Emprendimiento
Nueva alianza para fortalecer la red forestal y de las maderas en Colombia
El consumo de madera por persona en Colombia es de alrededor de 0,12 metros cúbicos anuales.
Para 2022, Colombia contaba con 541.000 hectáreas de plantaciones forestales comerciales, aportando solo un 1,5 % al número de plantaciones de rápido crecimiento que en el mundo son 54 millones, con las que se abastece buena parte de la demanda por madera.
Si bien el país presenta un rezago de más de 20 años frente a la productividad y la competitividad de países vecinos como Chile y Brasil, sí conserva aún su alto potencial para crecer al menos 40 % con una sola acción: dinamizando la demanda.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el consumo de madera por persona en Colombia es de alrededor de 0,12 metros cúbicos anuales, lo que equivale a 25 cajas de zapatos por persona al año. Sin embargo, en países como Brasil (1,24 metros cúbicos) o Estados Unidos (1,22 metros cúbicos) el consumo es 10 veces más alto. Y en países como Canadá o Uruguay este indicador supera los 4 metros cúbicos año.
“En los países mencionados se ha construido al paso de los años una cultura forestal y de la madera inherente en sectores como el de la construcción o la industria de papel, cartón y pulpa que demandan gran cantidad de materias primas. Sin ella es muy complicado crecer porque eso es lo que permite que los números reaccionen, las inversiones vengan, la política pública se redirija y la industria crezca desde las regiones”, aseguró Juan Miguel Vásquez Suárez, director ejecutivo nacional de Fedemaderas.
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Por el contrario, en Colombia, donde tradicionalmente se ha construido con cemento, ladrillo y hormigón, solo se utilizan en promedio 2,56 metros cúbicos de madera redonda en una vivienda estándar de 85 metros cuadrados, según un estudio de ONF Andina (sucursal de la entidad pública francesa Office National des Forets y agremiada a Fedemaderas). En contraste, el país consume 3,7 millones de toneladas de acero al año y dos tercios son importados. La relación es simple, 1 a 5 en uso de la madera para la construcción.
En el caso de la construcción, son comunes las piezas de madera maciza aserradas de los árboles para uso estructural, los paneles a base de madera para vivienda y las diferentes piezas arquitectónicas provistas por la industria del mobiliario. En Estados Unidos, particularmente, la madera es valorada por sus propiedades estructurales. Es por esto que allí una unidad familiar estándar de 240 metros cuadrados requiere en promedio 36 metros cúbicos de madera redonda.
“Para poder suplir en gran parte este consumo de acero se requieren alrededor de 5 millones de toneladas de madera y con ello a su vez cultivar 27.000 hectáreas de plantaciones de pino o eucalipto al año. Hay un mercado necesario, potencial y tangible de construcción que podría emplear una mayor cantidad de madera si la mentalidad, conciencia y cultura hacia el recurso forestal cambiara”, resaltó Vásquez Suárez.
El director ejecutivo nacional de Fedemaderas advirtió que, a pesar de su potencial, Colombia no tiene una economía forestal sólida y desarrollada. Dada la falta de demanda, el crecimiento promedio anual del área de cultivo forestal en Colombia es de apenas 13.000 hectáreas. Sin embargo, las oportunidades existen.
Por citar un ejemplo, el Gobierno nacional espera que en menos de 30 años se demanden 32,4 millones de unidades de vivienda, las cuales podrían ser atendidas en gran medida con una política pública que comprenda la integralidad sectorial a través de lo que el gremio ha denominado los Clústeres Regionales de Bioeconomía.
De esta forma, Colombia aprovecharía la preocupación actual de los países consumidores por el suministro mundial de madera en rollo industrial para encontrar clientes, dado que la oferta viene creciendo a una velocidad mayor y se espera llegue a 5,2 miles de millones de metros cúbicos en 2070. De hecho, según Juan Miguel Vásquez, Colombia podría aportar el 10 % del área forestal plantada (en millones hectáreas) en los próximos 55 años, oportunidad que en términos económicos representa a precios constantes de 2022 el 88 % de nuestro PIB.