Agroindustria
Asocaña refuta críticas de la ministra Irene Vélez contra el cultivo de caña en el Valle
El gremio dice que no usa glifosato hace más de una década y que les compra caña a 12.000 pequeños cultivadores.

La industria de la caña de azúcar no solo es una de las más importantes del Valle del Cauca, sino una de las más reconocidas a nivel global por los niveles de eficiencia y productividad que ha logrado. Por este motivo, sorprendieron las palabras de la ministra de Ambiente, Irene Vélez, quien calificó los 70 años de expansión de este cultivo como “un desastre ecológico y social para la región”.
La ministra, quien pronunció estas palabras al participar en la inauguración de la Semana de la Biodiversidad en Cali, argumentó que la ocupación de la tierra para la producción de caña de azúcar “ha agotado las fuentes de agua subterránea y las ha contaminado porque desde la década de los 80 usan glifosato".

Las duras acusaciones fueron respondidas por el gremio de los cultivadores de caña de azúcar, Asocaña, cuya presidenta, Claudia Calero, como muchas otras personas de la región y del país, se sorprendieron al escuchar a la ministra. En diálogo con SEMANA, explicó que es la primera vez que reciben ese tipo de señalamientos y que la ministra Vélez no les había manifestado antes sus preocupaciones.
No obstante, Calero fue enfática al desmentir los cuestionamientos. En lo que respecta al uso del agua explicó que en las tierras en donde se despliegan los cultivos de caña en el Valle hay un acuífero subterráneo con 40.000 millones de metros cúbicos de agua, la cual “no se toca, ni nunca se ha tocado” y eso lo ha certificado la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca. “El acuífero se recarga anualmente con 3.500 millones de metros cúbicos provenientes de aguas lluvias, y de esa recarga se utiliza el 23 % para el uso de actividades agrícolas e industriales”.
En lo que respecta al uso del glifosato, Calero dice que ya hace cerca de una década no lo usan.
En su intervención, Vélez también afirmó que el país necesita frutales y otro tipo de uso del suelo, en donde participen también las comunidades campesinas “que han sido durante estas décadas marginadas, puestas en las montañas de manera absolutamente precaria en términos de acceso a la tierra”.
Calero respondió que el Valle es un gran productor de plátano, cítricos, como naranjas, limones y mandarinas, así como piña y uva, con la ventaja de que se pueden producir en pisos térmicos distintos a los que se usan para la caña. De hecho, precisó que el Valle es junto con el Meta y Tolima, uno de los departamentos del país con más áreas sembradas.

En lo que respecta al uso de la tierra, la dirigente gremial explicó que los cultivos de caña del país están en 239.000 hectáreas de 50 municipios de cuatro departamentos. De esas hectáreas hay un porcentaje que pertenecen a más de 12.000 familias, que cultivan caña voluntariamente y que se la venden a los ingenios, los cuales les dan una garantía de compra.
Calero expresó su interés en reunirse con la ministra Vélez para aclarar estos temas y conocer de primera mano sus preocupaciones, al tiempo que pidió evitar la estigmatización de un sector de que genera unos 286.000 empleos directos e indirectos y que en sus zonas de influencia beneficia a aproximadamente 1,2 millones de personas, si se consideran los encadenamientos productivos.