Economía
Mientras el crecimiento económico sorprende, la inversión pierde terreno. ¿Por qué la preocupación?
Para el primer trimestre de 2025, la dinámica económica destacó e, incluso, estuvo por encima de las expectativas del mercado. Sin embargo, la inversión está en niveles muy por debajo de la época prepandemia. ¿Por qué?

La inversión de hoy es el crecimiento del futuro. Esta es una frase reiterada para proyectar el comportamiento de la economía y recoger los frutos de lo que se ha sembrado en el pasado.
Los recientes resultados del primer trimestre de la economía en Colombia tuvieron un sabor agridulce. Por una parte, el crecimiento sorprendió, con 2,7 %, la cifra más alta en los dos últimos años, y estuvo por encima del 2,5 % que esperaba el mercado. El consumo privado ha sido el motor de la dinámica, gracias a factores como la resiliencia del mercado laboral, la reducción que han tenido las tasas de interés y la inflación respecto a los niveles de 2023 y 2024, y a la solidez del flujo de ingresos vía remesas, que han alcanzado máximos históricos y que han superado, en materia de generación de divisas, incluso al petróleo.
Aunque hay algunas señales favorables, la nota amarga la entregó la inversión. De acuerdo con un análisis de Bancolombia, la inversión fija registró un retroceso de 5,3 % trimestral, por una caída en el segmento de la construcción. La inversión en vivienda y otros edificios y estructuras marcó un retroceso de 9,3 % y 10,5 % trimestral respectivamente. En contraste, la inversión en maquinaria y equipo acumuló tres trimestres consecutivos de avance.

“La inversión bajó al 17,4 % del PIB en el primer trimestre de 2025, frente al 18,7 % del cuarto trimestre de 2024. Recordemos que el promedio histórico prepandemia rondaba en el 23 % del PIB”, asegura Bancolombia.
Lo más leído
Para el área de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, los resultados de inversión volvieron a decepcionar. En efecto, si bien la inversión como un todo creció 8,3 %, la formación bruta de capital fijo, es decir, la inversión excluyendo la recomposición de inventarios, creció apenas 1,8 %.
De hecho, como advierte Bancolombia en su análisis, una porción elevada del crecimiento trimestral del PIB se explicó por una acumulación relevante de inventarios. Una posible anticipación al escalamiento de la guerra comercial global podría estar detrás de esta dinámica: el sector productivo se posicionó para mitigar el impacto en costos en el corto plazo. Sin embargo, esta elevada disponibilidad de inventarios puede mermar la necesidad de nueva producción durante el segundo trimestre de 2025.
De acuerdo con el BBVA Research, las manufacturas operaron en el primer trimestre con niveles elevados de uso de capacidad instalada y sus ventas superaron el crecimiento de la producción, lo que sugiere una presión creciente por ampliar la capacidad productiva. Este entorno es coherente con el fuerte crecimiento observado en la inversión en maquinaria y equipo (+12,5 %). Sin embargo, otras ramas de la inversión, como la construcción, siguen rezagadas. La decisión final de invertir dependerá no solo de la evolución de la demanda, sino también de la confianza empresarial y de la percepción sobre la estabilidad regulatoria y política”, indica esta área de investigación.
En el trimestre, como explica el análisis del área de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, si bien la acumulación de maquinaria y equipo se expandió a tasas de doble dígito, sugiriendo una mejora en la toma de decisiones de inversión de parte del empresariado colombiano, la inversión en vivienda e infraestructura se ubicó en terreno de contracción anual.

“En el tema de vivienda, la cifra es negativa pues, teniendo en cuenta que gran parte de las inversiones que realizan las familias colombianas es a través de la compra de vivienda, el declive del sector sugiere que los hogares están priorizados sus decisiones de consumo en contraposición de posibles proyectos de inversión. En tanto, el retroceso de la infraestructura, un sector altamente dependiente del accionar del Gobierno, revela posibles dificultades en los avances de obra y/o pagos de la Nación a los operadores. Finalmente, la inversión en recursos biológicos y propiedad intelectual registró un avance”, dice Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá.
Y agrega que en la medida que la inversión siga rezagada, la economía difícilmente volverá a ritmos de crecimiento cercano a 3%. En conclusión, advierte, si bien la dinámica del consumo soporta cifras de corto plazo, a largo plazo la economía sigue presentando grandes retos, empezando los bajos niveles de confianza en medio de un escenario de alta incertidumbre.
A Corficolombiana le preocupa la debilidad de sectores intensivos en capital, como infraestructura, vivienda, industria manufacturera e hidrocarburos, pues los bajos niveles de inversión se traducirán en un menor crecimiento potencial en los próximos años. “Estimamos que con una tasa de inversión de 17 % del PIB, como la que se registra actualmente, Colombia puede aspirar a crecer 2,6 % por año en el largo plazo, por debajo del 3,5% anual al que creció en la década previa a la pandemia”, asegura.
Destaca que el aumento de la incertidumbre externa en el último mes se ha sumado al choque de confianza que enfrenta la economía colombiana desde hace varios años, el cual se ha reflejado en el rezago de la inversión en el país respecto a otras economías de América Latina. “Según nuestras estimaciones, si la inversión en Colombia hubiera seguido la tendencia de sus pares en la región desde 2022, estaría 18,4 % por encima de su nivel actual”, dice Corficolombiana.
Advierte que, a diferencia de episodios anteriores —como la Gran Crisis Financiera global en 2008, los bajos precios del petróleo en 2015-2016 y la pandemia en 2020—, la caída de la inversión en el país desde 2022 parece responder principalmente a factores idiosincráticos, es decir ambiente de negocios local y el impacto de medidas y decisiones del Gobierno. “Estimamos que en los últimos dos años la inversión en Colombia se ha rezagado más de 20% respecto al desempeño promedio que ha tenido en Brasil, México, Chile y Perú. La brecha actual representa una pérdida de inversión equivalente a 3,1 puntos porcentuales del PIB”, señala Corficolombiana en un análisis de perspectivas de 2025.

La tasa de inversión cayó de niveles cercanos a 20 % del PIB en 2022 a 16,4 % del PIB en 2023, su mínimo de los últimos 20 años, para luego repuntar ligeramente al 17,1 % en 2024. Eso amenaza el crecimiento potencial a lo que se suman los riesgos de insostenibilidad fiscal que serán aún mayores.
Algunas de las causas del pobre desempeño de la inversión desde 2022 es el deterioro de la confianza empresarial, el aumento de la carga tributaria y la incertidumbre regulatoria en sectores como infraestructura, vivienda e hidrocarburos. “En este sentido, la estrategia de crecimiento del país en los próximos años debe girar en torno a crear condiciones atractivas para la inversión, empezando por mejorar la seguridad física, reduciendo la excesiva carga tributaria de algunos sectores y ajustando el marco regulatorio en actividades estratégicas para el crecimiento del país en la próxima década”, puntualiza Corficolombiana.