ECONOMÍA
Importante marca de licor anunció el cierre de sus operaciones
En los últimos meses, varias empresas del sector han cerrado sus puertas.
En una sorpresiva y emotiva decisión que ha sacudido a la comunidad de los amantes del whisky artesanal, Westward Whiskey ha anunciado oficialmente el cese de sus operaciones. Fundada en Portland, Oregón, la destilería se convirtió durante las últimas dos décadas en uno de los estandartes del renacimiento del whisky americano, combinando técnicas tradicionales con una visión audaz del nuevo mundo del destilado.
El anuncio llegó mediante un comunicado de prensa firmado por su fundador y maestro destilador, Christian Krogstad, quien agradeció a empleados, colaboradores y consumidores por el apoyo continuo. “Ha sido un viaje extraordinario transformar la cebada del noroeste del Pacífico en una expresión única de whisky americano. Pero toda historia tiene un final, y hoy es el momento de cerrar este capítulo con orgullo y gratitud”, se lee en el comunicado.
Aunque no se especificaron detalles financieros, fuentes cercanas a la empresa señalaron que las crecientes presiones del mercado, la inflación de materias primas, y la consolidación de grandes conglomerados de bebidas dificultaron la sostenibilidad de un modelo independiente.
A pesar de su creciente popularidad y reconocimiento internacional, con premios obtenidos en competencias como el San Francisco World Spirits Competition, la empresa habría enfrentado dificultades logísticas para mantener su escala artesanal en un entorno cada vez más competitivo.
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Westward se destacó por su enfoque radicalmente distinto: en lugar de imitar los estilos tradicionales escoceses o los perfiles dulces del bourbon, la destilería apostó por un “whisky de cerveza”. Utilizaban métodos inspirados en la elaboración cervecera, fermentando mostos ricos y complejos antes de destilarlos cuidadosamente y madurarlos en barricas nuevas de roble americano.
El resultado era un whisky con notas profundas de malta, frutas oscuras y especias, que cautivó a una audiencia que buscaba autenticidad e innovación.
El cierre también pone fin a su programa de barricas personalizadas y colaboraciones con cervecerías artesanales, una de sus iniciativas más aclamadas. Pequeñas producciones de ediciones limitadas, envejecidas en barricas previamente usadas para cervezas locales, se habían convertido en piezas de colección entre entusiastas y coleccionistas.
Los empleados recibirán apoyo para la transición laboral y, según el comunicado, se buscará preservar parte del legado de la marca. Algunos de los últimos lotes producidos se pondrán a la venta como edición especial de despedida, en una distribución limitada que, sin duda, se agotará rápidamente.
La comunidad de Portland lamenta el cierre de una destilería que no solo fue motor económico local, sino también símbolo de creatividad y resiliencia. En palabras de un cliente habitual: “Westward no solo hacía whisky, contaba historias. Se va una marca, pero queda su espíritu en cada botella abierta junto a buenos amigos”.
