ECONOMÍA
Reconocida cadena de comida rápida de Estados Unidos cierra sus puertas
La empresa cerrará sus tiendas físicas.


En un giro que ha sorprendido a muchos seguidores del sector gastronómico, la cadena estadounidense Sticky’s conocida por su enfoque especializado en chicken fingers gourmet— se ha declarado oficialmente en bancarrota esta semana.
El anuncio fue hecho por la propia empresa a través de un comunicado en redes sociales, donde expresaron su pesar por la decisión y agradecieron a clientes, empleados y socios por más de una década de apoyo.

La cadena, fundada en Nueva York en 2012, rápidamente ganó popularidad por ofrecer una experiencia diferente en el mundo de la comida rápida.
En sus inicios, Sticky’s apostó por la especialización en fingers de pollo preparados con recetas artesanales, acompañados por una docena de salsas caseras, ingredientes frescos y una estética urbana y juvenil que apelaba especialmente a las nuevas generaciones y a la música de la época.
Durante sus primeros años, Sticky’s experimentó un crecimiento sostenido. Abrieron locales en distintos barrios de Nueva York y, más adelante, se expandieron a ciudades como Filadelfia y Washington D.C. Con un concepto moderno y un menú que iba más allá de lo tradicional, parecían tener todos los ingredientes del éxito.

Según fuentes internas, la compañía comenzó a enfrentar problemas financieros desde 2022. La inflación postpandemia, el aumento del costo de los alimentos y la dificultad para contratar personal en el sector de servicios golpearon fuertemente sus márgenes.
Además, el mercado de comida rápida comenzó a saturarse con nuevas propuestas de pollo frito desde franquicias tradicionales reinventadas hasta emprendimientos de cocinas secretas respaldados por celebridades lo que erosionó la ventaja competitiva de Sticky’s.
“Éramos pioneros, pero el mercado se llenó de imitadores. Lo que antes era una propuesta original ahora se ve en muchos otros lugares”, comentó bajo anonimato un exgerente de operaciones.
Otra fuente cercana a la compañía mencionó que intentaron diversificar su oferta y lanzar nuevos productos en 2023, pero no lograron captar suficiente interés. La expansión, en lugar de ayudar a estabilizar la empresa, terminó por comprometer su liquidez. La falta de una estrategia sólida para fidelizar a los clientes más allá del concepto inicial también fue un factor que contribuyó a la caída.
La declaración de quiebra se presentó bajo el Capítulo 11, lo que indica que la empresa espera reestructurar su deuda y, potencialmente, encontrar un comprador o una forma de mantenerse a flote. Sin embargo, ya se han cerrado varias ubicaciones, y algunos arrendadores han iniciado procesos legales por pagos atrasados.
El impacto también se siente en el ámbito laboral: más de 300 empleados en todo el noreste del país están en riesgo de perder sus trabajos. Muchos de ellos han expresado frustración en redes sociales, señalando que la comunicación interna fue escasa durante los últimos meses.
A pesar del panorama sombrío, algunos analistas creen que Sticky’s podría sobrevivir como una marca más pequeña o transformarse en un modelo de franquicia boutique si logra atraer inversión privada. No obstante, la competencia feroz y la caída en la rentabilidad de restaurantes independientes en centros urbanos no juegan a su favor.
Mientras tanto, fanáticos de la cadena se han volcado a internet para compartir recuerdos, recetas caseras de sus salsas favoritas y muestras de nostalgia, por lo que consideran un concepto adelantado a su tiempo. Para muchos, Sticky’s no era solo un lugar para comer pollo, sino una parte del ecosistema cultural de las ciudades donde operaba.
*Con información de AFP