La formación del campo colombiano comienza a incorporar herramientas propias de la era digital. El Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) anunció la implementación de tecnología inmersiva para capacitar a comunidades rurales, en un país donde más de 14,6 millones de personas se reconocen como campesinas y enfrentan mayores riesgos laborales y brechas en acceso a innovación.
La estrategia responde a un rezago estructural, solo el 30% de los productores agropecuarios en Colombia utiliza tecnologías para la gestión de sus cultivos y procesos, muy por debajo de otros países de la región.
Frente a este panorama, el SENA incorporó simuladores con realidad virtual e integración háptica, que permiten aprender mediante la experiencia, la repetición y la simulación de escenarios reales del trabajo agrícola.
Estos entornos inmersivos recrean labores como el uso de motoguadañas y fumigadoras, prácticas agropecuarias, agroecología y transformación de alimentos, sin necesidad de maquinaria física, ni consumo de insumos. La apuesta busca mejorar habilidades técnicas, reducir riesgos operativos y fortalecer la productividad rural.

El despliegue de esta tecnología se apoya en instructores que llevan la formación directamente a las comunidades, ampliando cobertura y acercando al Estado a zonas históricamente marginadas. Más allá del componente tecnológico, la iniciativa apunta a fortalecer la economía campesina, impulsar la innovación local y avanzar hacia una mayor sostenibilidad del sector agropecuario.










