Natalidad

ANIF advierte sobre un panorama de envejecimiento acelerado y reducción poblacional “más rápido de lo previsto”

La preocupación con la profunda caída en la natalidad no es un caso exclusivo de Colombia. ¿Qué tan rápido la población está dejando de crecer?

29 de septiembre de 2025, 10:53 a. m.
La tasa de natalidad en Colombia ha venido reduciéndose en los últimos años.
El año pasado, Colombia registró la cifra más baja de nacimientos ocurridos en la última década. | Foto: El País

Esta semana, el Dane publicó los datos sobre natalidad en el país y los resultados son preocupantes: en 2024 se registraron 453.901 nacimientos, lo que representa una reducción del 12 % frente a 2023, pero una caída de más de 31 % en comparación con 2015, es decir, 207.098 nacimientos menos. El año pasado, Colombia registró la cifra más baja de nacimientos ocurridos en la última década.

En el acumulado de 2025, con corte al 31 de julio, se presentaron 243.870 nacimientos; es decir, una reducción del 6,6 % respecto al año 2024, cuando se reportaron 261.029. Según el DANE, esto evidencia un ritmo de descenso más moderado a lo observado en los años corridos de 2023 (-9,1 %) y 2024 (-13,7%).

Número de nacimientos y variación porcentual en Colombia
Número de nacimientos y variación porcentual en Colombia | Foto: Dane

“La tasa específica de fecundidad en mujeres de 20 a 24 años pasó de 94,2 en 2015 a 54,7 en 2024, evidenciando una baja representativa de 41,9 %”, advierte el Dane.

Los departamentos que reportaron una mayor reducción en el número de nacimientos en el año 2024 en comparación con 2023, fueron los departamentos de Vaupés (-21,0 %), Sucre (-20,4 %), Magdalena (-20,2 %) y Vichada (-19,4 %).

De otro lado, la tasa general de fecundidad, que mide el número de nacimientos por cada 1.000 mujeres entre los 15 y 49 años, en 2024 se ubicó en 28,1 lo que reflejó una disminución de 4,9 nacidos vivos respecto a 2023. Al compararlo con 2008, se reportó una reducción de 14,2.

Entre 2019 y 2024, en Colombia el número de nacimientos se redujo en 7,1 por ciento; en Chile, 6; en Perú, 5,5; en México, 3,4 y en Brasil, 2,7.
Según el informe de Anif, se están reflejando caídas más pronunciadas de lo esperado en países como China, India y Brasil, y la persistencia de niveles muy bajos en Europa y Asia Oriental. | Foto: ADOBE STOCK

ANIF ha venido haciendo seguimiento a este tema y ha advertido que se está registrando un panorama de envejecimiento acelerado y reducción poblacional más rápido de lo previsto en años anteriores, y relaciona los resultados que viene teniendo Colombia, con el panorama global. Si en el país llueve, en el mundo no escampa.

Este centro de pensamiento cita un reciente informe de la ONU que evidencia que la transición demográfica mundial se está acelerando. “La tasa de fecundidad global, que rondaba los cinco hijos por mujer en la década de 1970, se ubica hoy en 2,2 y alcanzará el nivel de reemplazo (2,1) en 2050, más de veinte años antes de lo que se estimaba hace apenas una década. Además, las proyecciones apuntan a que seguirá descendiendo hasta 1,8 hijos por mujer hacia 2100”, dice el análisis de ANIF.

La fecundidad por debajo del nivel de reemplazo se da cuando la tasa de fecundidad total es inferior a la necesaria para mantener el tamaño de una población estable, lo que da por resultado que una nueva generación sea menos numerosa que la anterior. Además, se considera un nivel de 2,1 hijos por mujer en los países desarrollados. Si la tasa de fecundidad se mantiene por debajo de ese nivel, la población disminuirá con el tiempo.

Según el informe de ANIF, se están reflejando caídas más pronunciadas de lo esperado en países como China, India y Brasil, y la persistencia de niveles muy bajos en Europa y Asia Oriental. “Hoy más de la mitad de los países del mundo ya tienen fecundidad por debajo del nivel de reemplazo, incluyendo potencias demográficas como Estados Unidos y México. La consecuencia inmediata es un cambio en la estructura poblacional: menos nacimientos, más adultos mayores y, en el mediano plazo, el inicio de la reducción poblacional a nivel global”, dice esta entidad.

Advierte que la trayectoria actual es mucho más empinada que la que Naciones Unidas proyectaba en 2013, “lo que deja en evidencia que el mundo está entrando a un escenario inédito en el que la población dejará de crecer y comenzará a caer antes de lo previsto”.

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La situación de la natalidad refleja un cambio en la estructura poblacional: menos nacimientos, más adultos mayores y, en el mediano plazo, el inicio de la reducción poblacional a nivel global. | Foto: Adobe Stock

En ese escenario, ANIF anticipa que la pregunta ya no es si alcanzarán el nivel de reemplazo, sino qué tan bajo puede llegar a ubicarse su fecundidad. Mientras que un escenario de 1,6 hijos por mujer aún permitiría cierta estabilidad, otros casos muestran descensos más extremos, con tasas por debajo de 1,4 que generan caídas rápidas y persistentes en la población.

Al traer los resultados globales a Colombia, ANIF señala que el informe de la ONU resalta que, aun cuando la fecundidad cae por debajo del nivel de reemplazo, el “impulso demográfico” permite que la población siga creciendo durante algunas décadas gracias a la estructura joven, y destaca el centro de pensamiento que este es el caso colombiano hasta 2043.

“También subraya la ONU que es muy improbable un retorno a tasas de reemplazo, lo que obliga a planear bajo un escenario de baja fecundidad permanente. Asimismo, advierte que algunos países han descendido a niveles extremadamente bajos de fecundidad (por debajo de 1,4), con implicaciones severas para el envejecimiento poblacional y la reducción de la población en el largo plazo”, dice el informe de ANIF.

Para enfrentar este reto, Naciones Unidas señala la necesidad de políticas activas de apoyo a las familias, de corresponsabilidad en el cuidado y de gestión de la migración, elementos que ofrecen una hoja de ruta de política pública que Colombia debería considerar.

“La transición demográfica se acelera y sus efectos se sentirán antes de lo que imaginábamos. El reto está en anticipar sus consecuencias fiscales y sociales, pero también en aprovechar los próximos años para potenciar el capital humano y sentar las bases de una economía más productiva y resiliente frente al inevitable envejecimiento poblacional”, puntualiza ANIF.