Telecomunicaciones
En la autopista de Internet no todos ponen igual. ¿Facebook, YouTube y Netflix debería pagar por ser lo que más consumen datos?
Los promotores de esta idea buscan una operación similar a la de los peajes de las carreteras, en donde pagan más los vehículos de mayor peso.

Hace unos meses, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) sacó a consulta un documento sobre los servicios digitales y un escenario de reconfiguración de los agentes del sistema.
La idea es profundizar en un análisis sobre preferencias de uso de los llamados over the top (OTT) –servicios de audio, video y otros contenidos– en plataformas que se transmiten por internet. Pero también busca analizar si hay posibles asimetrías entre proveedores de redes y OTT que requieran de una eventual formulación de políticas públicas y regulación.
Este hecho coincide con un momento complejo del sector: mientras las empresas de telecomunicaciones enfrentan dificultades financieras, las grandes plataformas de contenidos, como Google, Netflix o TikTok, viven un proceso de expansión y crecimiento.
Como resultado, ha surgido un debate en Colombia y el mundo: ¿deberían las plataformas pagar por las “autopistas de internet” en lugar de dejar toda la inversión a los Proveedores de Redes y Servicios de Telecomunicaciones (PRST)?
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Asomóvil asegura, según datos de la CRC, que entre 2022 y 2024, el tráfico de internet móvil en Colombia se multiplicó por 1,57, “lo que significa que la demanda de datos móviles creció a una tasa anual compuesta de 25 por ciento”. Y agrega que el 67 por ciento del tráfico móvil corresponde a solo tres plataformas: Meta (Facebook, WhatsApp e Instagram), Alphabet (YouTube y Google) y TikTok. Para el gremio, estas plataformas perciben un ingreso, pero no están pagando por la autopista, es decir, por el uso de la red.
“Internet hoy es una carretera que todos pueden usar: carros pequeños, motos, bicicletas. Pero también hay camiones gigantes que la usan todo el día y pesan muchísimo. Aunque todos usan la misma carretera, los camiones grandes la desgastan mucho más rápido. Es por esto que el valor de los peajes es distinto para cada tipo de vehículo. ¿Imaginen qué pasaría a las carreteras si esos camiones no hicieran una remuneración por el uso? En las autopistas del internet también se necesita que esos grandes camiones paguen por el uso de la carretera, no solo los carros pequeños o los dueños de la carretera”, dice Samuel Hoyos, presidente de Asomóvil.

Por su parte, Jorge Sánchez, experto en competencia y socio de JSM Abogados, advierte que los grandes generadores de tráfico digital usan intensamente las redes sin aportar a su sostenibilidad. “Esta falla de mercado exige acción regulatoria urgente. No se trata de un dilema jurídico, sino de ejercer una competencia clara y explícita en la ley para la eficiencia económica y calidad de los servicios. Pero lo más importante: sin red de telecomunicaciones sostenible no hay inclusión digital posible”, advierte. Un estudio de esta firma establece que la inversión ha crecido a una tasa tres veces mayor que los ingresos recibidos por los prestadores de red.
La otra cara de la moneda la plantean las plataformas o gremios a los que pertenecen. Netflix, en el documento de comentarios, asegura que su inversión en contenido –que calcula en 60.000 millones de dólares en los últimos cinco años– contribuye a impulsar la demanda de servicios de proveedores de redes. En general, la opinión de Netflix es que los proveedores de contenido y los de redes operan en negocios distintos, desempeñando un papel complementario y en el marco de una relación simbiótica. En un contexto de internet abierto, tanto los unos como los otros, “están regulados bajo marcos apropiados, pero diferentes, de acuerdo con la naturaleza de su actividad, y ambos son libres de invertir en sus respectivos negocios”.

Por su parte, AmCham Colombia señala en sus observaciones que los acuerdos contractuales existentes entre plataformas OTT y los prestadores de redes “son el resultado de negociaciones comerciales bajo el marco de la libertad contractual, generando beneficios tanto para las empresas como para los consumidores”. Y considera que este tipo de acuerdos debe seguirse gestionado “bajo la libre voluntad de las partes, sin necesidad de intervención estatal, ya que los acuerdos privados permiten ofrecer servicios a menores costos al consumidor, en beneficio mutuo de todas las partes”.
El debate apenas empieza.