Inteligencia artificial: así se puede convertir en una herramienta para impulsar el desarrollo económico empresarial, según el CEA

La inteligencia artificial (IA) cada vez toma un papel más relevante. La implementación de nuevas tecnologías relacionadas con la IA presenta desafíos y oportunidades económicas significativas. De acuerdo con el Consejo de Empresas Americanas (CEA), cuando se implementan con éxito, estas tecnologías pueden “ayudar a las empresas a tomar decisiones más estudiadas y basadas en el análisis de datos, mejorar la personalización de los productos y servicios, y proporcionar nuevas soluciones a problemas complejos”.

Según un informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2022, aunque la IA puede automatizar ciertas tareas y reemplazar trabajos rutinarios, también puede generar nuevas oportunidades laborales. La OIT señala que, si se implementa correctamente, la IA puede aumentar la productividad y permitir que los empleados se centren en tareas más complejas y creativas, lo que no representaría despidos masivos.

En la misma línea concuerda el CEA, ya que “esto puede llevar a una mayor eficiencia operativa al reducir la dependencia de la mano de obra humana en ciertos trabajos rutinarios y repetitivos”. Sin embargo, también puede plantear desafíos relacionados con la reestructuración laboral y la pérdida de empleo en algunos sectores.

El potencial de la IA para impactar significativamente la economía global puede ser clave para el desarrollo empresarial. Según la consultora McKinsey, se estima que para 2030, la IA podría generar una producción económica adicional de hasta 13 billones de dólares estadounidenses, lo que representa un aumento anual del 1,2% en el PIB mundial. Por su parte, el Estudio de Inteligencia Artificial Global de PwC señala que para 2030, la IA podría contribuir con hasta $15 billones a la economía global, superando la producción combinada de China e India.

En marzo de 2022, Colombia fue el escenario del lanzamiento de las ‘Recomendaciones sobre la Ética de la Inteligencia Artificial (IA) para América Latina’, un documento internacional que establece principios para el uso responsable de la IA, como la privacidad, la transparencia y la proporcionalidad en su aplicación. Durante este evento, también se abordaron preocupaciones relacionadas con la privacidad individual, la estabilidad política y la ciberseguridad, entre otras.

Ricardo Triana, director ejecutivo del Consejo de Empresas Americanas (CEA), destacó que “la IA se ve como una oportunidad para que las empresas en Colombia mejoren sus operaciones y competitividad. No obstante, es importante promover el uso responsable de estas y establecer marcos legales para asegurar que su desarrollo beneficie a la sociedad”.

La inteligencia artificial está teniendo un impacto considerable en la economía, y se espera que este impacto continúe creciendo a medida que la IA se integre de manera más amplia en los negocios y la sociedad. Según el CEA, si bien presenta desafíos en términos de cambios laborales, también brinda oportunidades para mejorar la eficiencia, impulsar la innovación y promover el crecimiento económico. La clave está en abordar estos desafíos de manera responsable y aprovechar al máximo el potencial de la IA para el beneficio de todos, asegura.

Creador de ChatGPT pide regular la IA

El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, creador de la interfaz ChatGPT, que despierta pasiones y temores, dijo ante el Senado de Estados Unidos que regular la inteligencia artificial será fundamental para limitar los riesgos del uso de esta tecnología.

“Creemos que la intervención regulatoria de los gobiernos será crucial para mitigar los riesgos de modelos cada vez más potentes”, estimó el empresario de 38 años, última figura surgida del Silicon Valley.

“Es fundamental que la IA más potente se desarrolle con valores democráticos, lo que significa que el liderazgo de Estados Unidos es determinante”, apuntó Altman al testificar ante el Subcomité Judicial del Senado sobre Privacidad, Tecnología y Derecho.

Los gobiernos de todo el mundo están bajo presión para tomar medidas después del lanzamiento en noviembre del ChatGPT, un robot conversacional que puede generar contenido similar al humano en un instante.