Economía
Sin regla fiscal, esto le podría pasar a indicadores clave. ¿Golpeará el bolsillo? El ABC de una polémica medida del Gobierno
Con la decisión del Gobierno de no cumplir la regla fiscal y levantar el techo del déficit, se depreciaría la tasa de cambio, subiría la inflación, habría menor crecimiento y el riesgo país aumentaría. Y la calificación de riesgo se reduciría.

El pasado lunes 9 de junio, se conoció que el Consejo Superior de Política Fiscal (Confis) habría confirmado el uso de la cláusula de escape que tiene la regla fiscal y que permitirá levantar el techo del déficit durante un periodo de tres años.
La regla fiscal es un instrumento que le permite al país mantener la credibilidad y confianza de los mercados internacionales, y asegura la sostenibilidad macroeconómica y de las finanzas públicas para que no se superen los límites de la deuda. Sin embargo, las cuentas del Gobierno no se están dando, los ingresos no han sido los esperados y hay una tentación de mayor gasto en un año preelectoral.
Ya el ministro de Hacienda, Germán Ávila, en la Convención Bancaria, había ambientado la situación. “Hay que hacer un pacto fiscal en el país para resolver ese fenómeno estructural que se ha acumulado”, dijo, pero advirtió que resolver en una vigencia el problema estructural fiscal que se ha generado “implicaría de una manera un poco religiosa cumplir con la regla fiscal como si esto fuera una religión y, entonces, paralizamos al Estado y generamos, para cumplir esa regla, una absoluta desaceleración de la economía y una parálisis de la economía”.

Y fue más allá: “Creemos que ese no es el camino. Tenemos que hacer esfuerzos por atender de manera razonable, prudente, sin romper el crecimiento económico que estamos teniendo hacer el ajuste fiscal en un periodo razonable y para eso hay alternativas legales e institucionales que lo permiten”. Al tiempo que anunció una nueva reforma tributaria y el aumento de la deuda.
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Una suspensión de la regla fiscal, advierte Corficolombiana, confirma que la sostenibilidad fiscal no es una prioridad en este Gobierno. “A diferencia de la suspensión realizada entre 2020 y 2022, esta vez no existe “un evento extraordinario que comprometa la estabilidad macroeconómica del país” para justificar esta medida, sino un manejo inadecuado de las finanzas públicas”, dice la firma en un análisis.
En él, agrega su estudio que el déficit fiscal de este año será mucho más alto que el permitido por la regla fiscal. Si se materializan el aplazamiento de gasto por 12 billones de pesos, tras la no aprobación de la Ley de Financiamiento, y el recaudo adicional por el aumento de las tarifas de retención en la fuente, que estima en 9,3 billones de pesos, “el déficit del Gobierno nacional central ascenderá a 6,3% del PIB en 2025. De lo contrario, podría llegar a 7,4% del PIB y la deuda neta ascendería a un máximo histórico de 63 % del PIB”, aseguró.

Para el área de Investigaciones del Banco de Bogotá, si el Gobierno no busca nuevas fuentes de ingreso o ajusta el gasto, las necesidades de financiamiento serían de 138,8 billones de pesos, es decir llevaría el déficit fiscal a 7,8% del PIB en 2025. Sin embargo, el déficit de 7,8% del PIB requiere de esfuerzos de subejecución, “sin estos y repitiendo la ejecución histórica del Presupuesto General de la Nación sin deuda (86%) y del rezago presupuestal (95%), el déficit sería de 8,7%”.
Según Felipe Campos, Gerente de Inversión y Estrategia Alianza Valores y Fiduciaria, Colombia se endeudó en pandemia, “pero el riesgo país solo explotó cuando en 2022 decidimos pelear con el petróleo, las empresas y los capitales. Hoy con la calma en la guerra comercial, el único riesgo disparado es el nuestro: ruptura fiscal e inestabilidad política”.
La suspensión de la regla fiscal, dice Corficolombiana, se traducirá en un aumento de la deuda en los próximos años. “Bajo este contexto, anticipamos que al menos dos agencias de calificación rebajarían la nota crediticia de Colombia en las próximas semanas”, advirtió.
De hecho, Corficolombiana estima que el déficit por financiar este año será entre 26 y 47 billones de pesos (1,4% a 2,5% del PIB) más alto de lo previsto en el Plan Financiero. Puso como ejemplo que, durante mayo, los credit default swaps (CDS) -instrumentos financieros asociados al riesgo de crédito de los bonos emitidos por un gobierno- a 5 años del país se cotizaron 102 puntos básicos por encima del promedio de países con calificación BB y 166 puntos básicos más que sus pares en América Latina. “Según nuestras estimaciones, esta incertidumbre le costó al país un pago adicional de intereses de entre 11,9 y 14,7 billones de pesos durante el último año”.
Por ello, la decisión de romper con la tradición de la regla fiscal, podría afectar la economía colombiana y cifras como las del crecimiento, y también amenazaría el ritmo descendente que trae la inflación.

En un documento de Prospectiva Económica de finales del año pasado, ya Fedesarrollo anticipaba lo que podría pasar si se incumplía la regla fiscal. De acuerdo con el estudio, se daría un aumento de la prima de riesgo del 33 %, lo que se reflejaría en un incremento de los credit default swaps, que miden el riesgo, y pasarían de un promedio de 186 a 247 puntos básicos entre 2024 y 2025. Esto depreciaría la tasa de cambio en hasta 20 %, se presionaría la inflación y la aumentaría en 0,5 puntos porcentuales, sacándola del rango meta del Banco de la República. El incremento en la percepción de riesgo se traduciría en un aumento de las tasas, que se reflejaría en un menor crecimiento en la inversión de 2,1 puntos porcentuales y de 0,8 puntos en el consumo total de la economía para 2025. El crecimiento del PIB total sería inferior en un punto porcentual, pasando de 2,6 a 1,6 %.
Como advierte el informe del Bancolombia, la lectura —que calificó de “alentadora”— de los resultados de la inflación de mayo, va en línea con la convergencia paulatina hacia niveles consistentes con el rango objetivo de política monetaria (2,0 % - 4,0 %) y, además, las medidas de inflación básica volvieron a registrar descensos en sus registros anuales.
Aunque reconoce lo favorable que fue el más reciente dato de inflación, Bancolombia prevé que continuarán las presiones alcistas impulsadas por la persistencia de la indexación, la incertidumbre por la evolución de la política comercial mundial y la ausencia de efectos favorables de base estadística en los próximos meses. Además, estima que la inflación cerrará el año por encima del límite superior del rango de tolerancia del Banco de la República (4 %).
“En este contexto, dado que la junta directiva del emisor ha sido explícita respecto a los riesgos alcistas que enfrenta el proceso de convergencia inflacionaria y ante la incertidumbre fiscal, esperamos que se mantenga una postura de cautela en sus decisiones. Así pues, la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo será determinante para la decisión de tasa de interés que se tomará a finales de mes”, concluye Bancolombia.