Macroconomía
Alimentarse bien, meta saludable que muchos bolsillos no alcanzan: el 89 % quiere comer mejor, pero sigue siendo un reto
Las proteínas y los carbohidratos tienen precios más elevados, pero tienden a ser más asequibles en cadenas de bajo costo.

Alimentarse bien se ha convertido no solo en una tendencia, sino también en una prioridad para muchas personas. Este deseo se ha introducido con fuerza en la mente de los consumidores, resultado de la creciente consciencia que se ha adquirido por el impacto que tienen en la salud las enfermedades futuras.
Sin embargo, esta preferencia no solo ha generado un cambio importante de hábitos al preferir frutas, verduras y proteínas por encima de la comida chatarra y los alimentos procesados, también ha generado un hueco en el bolsillo de algunos, puesto que comer bien a veces puede salir costoso y, aún más, si el sueldo no supera el salario mínimo.
En la encuesta realizada por la firma Crowe, ‘Hábitos de consumo 2025′, se revela que el 89 % de los hogares en esta condición económica ha incorporado alimentos saludables a su dieta, sin embargo, solo el 11 % aún mantiene una alimentación basada en productos ultraprocesados, como frituras, comida rápida, bebidas azucaradas y pastelería.
Detrás de este dato, que reafirma la necesidad que han adquirido muchos colombianos de comer más saludable, se esconde el alto costo de los alimentos sanos, que afecta silenciosamente la estabilidad económica de la clase trabajadora del país.
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Esto se deduce del balance que existe entre el salario devengado por una persona, el cual va de 1.423.500 de pesos a 4.270.500 de pesos, en el mejor de los casos, y de dónde se haga el mercado saludable.

Bajo este contexto, de acuerdo los resultados de la encuesta realizada a 1.000 ciudadanos, 63 % mujeres y 37 % hombres, más de la mitad de los colombianos de estratos 1 al 4, en este caso el 58 %, dice gastar entre 118.878 pesos y 237.756 pesos semanales en el mercado, y el 35 % destina incluso más dinero.
En total, el gasto es de casi un millón mensual, lo cual representa un desafío para aquellas personas que ganan el mínimo o un poco más.
Haciendo referencia al balance, teniendo en cuenta el monto que se puede gastar una persona mensualmente, es preciso mencionar que el tipo de comercio también influye en el gasto, pues un mercado saludable completo, en tiendas hard discount como Ara o D1, está en al rededor de 582.204 pesos. En 829.934 pesos en fruvers, y en 1.053.757 en grandes superficies, como Éxito, Carulla o Jumbo.
Los valores demuestran que las frutas y verduras son más baratas en tiendas de descuento, mientras que en grandes superficies y aplicaciones digitales su valor se dispara. Es por ello que estos comercios concentran el 42 % de las compras de alimentos en el país, seguidas por las tiendas de barrio, con 25 %, siendo así la comodidad del bolsillo lo primordial a la hora de comprar alimentos.

“Hoy en día, alimentarse de forma saludable representa un reto económico para muchas familias. El problema no es la falta de intención, sino que los precios no están ayudando. Además, la gente está dispuesta a cambiar su dieta, pero los precios no siempre lo permiten. Y ese es el verdadero reto: lograr que la alimentación saludable sea también asequible”, asegura Óscar Villarruel, socio de Auditoría de Crowe Co.
Según cifras de la Andi y Raddar, en 2024 los hogares destinaron 240,5 billones de pesos a alimentos, es decir, el 38,3 % de sus ingresos. Entonces, la salud sigue siendo una preferencia, pero se interpone a su vez la supervivencia económica.
Al respecto, Villarruel hace énfasis en que el país ha logrado avanzar en temas de educación alimentaria y conciencia sobre la salud, pero el acceso a los productos saludables sigue representando una barrera significativa, por lo tanto, este aspecto seguirá siendo un privilegio para aquellos que tienen la comodidad y solvencia económica de pagarlo.