Volkswagen está haciendo una gran apuesta en China, el mercado automovilístico más grande y uno de los más competitivos del mundo. La pregunta es si funcionará.
El fabricante de automóviles alemán, que una vez dominó el mercado con una participación de más del 50 %, ha invertido 3.000 millones de euros en un extenso centro de investigación y desarrollo —el más grande fuera de su país de origen— en Hefei, una discreta ciudad del centro de China de 10 millones de habitantes.

Esto supone un cambio radical respecto a cómo los fabricantes de automóviles extranjeros operaron en China durante décadas, fabricando coches que desarrollaban en el extranjero y compartiendo su tecnología con socios locales. Esta estrategia ha sido relegada a un segundo plano por el rápido crecimiento de la competencia local, que ha reducido drásticamente las ventas de las marcas extranjeras.
“Este modelo de negocio ya no existe”, afirmó Thomas Ulbrich, director de tecnología del Grupo Volkswagen en China. La marca automotor está desarrollando vehículos específicamente diseñados para los conductores chinos: coches que probablemente nunca se verán en las carreteras europeas, aunque podrían llegar a los mercados de Oriente Medio y el sudeste asiático.
A medida que se lancen los nuevos modelos, Volkswagen descubrirá si la inversión dará sus frutos y le permitirá alcanzar a fabricantes chinos como BYD y Geely y recuperar participación de mercado.
Esta estrategia es clave para recuperar la competitividad dentro de China, dijo Rella Suskin, analista de acciones de Morningstar que cubre el sector automovilístico europeo.
Pero, predijo, “les permitirá mantener los niveles de participación de mercado en línea con los niveles actuales, en lugar de permitirles recuperar la participación de mercado que se ha perdido en los últimos años”.
La pregunta es si puede ganar dinero en un mercado hipercompetitivo que ha llevado los precios a niveles ruinosos.
Audi, parte del Grupo Volkswagen, marcó la pauta con la introducción este año de una nueva marca llamada “AUDI”, su nombre en mayúsculas. VW se prepara para lanzar nuevos modelos 2026 desarrollados “en China, para China”, como le gusta decir al fabricante.
“Es una pregunta crucial si esta estrategia dará sus frutos”, dijo Claire Yuan, directora de calificaciones corporativas para el sector automotor chino en S&P Global Ratings. “Tenemos que estar atentos, pero creo que van por buen camino para recuperar terreno”.

La velocidad de China deja a sus competidores atrás
Los fabricantes de automóviles extranjeros se quedaron atrás debido a los dramáticos cambios en el mercado chino durante los últimos cinco años.
Los vehículos eléctricos se han disparado hasta representar aproximadamente la mitad de las ventas de coches nuevos. Y los compradores esperan que incorporen las últimas funciones digitales, desde grandes pantallas táctiles similares a las de un iPad hasta capacidades de conducción autónoma, como la facilidad para aparcar marcha atrás.

Los fabricantes chinos de vehículos eléctricos lanzan sus nuevos vehículos al mercado en un plazo de 12 a 18 meses, frente a los tres a cinco años que tardan los fabricantes globales. «El ritmo no es una opción, sino una necesidad, y esa presión impulsa la competitividad global», afirmó Russo.
*Con información de AP.










