Inversión
Arabia Saudita impone su juego y le apunta a ser la nueva potencia del deporte a nivel global
Con inversiones millonarias, el reino saudí transforma el mapa del deporte internacional. Fútbol, golf, automovilismo y hasta los esports, bajo el ambicioso proyecto “Visión 2030”.

La inversión de Arabia Saudita en el deporte mundial va ligada a su Fondo de Inversión Pública (PIF), que con activos totales de unos 925.000 millones de dólares empezó a convertirse en un titán del deporte global.
Uno de los gestos más simbólicos fue la adquisición del club inglés Newcastle United por aproximadamente 413 millones de dólares, una operación que no solo le devolvió la competitividad deportiva al equipo, sino que duplicó sus ingresos gracias a una gestión profesionalizada y al respaldo de patrocinios saudíes.
Esa avanzada responde a una visión estructurada que ya cuenta con el respaldo de figuras como Cristiano Ronaldo, quien declaró a Diario AS: “Pienso que ya estamos entre las cinco mejores ligas y veo que vamos a seguir mejorando. En estos dos últimos años hemos demostrado que la liga crece y crece. Solo quien nunca la jugó o los que no saben de fútbol dirán que no es de las cinco mejores”.
Juan Pablo Narváez, actual miembro de la firma internacional de marketing deportivo Sportrade y experiodista de Deportes RCN y Caracol Radio, considera que, aunque aún no puede afirmarse con certeza que la liga saudí esté entre las cinco mejores del mundo, el proyecto ha avanzado con pasos firmes. “Están replicando un modelo similar al europeo, con torneos todos contra todos, 34 jornadas, lo cual fomenta la competitividad. Han traído grandes figuras, pero también han apostado por jóvenes con proyección. Es un buen balance entre mercadeo, talento y desarrollo deportivo. La llegada de Cristiano fue un punto de quiebre, y desde entonces muchos jugadores han decidido emigrar al fútbol árabe. Hoy, si bien aún es discutible su lugar en el top 5, sin duda es mucho más competitiva que antes”.
Arabia Saudita ha invertido miles de millones de dólares en atraer a estrellas de renombre como Karim Benzema, Neymar y Roberto Firmino, entre otros, quienes llegaron a la Saudí Pro-League con contratos que superan ampliamente los estándares europeos. El objetivo es claro: convertir a su torneo local en uno de los más vistos y competitivos del planeta, como parte del plan económico y cultural “Visión 2030”, impulsado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman.

Esta estrategia no se limita al fútbol. El país irrumpió con fuerza en el golf, lanzando el circuito LIV Golf, financiado por el Fondo de Inversión Pública (PIF), que sacudió la industria y forzó una fusión con el PGA Tour y el DP World Tour. En el automovilismo, el Gran Premio de Fórmula 1 de Jeddah ya es parte del calendario oficial hasta al menos 2030, mientras que el boxeo y los esports también forman parte del repertorio de expansión.
Sin embargo, este despliegue deportivo también ha despertado severas críticas. Diversos analistas y organismos de derechos humanos denuncian que se trata de una estrategia de sportswashing: un fenómeno mediante el cual los líderes políticos utilizan deportes para mejorar su reputación dañada, a través de la organización de un evento deportivo.
Para entenderlo mejor se ha puesto como ejemplo el caso de la Copa Mundial de la Fifa 2018 celebrada en Rusia, ya que la reputación mundial del país era baja debido a su política exterior y este evento provocó la interrupción de las discusiones relacionadas con él. ¿Cuál fue el resultado? se centraron en el éxito de la Copa del Mundo.

El avance saudí es tan ambicioso como estructurado. Lejos de ser una moda pasajera, sus inversiones responden a una estrategia integral de poder blando, donde los grandes eventos deportivos son el escenario perfecto para reposicionar al reino ante el mundo. Arabia Saudita ya no juega desde la tribuna, hoy, financia el espectáculo y, en resultado de todo esto, logró ser la sede del mundial 2034.
En este contexto, Arabia Saudita no actúa sola. Según un informe de la consultora internacional Control Risks, las monarquías del Golfo (Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar) han adoptado una estrategia conjunta de inversión intensiva en el deporte global. A través de la adquisición de clubes, organización de eventos y creación de infraestructuras, buscan diversificar sus economías, atraer turismo y consolidar influencia política. El deporte, entonces, no es solo entretenimiento: es geopolítica, marketing e imagen internacional.
La victoria más importante de la historia del fútbol árabe 🇸🇦
— Pablo Giralt (@giraltpablo) July 1, 2025
Al Hilal acaba de eliminar al MANCHESTER CITY de Pep Guardiola. El batacazo del Mundial de Clubes. pic.twitter.com/GnKXBb4NpJ