Ranking
Las sorpresas que dieron los departamentos chicos en el índice de competitividad
En educación, Boyacá desplaza a Bogotá del primer lugar en el pilar de educación, mientras Amazonas y Guaviare ocupan los primeros puestos en sostenibilidad ambiental. Estos son algunos de los cambios que este año tuvo el ranking.
Medir qué tanto avanzaron las regiones en materia de competitividad en un año tan atípico como fue 2020 no es tarea fácil. El encargado de hacer cada año esta medición en el país es el Consejo Privado de Competitividad, CPC.
El mundo registró en 2020 la peor pandemia de que se tenga registro en un siglo, luego de que en un mercado de Wuhan, en China, se reportó a comienzos del año pasado un extraño virus que en marzo ya había obligado a la Organización Mundial de la Salud a decretar una pandemia y a los países a tomar precauciones.
La emergencia sanitaria provocada por la pandemia llevó a tomar drásticas medidas de cierre de actividades sociales y productivas para bajar la velocidad de los contagios. Pero esas mismas restricciones desembocaron en una ola de quiebres de empresas, desempleo y pobreza que terminó exacerbando la incertidumbre mundial.
La propia presidenta del Consejo Privado de Competitividad, Rosario Córdoba Garcés, explicó durante la presentación del Índice Departamental de Competitividad que tuvieron que cambiar algunas mediciones y adaptar las metodologías a las nuevas condiciones que ha planteado al país y sus regiones la pandemia.
Tendencias
Al presentar los resultados del Índice Departamental de Competitividad, el CPC, que incluye los 32 departamentos del país más Bogotá, se encuentra que a la cabeza del ranking está la capital del país. En los distintos pilares analizados por el CPC, la ciudad obtuvo 8,33 puntos. Le siguen Antioquia, con 6,8, Santander y Valle del Cauca cada uno con 6,36 puntos y Risaralda en el quinto lugar con 6,34.
Pero este año algunos datos llaman la atención. Los departamentos que históricamente habían estado rezagados en varios de los componentes que hacen parte del índice de competitividad, han logrado alcanzar, aún en estos tiempos de crisis, avances importantes.
Risaralda, por ejemplo, escaló varias posiciones en relación con años anteriores y ahora es tercero en innovación y dinámica empresarial, superado solo por Bogotá y Antioquia. Tradicionalmente este departamento había sido superado por Caldas, otro de los integrantes del Eje Cafetero, que este año se ubicó en el séptimo lugar.
También llama la atención que aunque algunas regiones que lideran el ranking tienen un mejor puntaje promedio, en algunas de las categorías que analiza el CPC otras ubicadas más abajo del ranking, las superan.
Es el caso del Valle del Cauca, que supera ahora a Bogotá en el pilar de sofisticación y diversificación, cuyos dos indicadores están relacionados con la capacidad para ampliar los destinos de sus productos y de multiplicar su canasta exportadora.
De los departamentos con recursos más limitados, Putumayo abandonó los últimos lugares y ahora es 23 en el pilar denominado “sistema financiero”, cuyos cuatro indicadores son coberturas de establecimientos, índice de bancarización, cobertura de seguros e índice de profundización financiera de la cartera comercial.
Casanare y el archipiélago de San Andrés y Providencia escoltan ahora a Bogotá en el campo del mercado laboral, constituido por diez indicadores distribuidos en los subpilares de desempeño del mercado y utilización del talento. El Consejo Privado de Competitividad precisó que la metodología aplicada en 2020 eliminó el indicador de disparidad salarial entre hombres y mujeres.
Caldas ocupa ahora el primer lugar en la categoría de entorno para los negocios, compuesta por cuatro indicadores: capacidad para abrir empresas, facilidad para registrar propiedades, facilidad para obtener permisos de construcción y pago de impuestos.
Boyacá desplazó a Bogotá del primer lugar en el pilar de educación básica y media, que tiene en cuenta once indicadores relacionados con cobertura y calidad.
En sostenibilidad ambiental los dos primeros lugares están ocupados, en su orden, por Amazonas y Guaviare. El índice mide aquí los activos naturales y la gestión ambiental y del riesgo. Uno de los principales cambios del IDC para 2020 fue la inclusión del indicador de emisiones de CO2 de fuentes fijas y la supresión del de calidad del agua.
Santander está en segundo lugar, después de Bogotá, en adopción de las TIC. Mientras en Bogotá este pilar le dio a la capital un puntaje de 8,8, el departamento de Santander tuvo 7,2. Esta categoría tiene como principales pilares la infraestructura y las capacidades e incluye matriculados y graduados en programas de formación tecnológica en este campo.
Tras superar un año atípico, las regiones se preparan para la recuperación de la economía y, sobre todo, de los índices de competitividad. Y en este proceso, el ejercicio que cada año presenta el Consejo Privado de Competitividad les permite a cada uno de los departamentos conocer sus fortalezas pero también sus debilidades, para comenzar a trabajar duro por mejorar su posición en el ranking general.