BIOCOMBUSTIBLES
Mezclas con combustibles fósiles han dejado de lanzar a la atmósfera más de 31 millones de toneladas de gases de efecto invernadero
Para Colombia, en el 2023, es determinante que se diversifique la matriz energética utilizando los biocombustibles que actualmente se producen y la implementación de nuevos biocombustibles.
En diciembre de 2015, en la COP 21 de París, se firmó un acuerdo internacional que fijó el objetivo de limitar el calentamiento global a finales de este siglo por debajo de los 2°C en comparación con los niveles preindustriales y, preferentemente, limitarlo a 1,5 °C.
Para lograr este objetivo, se considera que el principal mecanismo de acción es la aceleración de la transición energética, ampliando la nuestra matriz actual basada en combustibles fósiles por una matriz de energéticos renovables capaces de reducir las emisiones de carbono de forma eficiente.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede decir que los biocombustibles, al reemplazar cerca del 10 % de los combustibles líquidos que se usan en a nivel nacional, hoy día se ubican como una alternativa para reducir los efectos que generan los combustibles de origen fósil, tanto en el calentamiento global -por los gases de efecto invernadero-, así como en la salud humana, relacionada con la mala calidad del aire.
En Colombia, desde el inicio del programa de implementación de biocombustibles las mezclas con los combustibles fósiles han dejado de lanzar a la atmósfera alta más de 31 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y cerca de 8 mil toneladas de material particulado, mejorando la calidad del aire y la salud de los colombianos.
Tendencias
En la actualidad, además del transporte terrestre, el sector de los biocombustibles busca abarcar la descarbonización del transporte aéreo con alternativas promisorias que aporten a la seguridad y soberanía energética.
Según expresa Jorge Bendeck, presidente de la Federación Nacional de Biocombustibles de Colombia, para el país es determinante el uso de biocombustibles, así como el la implementación, producción y comercialización de nuevos biocombustibles como el SAF (Combustibles sostenibles de aviación) y el Diésel renovable.
Este y otros temas de gran relevancia para el sector como: la Transición energética, calidad del aire, cambio climático, combustibles sostenibles y tecnologías renovables, harán parte de la conversación de la próxima IV Conferencia Internacional de Biocombustibles. Un encuentro de gran relevancia internacional, que se realizará del 26 al 28 de abril del 2023 en la ciudad de Cali, con la asistencia de empresas de toda la cadena productiva, desarrolladores de tecnologías, proveedores de equipos y servicios industriales junto con expertos nacionales e internacionales y actores del gobierno.
“Tenemos un gran reto y responsabilidad desde el sector de transmitir y compartir logros y experiencias, Identificar opciones de crecimiento sostenible y modalidades de negocio de nuevos procesos, productos y materias primas que, hasta ahora, no han sido utilizadas en el país a nivel industrial” asegura Jorge Bendeck, presidente de la Fede Biocombustibles.
Vale la pena recordar que el estudio The Lancet Countdown, que se realiza desde 2016, advirtió de los riesgos generados por la quema de combustibles fósiles para la salud física y mental de los seres humanos y aseguró que la crisis climática nos está matando.
En esta séptima edición, los expertos aseguran que en medio del cambio climático, los combustibles fósiles son responsables de al menos el 80 % de los gases de efecto invernadero, sobrecalentando el planeta a niveles inimaginables.
La persistente sobredependencia de los combustibles fósiles está empeorando el cambio climático, lo que repercute peligrosamente en la salud de las personas de todo el mundo. Los datos indican que ningún país está a salvo”, dice el informe.
“Estamos muy lejos del nivel y la velocidad de reducción de emisiones necesarios para ponernos en el camino hacia un mundo de +1,5 °C” de aumento máximo de la temperatura, destacó en un comentario escrito sobre esta síntesis.
“Para mantener vivo este objetivo, los gobiernos deben reforzar sus planes ahora y aplicarlos en los próximos ocho años”, insistió.
En cuanto a la salud, el calor extremo genera enfermedades cardiovasculares y respiratorias, provoca desenlaces negativos en el embarazo, patrones de sueño alterados y problemas de salud mental.
Estos daños se ven con mayor intensidad en los adultos mayores, población donde las muertes aumentaron un 68 % en el periodo comprendido entre 2017 y 2021 en comparación con el 2000-2004.