En el caso de mujeres que además residen en la ruralidad, la probabilidad de
acceder a un empleo formal es menor en 14.5 pp, en comparación con un
hombre que reside en una ciudad.
En el caso de mujeres que además residen en la ruralidad, la probabilidad de acceder a un empleo formal es menor en 14.5 pp, en comparación con un hombre que reside en una ciudad. | Foto: iNEI

Cápsula

INEI: El estudio que mide las barreras de acceso al empleo en Colombia

Redacción Economía
28 de febrero de 2024

El más reciente Informe Nacional de Empleo Inclusivo (INEI) ha puesto de manifiesto preocupantes disparidades en el acceso al empleo en Colombia, especialmente para aquellos que pertenecen a grupos vulnerables. Según este informe, una persona mayor de 55 años con discapacidad enfrenta una probabilidad significativamente menor, en un 28.6 %, de obtener un empleo formal en comparación con una persona más joven sin discapacidad.

El INEI, producido por la Alianza por la Inclusión Laboral, revela cómo la intersección de diversas características, como la edad, el género, la etnia, la condición migratoria y la discapacidad, amplifican las barreras en el acceso al empleo y la educación en Colombia. Por ejemplo, los jóvenes migrantes tienen una probabilidad aún más baja, del 45.5 %, de conseguir empleo en comparación con una persona no migrante mayor de 28 años.

Estas desigualdades se originan desde la educación escolar, donde las personas pertenecientes a grupos vulnerables enfrentan obstáculos adicionales para completar su formación. En el ámbito laboral, las mujeres mayores de 55 años y los jóvenes rurales son especialmente afectados, con menores posibilidades de empleo mediante canales formales de intermediación laboral.

Un joven que a la vez es migrante tiene una probabilidad de tener un empleo
formal menor en 45,5 pp, con respecto a alguien que es mayor de 28 años y no
es migrante.
Un joven que a la vez es migrante tiene una probabilidad de tener un empleo formal menor en 45,5 pp, con respecto a alguien que es mayor de 28 años y no es migrante. | Foto: iNEI

El informe también destaca los desafíos en la educación superior, donde los jóvenes migrantes y las mujeres rurales tienen una menor probabilidad de completar sus estudios. Las dificultades relacionadas con el estatus migratorio y la accesibilidad geográfica de las instituciones educativas contribuyen a esta disparidad.

Catalina Martínez, directora de Fundación ANDI, enfatizó la importancia de comprender la complejidad de las poblaciones colombianas para construir una sociedad más equitativa e inclusiva. Por su parte, Daniel Uribe, director de Fundación Corona, subrayó la necesidad de garantizar una educación escolar de calidad como primer paso hacia la movilidad social y el acceso al mercado laboral.

Frente a este panorama, el INEI insta a los actores del ecosistema de educación y empleo a promover acciones más eficaces para mitigar estas brechas y trabajar en conjunto para superar las barreras que obstaculizan el acceso equitativo al empleo y la educación en Colombia. La conversación y la colaboración son fundamentales para abordar estas profundas desigualdades y crear oportunidades para todos los ciudadanos colombianos.