Economía
Tiendas de barrio: la presión económica por la inflación y el impuesto saludable golpean las ventas
Durante el primer trimestre de este año, los ingresos de este canal tradicional cayeron. Sin embargo, las celebraciones, como el Día de la Mujer, el Carnaval de Barranquilla, o los partidos de la selección Colombia de fútbol se han convertido en catalizadores.

Una de las grandes transformaciones que ha tenido el consumo es la amplia oferta en materia de canales, y ahora la omnicanalidad ha tomado fuerza. En 2015, los colombianos compraban en un promedio de 11 canales diferentes al año, mientras que en 2024 esta cifra aumentó a 16, dice un estudio de la firma Kantar.
A pesar de la fragmentación, los canales tradicionales no han perdido relevancia: grandes cadenas, cadenas regionales, ventas por catálogo y tiendas de barrio siguen siendo puntos clave de compra, aunque han visto reducirse la frecuencia de visita y el volumen adquirido por acto.
Precisamente, los resultados de las tiendas de barrio se han visto golpeados por la incertidumbre económica y una inflación que, aunque ha cedido, se ha estancado en cerca del 5% y distintos analistas consideran que este año no llegará al rango meta de entre 2% y 4%.
De hecho, Fenalco realizó una encuesta, a través de su programa Fenaltiendas, sobre la operación de las tiendas en 2024 y encontró que el 82% de las tiendas, en el último semestre de 2024, disminuyó sus ventas (53%) o las mantuvo igual (29%). Solo un 17% manifestó aumento.
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Según los resultados, los tenderos, además de enfrentar la disminución de las ventas, los altos costos de los servicios públicos y arriendo en sus locales, batallan contra el impuesto “saludable”, que aumentó el costo de las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados, afectando seriamente su viabilidad. Adicionalmente las panaderías y pastelerías también empezaron a sufrir el fuerte impacto del incremento de los precios del gas.
El impuesto que acaba de alcanzar el 20% de aumento ha disparado los precios de los productos. De acuerdo con el Dane mientras que para el año terminado en enero la inflación total fue de 5,22% y la de alimentos y bebidas de 4,49%, los precios al consumidor final de bienes como las golosinas crecieron un 53,48%. “Tan fuertes aumentos han erosionado directamente a los hogares de menores ingresos y a las precarias finanzas de los tenderos de barrio”, afirmó Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.
Cerca de un 30% de los tenderos pensó en la posibilidad de cerrar su negocio el año anterior. “Es un contrasentido, que, por un lado, el Gobierno predique el apoyo a la economía popular, pero por otro castigue a las tiendas con mayores impuestos. Son 450.000 tiendas en todo el territorio nacional y más de un millón de familias que dependen de estos negocios.”
Y el inicio de este año tampoco fue alentador para las tiendas de barrio. Con datos analizados por Servipunto, unidad especializada en analítica del canal tradicional de Servinformación, las ventas en este canal clave del consumo masivo se redujeron en el primer trimestre de 2025 en un -3,6% frente al mismo periodo de 2024. Esta caída no solo refleja la presión económica sobre los hogares, sino también una desaceleración estructural que acumula una contracción del -8,6 % respecto al primer trimestre de 2023.
“Los datos evidencian una caída persistente del consumo popular. Aunque se mantiene una desaceleración levemente lineal frente a los cortes trimestrales del 2024, la tienda de barrio no logra recuperarse del todo frente a los impactos macroeconómicos y sociales desde el 2023. Los cambios son cada vez más evidentes en las decisiones de compra del consumidor”, explicó Juan Pablo Muñoz, Líder Data Analytics de Servipunto en Servinformación.
Entre los hallazgos más relevantes se encuentra la caída en las transacciones del nivel socioeconómico medio, con una reducción del -11,7%, que además se traduce en una disminución del -12,4% en unidades vendidas. Por contraste, el segmento bajo muestra un menor impacto, lo que indicaría que mantiene su lealtad hacia este canal como primera opción de compra.
A nivel territorial, las ciudades con mayores presiones inflacionarias según los datos del Dane a marzo de este año, fueron Bogotá, Bucaramanga y Pereira, capitales que coinciden con una mayor sensibilidad ante variaciones de precios, lo que termina afectando las dinámicas de consumo local.

En la investigación de Servinformación se destaca la desaceleración del -5 % en la rotación de unidades de las 12 categorías más vendidas, indicador que, más allá del valor monetario, permite comprender el comportamiento real del consumo. La inflación, los impuestos al consumo y las estrategias de precios de las marcas siguen distorsionando el análisis por ventas en valor.
“Hoy, más que mirar el valor de venta, es crucial entender cuántas unidades realmente se están moviendo en la tienda. Una caída en unidades refleja una contracción efectiva del consumo, que no siempre se ve cuando el precio está inflado por impuestos o márgenes”, agregó Muñoz.
Eventos culturales y sociales siguen siendo claves en la activación del canal. Durante el Carnaval de Barranquilla (1 al 4 de marzo), las ventas en bebidas se incrementaron 6 puntos porcentuales en la estructura en ventas de la tienda, con aumentos significativos en categorías como ron (+470 %), aguardiente (+218 %) y whisky (+88,2 %). Sin embargo, productos como pasabocas, leche larga vida y cigarrillos presentaron disminuciones, revelando cambios en la canasta celebratoria.
También se evidenciaron comportamientos diferenciados en fechas como el Día de la Mujer y el Día del Hombre. El 8 de marzo (Día de la Mujer), las ventas crecieron 25,7 % frente al mismo día del año pasado, y así mismo, el consumo de chocolatinas incrementó hasta en +171%. Si contrastamos el día de la mujer versus el día del hombre durante este año, entenderíamos que este incrementa +21,5% en ventas en valor como +8% en transacciones. Cabe resaltar que el Día del Hombre registró una caída del -7,6 % en transacciones respecto al mismo día del año anterior.

“Las celebraciones y eventos nacionales siguen siendo catalizadores importantes del consumo, pero no todos movilizan el mismo interés o presupuesto. Vimos cómo el Día de la Mujer tuvo mayor impacto en las tiendas que el Día del Hombre, lo que también habla de las dinámicas socioculturales del gasto”, puntualizó el experto.
Finalmente, la fiebre del fútbol también tocó a las tiendas. En la eliminatoria Colombia-Brasil del 13 de marzo, las ventas promedio crecieron 8,1 %, impulsadas por factores como la expectativa del partido, la hora de transmisión y el entorno social que motiva la compra de bebidas y productos de celebración.
Con este contexto, el segundo trimestre plantea nuevos retos y oportunidades. Por un lado, se espera que eventos como el Día de la Madre —tradicionalmente de alto impacto comercial— y nuevas jornadas deportivas contribuyan a una ligera reactivación del consumo, especialmente en categorías asociadas al detalle y la celebración. Por otro, la persistencia de condiciones macroeconómicas adversas podría seguir limitando el poder adquisitivo en sectores medios, lo que reforzaría la tendencia de preferencia por el canal tradicional en niveles bajos.

“La tienda de barrio sigue siendo un termómetro del comportamiento económico popular. Lo que ocurra en los próximos meses dependerá en gran medida de la capacidad de las marcas para activar el canal con ofertas pertinentes, del entorno inflacionario, y de cómo se movilice el gasto en fechas claves del calendario cultural colombiano”, concluyó Muñoz.