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‘Las fronteras son puertas abiertas al comercio global’: vocera del Grupo Luksic, ganador del premio empresarial Enrique Iglesias
Durante el Congreso de Ceapi, donde se reúnen más de 450 empresarios de Iberoamérica, fue galardonado el conglomerado chileno que le ha apostado a negocios en todos los sectores.
El famoso consorcio empresarial chileno Luksic, cuyos integrantes tienen la mayor fortuna en su país, fue el galardonado con el premio Enrique Iglesias, que destaca el desempeño en el mundo de los negocios iberomaricanos, durante el Congreso del CEAPI que se realiza en Cartagena.
La encargada de recibir la distinción fue Paola Luksic, en representación de la familia que, además de impulsar la economía de esa nación, ha generado empleo e impulsado causas filantrópicas.
“Como familia, hemos considerado muy relevante la labor de este Congreso y en especial el valor que aquí se le otorga al desarrollo social y económico de Iberoamérica”, destacó Luksic.
Su mensaje, en el contexto de la ceremonia, fue contundente: “siempre hemos creído en la importancia de abrir las fronteras, de mirar desde Chile al mundo, de ampliar nuestros referentes, compartir experiencias e intercambiar puntos de vista sobre la sociedad”.
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Y agregó que desde esa perspectiva, “en lugar de fronteras que nos separan, hoy esas barreras, naturales, son puertas abiertas hacia el mundo y hacia el comercio global. Esa apertura que como país nos ha permitido avanzar poco a poco, a veces a menor ritmo del que desearíamos, pero con claridad hacia la meta de alcanzar el desarrollo”, enfatizó.
Sobre el grupo empresarial
El Grupo Luksic tiene participación en múltiples compañías que se inscriben en distintos sectores de la economía: minería, industria, finanzas, alimentos y telecomunicaciones. Por ejemplo, controlan Antofagasta Plc, compañía minera internacional catalogada como una de las mayores productoras de cobre; cotiza en la Bolsa de Valores de Londres.
Empleadores de alrededor de 80.000 personas, la vocera de la familia empresarial Luksic recordó que la pasión de su padre era la minería: “buscar la beta de cobre en los áridos desiertos del norte de Chile. Él tuvo siempre una gran habilidad empresarial, la de descubrir oportunidades y encontrar soluciones novedosas. A sus 24 años mostró su decisión de hacer empresa. Con ello, transmitía a todos la importancia de creer en los sueños y arriesgarse para alcanzarlos. Y en el mundo empresarial, diversificar las inversiones”, destacó.
Jaime Gilinski entregó el premio
Como presidente del noveno congreso Ceapi y ganador hace dos años del galardón Enrique Iglesias, Jaime Gilinski fue el encargado de entregar la estatuilla a la representante de la familia chilena Luksic.
En su intervención, el presidente del conglomerado empresarial Gilinski, recordó los faros que guiaron a iniciador de la aventura empresarial Luksic. “Extasiado ante la profundidad visual y material del mundo, en los desiertos de Chile, don Andrónico Luksic confesó un día que su primera impresión fue preguntarse por la existencia de aquel mar de polvo y viento que se extendía ante él. ‘No es posible que este desierto esté aquí para nada, que no haya nada en él. A partir de ahí, rebuscó y descubrió las riquezas del subsuelo chileno. Y emprendió una carrera empresarial que comenzó con la minería y se extendió después a otras muchas actividades”, señaló.
Comenzaron en los años 50 del siglo pasado, mencionó Gilinski, y enfatizó en que, como todo proyecto empresarial, “Chile le debe mucho a la familia Luksc, tanto como esta le debe a su país. Por ello, se han esforzado en devolver al desierto lo que el desierto les dio, apoyando diversas fundaciones y proyectos sociales”.
Esas combinación de actividad económica con aporte social, es parte de lo que premia el CEAPI, con el galardón Enrique Iglesias.