Economía
¿Por qué se van las empresas de Bogotá?
El mayor fabricante de válvulas y accesorios de pvc del país se marchó de Bogotá para Pereira. ¿Bogotá ahoga a los industriales? Esto fue lo que explicó el empresario.
La empresa de Luis Arango llevaba funcionando 28 años en el sector de Paloquemao de Bogotá. El padre de Arango, otro paisa de pura cepa, la había fundado en 1988, época en la que la industria y la manufactura eran las protagonistas de la economía en Bogotá.
Arango mantiene algunos rasgos del acento paisa, aun cuando lleva viviendo en esta ciudad 28 de sus 48 años de existencia. “La verdad, me siento más bogotano”, explica este administrador de empresas con una maestría en el Inalde.
El 22 de febrero pasado y durante 4 semanas se dedicó a coordinar las labores de desmontaje, traslado y rearmada de su planta industrial. Toda una odisea en medio de la pandemia.
Tendencias
El gran mercado bogotano y sabanero, con 9 millones de consumidores y poder adquisitivo, parece que ya no es suficiente para mantener a las compañías industriales.
En diálogo con SEMANA, el ejecutivo cuenta que hace unos 6 años la junta directiva de la compañía inició las discusiones del traslado debido a las dificultades técnicas, logísticas y económicas para ampliar la capacidad de la compañía en la capital.
Arango es el CEO de Partes y Complementos Plásticos (PCP), una compañía que produce el 80 % de las válvulas para redes de agua potable del país. Muy probablemente, donde hay un baño, cocina, comercio o industria en Colombia hay una válvula de PCP.
La empresa tiene una clara vocación exportadora con destinos como Perú y México. En el primero PCP tiene el 35 % de participación del mercado, mientras que en México tiene el 18 %.
Los ingresos operacionales en el último año llegaron a los 44.300 millones de pesos, un 20 % más de lo reportado en
2019.
El negocio marcha muy bien debido a que los consumidores aprovecharon el confinamiento del año pasado para realizar arreglos en la casa. Además, 2020 fue un buen año para el sector de construcción de vivienda, otro dinamizador de esta actividad.
¿Qué los aburrió entonces?
Para muchas empresas como la de Luis Arango la operación y la expansión en Bogotá es muy compleja. “La empresa estaba ubicada en la carrera 20 con calle 16, muy cerca de Paloquemao, en un predio de 3 mil metros cuadrados. En un principio, evaluamos trasladar la operación para el corredor de la calle 80-calle 13-Tocancipá, pero operar allí es muy costoso”, dijo el empresario.
Casualmente, esta semana la alcaldesa mayor de Bogotá, Claudia López, le decía en un evento público al presidente Iván Duque y al gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, que esta parte occidental de la ciudad sería “la nueva milla de oro de la ciudad y el país” por su potencial en materia industrial y logística. López habló varios minutos sobre la necesidad de arreglar la calle 13 y construir una vía perimetral que beneficiara la operación del aeropuerto El Dorado y este tipo de industrias y actividades.
Sin embargo, de todo eso a la fecha solo hay un Conpes y buenas intenciones. El desarrollo y puesta en operación de estas vías tardarán cerca de 8 años entre estructuración técnica, licitación, diseños definitivos y construcción. Los empresarios –y los ciudadanos– no pueden esperar tanto. Se necesita un plan de choque para mejorar la movilidad en ese y otros corredores, mientras salen adelante las soluciones definitivas.
“Además, no podíamos decirles a nuestros trabajadores que ahora tenían que viajar otra hora más en transporte público para llegar allá”, advirtió Arango.
Por todo esto y porque las ventas en Bogotá solo ascienden al 20 % del total de la producción de esta firma, PCP empezó a buscar nuevos destinos.
Evaluaron Barranquilla, Cali y Medellín. Sin embargo, en Pereira encontraron no solo un precio de la tierra asequible, sino un acompañamiento técnico para el traslado.
“Cada semana me llaman de la Cámara de Comercio y de la Alcaldía para saber cómo va todo. En Bogotá a nadie le importó”, comenta el empresario.
Del lote de 3 mil metros cuadrados que tenía en Bogotá pasó a uno de 40 mil metros cuadrados en Pereira. En una primera fase, PCP construyó la planta en un área de 8 mil metros cuadrados.
Esta empresa emplea a 350 personas, otorga 20 becas completas de estudio y ha dejado en estos años de operación miles de millones de pesos en impuestos a la capital.
En contraste, en Pereira encontró los brazos abiertos. PCP organizó con medios locales una convocatoria masiva de empleo, pues necesitaba 250 trabajadores en la región.
En pocos días la compañía ya tenía contratada la nueva nómina en una de las ciudades con mayor desempleo del país. Según el DANE, para el trimestre móvil febrero-abril de 2021, la tasa de desempleo en Pereira y su área metropolitana fue del 15,1 %.
La empresa calcula que el salario de estas personas rendirá un 30 % más en Pereira por un menor costo de vida en alimentos, educación y vivienda.
Eso sin pasar de vista que los trabajadores se podrán movilizar más fácilmente en bicicleta para ir de sus viviendas al sitio de trabajo.
En materia competitiva, también hay muchas ventajas. El transporte de un contenedor de carga entre Pereira y Buenaventura se puede realizar en 6 horas, muy diferente a las 16 o 18 horas entre Bogotá y Buenaventura, eso siempre y cuando no se presente un cierre en el alto de La Línea, caso en el cual el viaje puede llegar a 24 horas o más.
Además, en Antioquia y el Eje Cafetero avanzan a muy buen ritmo autopistas 4G como Pacífico 3 y las troncales que mejorarán la movilidad entre esta parte del país y el Puerto de Urabá.
En La Virginia, Risaralda, se construye –además– un puerto seco (Plataforma Logística del Eje Cafetero, PLEC), que permitirá mejorar la movilización de bienes y productos hacia los puertos con un claro enfoque de multimodalismo.
PCP también cerró un centro de distribución que tenía en la calle 80 de Bogotá porque encontró facilidades y menores precios para realizar paqueteo en el Eje Cafetero.
Para rematar, Pereira le autorizó a PCP un beneficio del impuesto de Industria y Comercio durante 10 años.
Un trasteo millonario
La decisión de trasladar la operación de Bogotá a Pereira no fue fácil para PCP. Según esta empresa, la inversión del nuevo predio, el traslado de la maquinaria y el entrenamiento del personal y otras adecuaciones, supera los 10 millones de dólares.
Sin embargo, a mediano y largo plazo es una decisión muy inteligente teniendo en cuenta el crecimiento de las exportaciones de la compañía y las oportunidades comerciales que se pueden abrir en otros mercados como Estados Unidos.
El 24 de junio pasado el gobierno de Joe Biden y el Congreso de los Estados Unidos anunciaron un acuerdo para invertir 579.000 millones de dólares en infraestructura y obras de modernización del saneamiento básico. Esto sumado a un boom en la construcción de Estados Unidos genera grandes oportunidades para empresas como PCP.
Hay que decir que Estados Unidos también adelanta un agresivo plan para sustituir productos importados de China por otros proveedores para de esta manera eliminar la dependencia con el gigante asiático.
“Por estos días sostenemos conversaciones con varias empresas de Estados Unidos para proveer este tipo de materiales”, dijo el empresario que mantiene una relación comercial con Home Depot (México) desde hace 12 años.
A mediano o largo plazo no se descarta que PCP monte una planta en México o Estados Unidos para proveer de estos materiales a la principal potencia económica del mundo.
Por el lado de la operación local, la compañía trabaja a todo vapor ocupando con casi toda la capacidad instalada de la firma.
De 29 inyectoras de plástico pasará próximamente a 50 para satisfacer la creciente demanda. Arango realizó un esfuerzo muy grande para acumular stock de materia prima en los últimos meses. Esa previsión le ha permitido cumplir con los pedidos.
Hay que decir que la pandemia afectó la producción mundial de este tipo de insumos, ya que la tonelada de resinas pasó de 800 dólares a 2.000 dólares en el último año.
Aun así, este año la compañía reporta de nuevo un crecimiento en las ventas del 20 %, lo que da una idea del crecimiento de la demanda aupada por la construcción de vivienda y las obras de infraestructura.
Y eso que el paro nacional golpeó la operación en mayo y junio. El ejecutivo comenta que en mayo de este año solo vendió 10 millones de pesos y que se vio obligado a mandar miles de piezas a México en avión. “Perdí dinero, pero tenía que cumplirle a mi cliente”, aseguró.
Varias industrias localizadas en Bogotá han ‘trasteado’ en los últimos años su operación de Bogotá y la sabana a otras partes del país como Barranquilla, Cali y el Eje Cafetero.
Algunas de las operaciones industriales localizadas en Bogotá y la sabana se benefician del mercado de 9 millones de consumidores de la región. Sin embargo, las condiciones geográficas y topográficas de Bogotá no ayudan a estimular la exportación de bienes.
Según cifras del Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá, las exportaciones de la ciudad vienen de capa caída. En 2011 eran de 3.742 millones de dólares, en 2019 llegaron a 2.465 millones de dólares y en 2020 a 2.322 millones de dólares.
Es por este tipo de cosas que la economía bogotana ha migrado con entusiasmo al sector servicios; cada día llegan más compañías de software, banca digital e industrias creativas.
En ese sentido, el mismo Observatorio encontró que de 916.320 empresas activas a diciembre de 2020 un total de 161.567 están dedicadas a la industria, mientras que en servicios la cifra está en 402.451.
Pero más allá de un reacomodo en la vocación económica de la ciudad, es necesario mantener el tejido empresarial de la ciudad para acelerar y potenciar la recuperación de la economía.
En medio de la peor crisis económica de la historia y las cifras de desempleo por encima del 14 % en la capital no se puede dar el lujo de seguir perdiendo empresas.