Especial 100 empresas

Negocio claro y chocolate espeso, así va CasaLuker tras 120 años de operaciones

Esta empresa es un referente global del cacao colombiano. Asimismo, tiene la particularidad de contar con dos copresidentes, una figura atípica, pero que le ha dado buenos resultados en sus dos unidades principales: la internacional y la doméstica.

Laura  Charry

Laura Charry

Editora Central

12 de julio de 2025, 4:00 a. m.
Camilo Romero (izquierda) y Rodrigo Novillo son los copresidentes de CasaLuker. El primero se dedica al negocio internacional, y el segundo, al doméstico.
Camilo Romero (izquierda) y Rodrigo Novillo son los copresidentes de CasaLuker. El primero se dedica al negocio internacional, y el segundo, al doméstico. | Foto: HELEN RAMÍREZ

Pocos colombianos llegan a los 100 años —hasta 2023 se estimaban unos 20.000—, al igual que son escasas las empresas que superan el siglo de existencia. En ambos casos surge la misma pregunta: ¿cuál es el secreto de su longevidad? Para las personas, suele ser una vida de buenos hábitos; para las compañías, la clave está en la innovación constante.

Ese ha sido el caso de CasaLuker, la empresa que nació en Manizales en 1904 con el objetivo de democratizar un alimento que en esa época era un lujo y que hoy acompaña el desayuno de la mayoría de los colombianos: el chocolate.

Por 80 años, la compañía fundada por José Jesús Restrepo Botero y Alfredo Restrepo Jaramillo solo se dedicó al chocolate de mesa; se volvió un referente con sus marcas Luker y Sol, pero en la década de los ochenta empezó a diversificarse. Ingresó primero al negocio de las grasas; posteriormente, pasó a Alianza Team, luego al café, más adelante a productos de frutas, de aseo, enlatados y al desarrollo de una capacidad de distribución que le sirve para vender productos de otras compañías.

El chocolate de mesa el producto estrella de CasaLuker. | Foto: Lucho Mariño / Semana

Ese recorrido convirtió a CasaLuker en uno de los principales jugadores de consumo masivo en el país, en el que mantiene importantes participaciones de mercado. No obstante, hace 15 años, al revisar las capacidades que habían creado con el chocolate, su profundo conocimiento del sector del cacao y sus cultivadores, los llevó a pensar que podían jugar un partido fuera de Colombia apostando por otro tipo de productos, como los chocolates especiales o premium. Aprovecharon que el cacao colombiano es de alta calidad y era necesario mostrarlo al mundo.

Antes de la creación de una unidad dedicada al negocio internacional de CasaLuker, presidida por Camilo Romero, la empresa exportaba productos dirigidos a los migrantes colombianos, lo que se conoce como el mercado de la nostalgia, pues el chocolate de mesa solo se consume en Colombia y en otros pocos países. La nueva apuesta consistió en vender tabletas de chocolate fino para confitería, así como insumos para la industria del cacao. Inicialmente, granos y productos semielaborados, luego polvo de cacao, manteca de cacao, licor de cacao, y han ido evolucionando para exportar productos con mayor valor agregado.

Desde el 2014, la empresa Lok Foods comercializa productos premium, especialmente cacao.
El cacao colombiano está adquiriendo reconocimiento internacional al igual que el café. | Foto: Archivo particular

Romero explica que rápidamente se dieron cuenta de que en su actividad internacional podían marcar la diferencia atendiendo a otras empresas y no al consumidor final, lo que se conoce como un modelo de negocio B2B. “Atendemos a clientes pequeños y medianos que están en nichos de mercado de altas calidades y que, sobre todo, valoran mucho la forma como trabajamos el cacao en Colombia”. Destaca que lo que venden al exterior es la mezcla de un cacao de alta calidad y, además, producido de forma sostenible.

Actualmente, CasaLuker exporta a 40 países y su mayor comprador es Estados Unidos, aunque no está muy lejos la cantidad que le venden al Reino Unido. También atienden a México, que es deficitario en su producción de cacao, Chile y Argentina. Además, están desarrollando mercados en Medio Oriente.

El mercado local

Mientras Romero está dedicado a atender a los compradores internacionales, el negocio de CasaLuker dentro del país lo preside Rodrigo Novillo. Él comenta que, a partir de ese aprendizaje del comercio B2B que han desarrollado en el exterior, en Colombia también entraron fuerte al servicio de maquila. Este ha crecido de la mano de las tiendas de descuento duro, a las que les fabrican sus marcas de chocolate. Comenta que en la actualidad CasaLuker tiene plantas en Bogotá, Manizales, Funza y Eslovaquia, país donde adquirieron una compañía hace tres años. Desde Colombia envían el chocolate parcialmente procesado y allí se finaliza su producción.

Aparte de chocolate y café, la empresa ha crecido rápido en la fabricación de productos de aseo, segmento al que ingresaron hace 23 años y en el que compiten con limpiadores, detergentes, suavizantes y cremas lavalozas. Al comienzo entraron a esa categoría de consumo masivo para vender sus marcas (La Joya, Cristalino y Fassi), pero hace seis años empezaron a maquilar artículos de aseo.

“La pandemia les dio un gran empujón a los productos de aseo del hogar. La mayor demanda nos llevó a ampliar nuestra capacidad de producción. De la planta que teníamos en la calle 17 en Bogotá, con capacidad de 1.500 toneladas al mes, nos pasamos a una en Tenjo, de 5.000 toneladas al mes. La inauguramos en octubre de 2024 e implicó una inversión de 22.000 millones de pesos”, señala Novillo.

CasaLuker ha duplicado su negocio de aseo cada dos años, aunque el cacao sigue siendo el pilar principal de la compañía. A nivel nacional, el chocolate de mesa representa un poco más de un tercio de sus ingresos. En la línea de aceites registran crecimientos anuales del 20 por ciento, con Alianza Team como aliado en distribución. Además, en el frente comercial, CasaLuker es el distribuidor máster de Ferrero Rocher en Colombia.

CasaLuker es el distribuidor de Ferrero Rocher en Colombia. | Foto: Ferrero Rocher

Enfrentando los precios altos

Dos de los productos que comercializa esta empresa han tenido grandes alzas en sus cotizaciones. El café subió 14 por ciento en el último año, al tiempo que los futuros de cacao alcanzaron máximos históricos en 2024 y principios de 2025; llegaron a más de 11.500 dólares por tonelada frente a unos 3.500 de años anteriores (hoy están sobre los 8.400 dólares).

Esta situación, vital en el crecimiento del agro y en el ingreso de los cultivadores, tiene la otra cara de la moneda en la industria de los alimentos al encarecer sus materias primas.

Romero reconoce que los precios altos impactan, pero resalta que, en realidad, benefician a toda la cadena. “Uno de los propósitos de nuestro negocio es mejorar la calidad de vida de los productores. Cuando eso sucede, también nos beneficiamos nosotros. Esa es la fórmula ganadora para generar valor compartido”.

Está convencido de que los mayores precios han valorizado todo el negocio del cacao. “Los que trabajamos con este alimento nos dimos cuenta de que el consumidor está dispuesto a pagar más y que realmente producir cacao costaba más de lo que indicaba el precio anteriormente”.

3 toneladas de cacao fue la cosecha que los cacaoteros de Güérima, Puerto Príncipe y Chupave le vendieron a CasaLuker luego de haber sustituido sus cultivos de coca por este fruto. (Foto: Esteban Vega La-Rotta)

Novillo, por su parte, indica que lo que ha hecho la empresa es ajustarse para producir con los mayores precios de las materias primas y las nuevas regulaciones, como los sellos por excesos de azúcares y los impuestos saludables. Advierte, sin embargo, que eso no ha frenado el crecimiento de la categoría en el país. “Los segmentos han comenzado a moverse. Hoy se consumen más chocolates en polvo y otras variedades de chocolate de mesa, como los reducidos en azúcar o sin azúcar. Sin embargo, como categoría, el consumidor sigue valorando el chocolate en el desayuno por su aporte nutricional”, afirma el ejecutivo.

Reconoce que la figura de copresidente que comparte con Romero no es común, pero les ha funcionado bien desde que la adoptaron hace siete años. “Para nosotros era fundamental contar con equipos directivos enfocados en cada una de las dos áreas del negocio. Cada uno asume la responsabilidad de su unidad, y las decisiones corporativas las tomamos en conjunto, por consenso”, explica Romero. Esta estrategia particular seguramente le garantizará a CasaLuker otros 100 años.

15.000 familias cacaoteras proveen a CasaLuker y 5.000 han sido impactadas con su programa social.