Reforma tributaria
Alta tensión en debate a reforma tributaria del Gobierno Petro: ganó el voto por el archivo, pero siguió el debate
Ataques entre el ministro de Hacienda y algunos congresistas. El funcionario dijo que estaban poniendo por encima el interés político de hacerle daño al gobierno.
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Para algunos, bastaba con que una de las cuatro comisiones económicas de Senado y Cámara decidiera archivar la reforma tributaria para que esta se hundiera. Dos de las tres comisiones que alcanzaron a votar aprobaron el archivo del proyecto de ley y, aun así, el presidente de la sesión, Wilmer Castellanos, pidió que se continuara con el procedimiento para votar la ponencia positiva.
De inmediato se desató la controversia. Mientras algunas voces afirmaban que ya no había nada que salvara la ponencia, otros, como Wadith Manzur, argumentaron que negar algo previamente aprobado no es lo mismo que archivar, y que, por lo tanto, las reglas aplicables son distintas.
De esa manera, se procedió a la lectura del artículo con el que finaliza el informe de ponencia positiva, con el fin de abrir el debate e intentar someterlo a votación.

La propuesta del Capítulo IV
Olga Lucía Velásquez jugó su carta en un intento por salvar la aporreada reforma, en torno a la cual la mayoría de parlamentarios aseguraba que se hundiría, aunque —según algunos— el Gobierno podría intentar deshacer el cuórum, aprovechando que tiene a su favor dos de las cuatro comisiones, como lo había hecho en otras ocasiones.
Velásquez pidió que se tuviera en cuenta su proposición de rescatar únicamente el capítulo IV de la ponencia de la ley de financiamiento, pues con ello, afirmó, demostrarían que estaban defendiendo al contribuyente.
El debate se tornó abiertamente político. La tensión aumentaba. Mauricio Gómez Amín, quien también es precandidato presidencial, advirtió que una de las comisiones —la Cuarta de Cámara— comenzaba a retirarse del recinto, lo que muchos interpretaron como una estrategia para ganar tiempo y tratar de convencer a los opositores: sacar a los parlamentarios para disolver la mayoría más uno.

El ministro de Hacienda se despachó
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, intervino en medio del clima de alta tensión y, en su discurso, pidió inicialmente que al menos se conociera el contenido de la propuesta. Tras explicar que se habían realizado ajustes y eliminado medidas que preocupaban a varios parlamentarios, su tono subió, lo que muchos interpretaron como palabras ofensivas.
Ávila afirmó que, si lo que se estaba defendiendo era a los banqueros que han tenido altos rendimientos —en referencia a la propuesta de aplicar una sobretasa al sector financiero—, entonces deberían sincerarse con el pueblo colombiano. Sus declaraciones fueron recibidas como un agravio por parte de algunos congresistas.

Lemos se salió de casillas
Las acusaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo marcaron la jornada. Juan Felipe Lemos, reconocido en el Congreso por su tono pausado, alzó la voz y responsabilizó al ministro de limitar las oportunidades para los colombianos más vulnerables, y no a los parlamentarios. Su intervención surgió como respuesta a las declaraciones del funcionario, quien advirtió que sin la reforma se reducirían las posibilidades de acceso al subsidio para las personas mayores.
Hacia las 8 de la noche, el debate seguía encendido.
