Agroindustria
Reconocen buenas prácticas de los floricultores colombianos
Colombia cuenta con la segunda certificación más antigua del mundo para el sector floricultor. Se trata del sello Florverde, el cual cumple 25 años y ha permitido que en los cultivos certificados se registre una reducción del 50 % en el uso de plaguicidas químicos y, prácticamente, la eliminación total en el uso de plaguicidas de mayor toxicidad. Allí también se cuenta con el 100,% de los trabajadores bajo contrato laboral escrito, trazabilidad completa en los procesos de contratación y subcontratación, y ambientes de trabajo que respetan sus condiciones de salud y seguridad.
Jeroen Oudheusden, director ejecutivo de la Iniciativa de Sostenibilidad para la Floricultura, FSI, organización global que en la actualidad cuenta con cerca de 80 miembros en diferentes países, comentó desde Holanda que “Florverde nos ha ayudado a construir el camino de la sostenibilidad desde las flores y ha demostrado que esta es una cuestión de productores responsables y liderazgo compartido. Además, su trabajo serio y comprometido con la generación de indicadores y datos confiables es muy importante para la generación de una cadena de suministro con los mejores criterios de desarrollo sostenible”. Así mismo, desde Ginebra, Mathieu Lamolle, asesor principal en normas de sostenibilidad del Centro de Comercio Internacional (agencia conjunta de la Organización Mundial del Comercio y de las Naciones Unidas), mencionó que “Florverde es una respuesta a las tendencias internacionales de las cadenas de suministro sostenibles del sector agrícola y un ejemplo a seguir. Tenemos la neutralidad de la ONU y podemos asegurar que sus indicadores son de un nivel muy alto y le dan al sector un gran poder de acceso a nuevos mercados internacionales”.
En el marco de la celebración de los 25 años, Martha Méndez, directora del sello Florverde, rindió un reconocimiento especial al presidente de Asocolflores, Augusto Solano, por su gestión y compromiso con la floricultura sostenible y las buenas prácticas medioambientales para asegurar el uso eficiente de los recursos naturales, la protección de los ecosistemas y la reducción del impacto ambiental.