Especial En qué invertir
Desaceleración y estanflación, dos palabras que se pueden poner de moda en 2023 ¿de qué se tratan?
Estos dos fenómenos no solo determinarán el rumbo de la economía nacional, sino que serán claves para las decisiones de inversión que se tomen este año.
Cuando se conozcan los datos globales de crecimiento de 2022, probablemente Colombia brillará por ser uno de los países que más creció el año pasado pese a la guerra en Ucrania, los estragos de la inflación y las esquirlas de los daños causados por la pandemia, incluso a pesar de la incertidumbre que se produjo por el proceso electoral en el que por primera vez un presidente de izquierda llegó a la Casa de Nariño.
Diferentes pronósticos indican que el país creció alrededor de 7,5 por ciento el año pasado, nada mal si se tiene en cuenta que América Latina habría crecido 3,5 por ciento y el mundo, 2,9. No obstante, todo indica que ese ritmo no será duradero y que en 2023 se viene una fuerte desaceleración de la mano de factores externos de los cuales el país ya no podrá salir inmune, así como por factores internos que cada vez preocupan más, como la fuerte carestía, que no da señales de ceder en el corto plazo.
A lo anterior, se suman elevadas tasas de interés y una persistente incertidumbre política ante la expectativa del trámite de las reformas económicas en el Congreso.
En la encuesta realizada por Dinero, el cálculo más pesimista frente al crecimiento de 2023 lo tiene el Banco Itaú, con tan solo 0,6 por ciento, mientras que el más optimista es el de Scotiabank Colpatria, con 2 por ciento.
Tendencias
En Itaú atribuyen su pronóstico a la desaceleración de los socios comerciales de Colombia (Estados Unidos crecería 0,5 por ciento; China, 4,8 y Europa, -0,5) y a un menor ingreso disponible de los hogares a causa de la inflación, lo que también golpearía la inversión. En Scotiabank Colpatria, por su parte, explican que están más positivos que el promedio por las remesas, que aún siguen creciendo, la construcción de las viviendas que fueron vendidas después de la pandemia y la economía subterránea, que se mueve solo en efectivo y sigue vigorosa.
Una mezcla preocupante
A la expectativa de un menor crecimiento, a este año se le suma la posibilidad de que se presente una estanflación en el país, un fenómeno en el que se combinan estancamiento económico, inflación persistente al alza y mayor desempleo.
En el Banco Agrario explican este pronóstico en el hecho de que el proceso de ajuste de la inflación va a ser muy lento, mientras que la desaceleración económica será fuerte. Igualmente, en Casa de Bolsa creen que todo este año la inflación se mantendría por fuera del rango meta del Banco de la República (que es entre 2 y 4 por ciento), al tiempo que la economía se desaceleraría por el alza en las tasas de interés, la reducción del nivel de ahorro y la recesión de los principales socios comerciales del país.
En Elemento Alpha, firma especializada en estructurar portafolios para inversionistas institucionales, consideran que la estanflación también se deberá a la disminución en la liquidez de la economía colombiana, por el ciclo contractivista del Banco de la República, y la disminución en la confianza del consumidor registrada en los últimos meses.