PENSIONES
Uno de los cerebros detrás de la reforma pensional contó cómo se hizo el proyecto y lo que no le gustó de lo aprobado
Alejandra Sánchez, experta en el tema, en entrevista con SEMANA, revela detalles que poco se mencionan y que harán parte de lo que hay que reglamentar ahora. “Duele mucho que se hicieran aprobaciones clave en la Cámara y no quedaron, porque se acogió el texto del Senado”.
Del origen a lo que salió del Congreso
SEMANA: Luego de haber diseñado una reforma con criterios técnicos, ¿quedó satisfecha con lo aprobado?
ALEJANDRA SÁNCHEZ: Hay dos elementos claves. El primero es que probablemente va a tener un impacto social muy importante, no solo por el pilar solidario, sino también por el semicontributivo, por la prestación anticipada y porque todos ahora van a tener una expectativa pensional unificada; se acaban las diferencias tan atroces entre los que están en un lado y los que están en otro.
Por esa parte social estoy tranquila, contenta, pero sí me habría gustado que se hubieran hecho cosas más fuertes. Por ejemplo, me duele mucho que en la Cámara ya se había aprobado una capitalización del 3 por ciento para aquellos con menos de 300 semanas de cotización cuando se les devolviera el dinero, pero al aprobar el texto de Senado, no quedó.
SEMANA: ¿Qué otros cambios la dejaron insatisfecha?
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A.S.: El tema del umbral (los 2,3 salarios mínimos) habría podido quedar más alto, no golpearía tanto a los trabajadores que ganan más y, al mismo tiempo, le daría más respiro a la nación y mayor capacidad de ahorro. También nos dejó medio aburridos que el pilar solidario fuera de apenas 223.000 pesos de hoy, podría haber sido más.
Realmente ese pilar no es tan costoso y a largo plazo no tiene tanto impacto fiscal, pues sus beneficiarios tienden a la baja frente al tamaño total de la población, en cambio, sí un gran impacto en la economía popular. Igualmente, me dejó preocupada el artículo de las comisiones para los fondos privados.
Les va a permitir cobrar hasta 0,7 por ciento de la totalidad de los saldos en administración. Y ahí viene una preocupación técnica por su impacto en el ahorro individual y en la mesada pensional de la gente. El lío es que esos saldos en administración, hoy de unos 420 billones de pesos, vienen de los aportes de las personas a las que ya les cobraron una comisión de administración.
La polémica cuota de administración
SEMANA: ¿Cuál es el cambio que se plantea en las comisiones de administración?
A.S.: Colpensiones va a cobrar una comisión en las cotizaciones de hasta 2,3 salarios mínimos y la plata de las cotizaciones que esté por encima de ese umbral pagaría una comisión de administración a los fondos.
SEMANA: Eso sería con los nuevos aportes de quienes ganen más de 2,3 salarios, pero, ¿qué va a pasar con el ahorro que ya tienen en los fondos privados? Ese no se gira a Colpensiones, sino que se queda en los fondos hasta el momento de la jubilación, ¿sobre ese ahorro es que se cobraría hasta el 0,7?
A.S.: Así es, sin embargo, hay varios escenarios. Las personas que ganan más de 2,3 salarios y que han estado en Colpensiones tienen una plata del pasado que supera ese umbral y la nación debe responder por eso, bien sea con un título a favor de esas personas o que envíen ese dinero a los fondos para que ellos lo administren mientras llegan a la edad de pensión. Ese tema está por reglamentar y equivale a unos 21 billones de pesos, y si esa plata no se manda a los fondos, no tendrían por qué cobrar comisión de administración.
El impacto sería en las nuevas cotizaciones de quienes ganen más de 2,3 mínimos, que han estado en Colpensiones y no son de la transición. Ellos deberán cotizar lo que esté por encima del umbral a los fondos privados y a eso le podrían cobrar hasta el 0,7 anual.
También están los recursos de los que están hoy cotizando en los fondos privados y sean trasladados a Colpensiones, los recursos que quedan con ellos deben tener un trato diferenciado, pues ya pagaron comisión de administración sobre el flujo de cotización.
Un tema interesante es el de los que, aprovechando la transición, se trasladen de Colpensiones a los fondos privados porque les conviene. A ellos les deberán cobrar las comisiones actuales y no las de la reforma. Así, hay segmentos muy diferenciados y por eso no se debe cobrar comisión sobre todos los recursos de la misma forma, de eso se debe encargar juiciosamente la reglamentación.
SEMANA: Los fondos privados dicen que la comisión del 0,7 no sería sobre los 420 billones, pues ahí hay ahorros de los ya jubilados, de los del régimen de transición y del fondo de garantía de pensión mínima, y que sería mucho menos, ¿es así?
A.S.: En efecto, sería por menos, pero tal como quedó el artículo, lamentablemente, podría interpretarse que es sobre la totalidad de los saldos, o sea, sobre los 420 billones.
¿Impuesto a pensiones bajas?
SEMANA: Hay temor por la declaración de renta para pensionados y por la baja de requisitos para afros, indígenas y campesinos, ¿eso se puede corregir?
A.S.: Lo de los impuestos se puede aclarar con un concepto de la Dian y lo otro no es tan dramático como se ha dicho. Cuando esa propuesta se incluyó en la reforma quedó sujeta a estudios sobre la expectativa de vida de esas poblaciones. En Colombia no hay estudios al respecto y mientras no estén, pues no se puede implementar, es decir, es solucionable.
Preocupación por la entrada en vigencia
SEMANA: También preocupa que la reforma entra en vigencia en un año, ¿Colpensiones está preparado?
A.S.: Yo percibo tres elementos en esta discusión. Uno tiene que ver con la reglamentación, la cual debe quedar muy clara y bien dispuesta y se puede lograr en un año, pues hay buena voluntad para que salga.
Dos, en cuanto al alistamiento de Colpensiones, veo un poco la dificultad, pues debe ir ajustando su estructura humana, de oficinas, del manejo de las historias laborales y del software a medida que van saliendo los decretos.
Lo que me preocupa es que los decretos no se pueden ir implementando hasta que no surtan todos los procesos correspondientes y prácticamente por la falta de tiempo se tendrían que ir sacando decretos e irlos implementando en simultánea.
Así que la clave estará en la capacidad para gestionar esa transformación. El tercer elemento que me preocupa mucho es el de las comunicaciones con el público. Todos los colombianos deben saber bien qué va a pasar con cada uno de ellos y para eso hay que hacer unas campañas muy juiciosas de información.
La vida del fondo de ahorro
SEMANA: Al darle el aval fiscal a la reforma, en Hacienda dijeron que el nuevo fondo de ahorro alcanzaría hasta 2067, ¿a ustedes les da la misma cuenta?
A.S.: A nosotros nos da un poquito antes, hasta 2064.
SEMANA: Y en ese momento, ¿qué se va a hacer, ya sin ahorros en el fondo?
A.S.: Son 40 años y en ese tiempo se deben hacer ajustes paramétricos. Ese escenario es como si no hiciéramos nada, como si la economía estuviera quieta y no se mejoraran el empleo, ni los salarios. Obviamente, aquí hay que estar haciendo un monitoreo permanente que permita ajustar clavijas. Si aumenta la expectativa de vida de los colombianos habrá que subir la edad, si mejoran los salarios se subiría el porcentaje de cotización.
Lo políticamente viable
SEMANA: ¿Por qué la reforma no aprovechó para subir la edad?
A.S.: Porque no era urgente, el escenario con problemas sería en 2064 o 2067. Ningún país europeo tiene una capacidad de maniobra de 40 años. Además, hay que hacer las cosas políticamente viables. A eso se suman otras razones técnicas que la gente no conoce.
Revisamos el promedio de edad a la que los colombianos efectivamente se pensionan y encontramos que en las mujeres es 60,08 años y en los hombres 64,3, casi tres años después de lo establecido. No valía la pena dar la pelea por aumentar la edad ahora, cuando en la práctica ya se corrió por las dificultades del mercado laboral, que hace que pocos puedan llegar a las 1.300 semanas.
Sobre la afectación a jóvenes
SEMANA: Los críticos dicen que la reforma se hizo a costa de los jóvenes, quienes tendrán pensiones bajas. ¿Qué responde a eso?
A.S.: Que las pensiones muy bajas son las que dan hoy los fondos privados. Lo que va a haber es una pensión media, que es un equilibrio entre lo que da Colpensiones y lo que dan los fondos privados.
Toda reforma pensional tiene un impacto sobre las generaciones más jóvenes y la solución es el ahorro, el cual también está en esta reforma, pues los jóvenes van a tener la garantía del nuevo fondo de ahorro que será por generaciones.
SEMANA: Claro, serán pensiones mejores a las que dan los fondos, pero más bajas que las actuales de Colpensiones…
A.S.: Así es y de eso se trataba la reforma, alguien tenía que darse la pela de bajar esos subsidios. Ningún otro Gobierno se atrevió, por el deterioro del capital político que implica esa decisión.
Pensiones más chiquitas
SEMANA: ¿Cómo le explica al colombiano que estudió, que crece profesionalmente, que paga sus aportes, que ya no va a poder tener una pensión del 65 por ciento de su salario, como ocurre hoy en Colpensiones?
A.S.: Hay explicaciones demagógicas, que no me gustan, según las cuales esas personas son privilegiadas y tienen que devolver parte de lo que esta sociedad les dio, además van a tener tiempo suficiente para reunir otras fuentes de ingresos para su vejez.
En otros países es así y en ellos las pensiones a cargo del Estado tienen un techo, pero acá nos acostumbramos inicialmente a que no había techo y luego a uno de 25 salarios mínimos, que es una vulgaridad.
Sin embargo, a mí me gusta explicar este cambio de otra manera: usted, profesional que no está en transición, que hoy debe tener entre 30 y 40 años y que está muy furioso por la reforma pensional, usted no tiene pensión en este momento porque el sistema, de seguir como estaba, difícilmente le va a garantizar las mesadas que hoy tienen los jubilados.
Ese escenario es una utopía, una fantasía. Con la reforma tiene más certeza de pensionarse, no con esas mesadas exageradamente altas, pero con una cifra que sí es sostenible en el tiempo. Lamento que la reforma se haya hecho sin más pedagogía.