cree que con la reforma se vaya a cambiar la destinación del 3 por ciento del portafolio de sus afiliados a inversiones en Colombia mediante fondos de capital privado o de deuda privada.
“Lo que sí cambia es que los recursos que van a los fondos de pensiones se reducen drásticamente. Por la misma razón, el 3 por ciento se ve indirectamente afectado. El grueso de las cotizaciones va a ir a Colpensiones y, parte de ellas, se ahorrarán por medio del Banco de la República. El fondo del banco no tiene la obligación legal que sí tienen los fondos privados de invertir el 3 por ciento en activos colombianos a través de los fondos de capital privado”, advierte Velasco, quien señala que está a la espera de que se complete el proceso de la reglamentación del fondo de ahorro, “y será muy importante ver, también, cómo se desarrolla esa reglamentación en el Banco de la República”.
Además, García también anticipó otra preocupación alrededor del mercado de capitales. “El impacto puede ser absoluto. En otros países, cuando los fondos invierten en algunas empresas, pueden listarlas en bolsa y después salir de esos activos. En nuestro mercado de capitales, eso es un poco más estrecho, con lo cual no hay todavía ese tipo de oportunidades. Somos optimistas con la unión de las bolsas de Colombia, Perú y Chile, pero lo que proviene del ahorro pensional va a tener una afectación importante”, advierte.
El segundo desafío está en la preocupación por los cambios en las reglas del juego y el ambiente mismo de negocios en el país. “Hay un matrimonio indisoluble entre la confianza y la inversión. Los inversionistas requieren unas reglas de juego claras, que no se las estén cambiando a mitad de camino. Cuando hay incertidumbre, las inversiones se frenan”, dice García. Y puso como ejemplo las decisiones en materia de infraestructura alrededor del desarrollo de las vigencias futuras o las determinaciones de congelar los incrementos en los peajes.

“En algunas ocasiones se frenan las decisiones de inversión, puede que no se cancelen del todo, sino que toman más tiempo en llevarse a cabo, con lo cual es inversión que estamos dejando de recibir por un tiempo limitado, pero es un tema que definitivamente va a tener una afectación económica directa”, añade la dirigente gremial.
Sin embargo, hay otra cara de la moneda que valoran los inversionistas. Un marco legal estable y previsible es crítico para que los fondos puedan estructurar y ejecutar sus inversiones. Por eso, a pesar de la incertidumbre, algunos reconocen los pesos y contrapesos en polémicas decisiones del Gobierno. Felipe Quintero, socio de Martínez Quintero Mendoza González Laguado & De la Rosa, destaca que las instituciones han brindado controles y equilibrios sólidos, lo que refuerza la confianza de los inversionistas, y puso varios ejemplos: el Consejo de Estado suspendió el decreto con el que el Gobierno buscaba asumir la función de fijar las tarifas de los servicios públicos, cuando es una tarea de las comisiones de regulación; el Tribunal Administrativo de Cundinamarca sancionó al Gobierno por desacato del fallo sobre la conformación de la Creg, pues no cumplió con la designación de los comisionados; la Corte Constitucional declaró inexequible el decreto de emergencia económica y social en La Guajira, e hizo lo propio con temas de la reforma tributaria como la deducibilidad de las regalías para la industria extractiva. Quintero confía, para este año, en una dinámica transaccional más ágil que la de años anteriores.
A su vez, Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital, señala que si bien actualmente se discuten las reformas a la salud y la laboral, hay que recordar que ya se habían caído en el Congreso.
Aunque le preocupa la inversión, Velandia tiene una visión optimista y advierte que hay señales positivas, como el desarrollo de infraestructura que viene recuperándose gradualmente, impulsada por obras regionales. Explica que la perspectiva de crecimiento para este año, en los pronósticos, irá al alza, porque se estima, de acuerdo con una encuesta del Banco de la República, que los empresarios están aumentando sus expectativas de inversión, y lo resume en tres razones: la reducción de las tasas de interés, una mayor demanda de los consumidores que ha llevado a que las compañías aumenten su capacidad o renueven equipo, y “‘un día que pasa es un día menos’, una famosa frase que solemos utilizar en los mercados cuando hay nerviosismo”. Además, muchos empresarios, dice, tienen dos visiones: esperar la llegada del próximo Gobierno para invertir, pero otros consideran que, si no lo hacen ahora, para agosto de 2026 puede ser tarde.
Y el tercer desafío está relacionado con la turbulencia que hay en la geopolítica global, por cuenta de los anuncios en los incrementos de aranceles por parte del Gobierno de Estados Unidos, los conflictos entre Rusia y Ucrania, los enfrentamientos en Oriente Medio y las expectativas de crecimiento económico.

Pero, en medio de estas tensiones, García cree que hay un escenario de oportunidades. “Se está viendo dónde poder invertir para obtener mayores rentabilidades. Si pueden llegar a Colombia a comprar una empresa más barata para venderla más cara, es una gran oportunidad. Y, a veces, esto pasa en las coyunturas de crisis: que las empresas pierden valor por el mercado, por lo que las rodea, permitiendo que se puedan comprar ahora y vender posteriormente”.
En medio de las amenazas hay oportunidades, y el mercado de los fondos de capital privado tendrá que moverse en un escenario convulso, pero en el que los negocios de hoy podrán ser los generadores de valor de mañana.