Crecimiento económico
BBVA cambia proyecciones de crecimiento económico y cree que el país alcanzaría el 2 % en 2024
Mientras la economía colombiana enfrenta importantes desafíos, la radiografía de los expertos de este banco revela que la demanda interna continuará siendo clave para el impulso económico.
En su más reciente informe sobre la situación económica del país, el BBVA, representado por Juana Téllez, economista jefe para Colombia de BBVA Research, presentó un ajuste en sus proyecciones para el crecimiento del PIB nacional.
Según Téllez, la economía crecerá un 2 % en 2024, una leve mejora respecto a su pronóstico anterior de 1,8%. Además, se espera que el crecimiento alcance el 2,8 % en 2025 y el 3,5 % en 2026.
Este cambio, afirmó, se debería a la mejora gradual de la demanda interna, que continúa siendo el motor principal del crecimiento en medio de un entorno económico desafiante.
Sectores en recuperación y retos a enfrentar
La economista destacó que actividades como la agropecuaria han mostrado fortaleza, con un buen desempeño a pesar de la incertidumbre climática.
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Por su parte, el sector de servicios sigue en alza, especialmente en áreas relacionadas con el gobierno, la salud, la educación y el entretenimiento. No obstante, Téllez señaló que el sector de la construcción aún enfrenta importantes desafíos, aunque se proyecta una recuperación lenta.
Otros sectores, como el comercio, la industria y las minas, no muestran señales claras de repunte y continúan operando en niveles bajos comparados con los años previos a la pandemia.
Así mismo, Téllez subrayó la importancia de la demanda interna en la recuperación económica. Aunque el crecimiento no será rápido, se espera que esta continúe liderando el impulso del PIB en los próximos años.
Por otro lado, las remesas, que han crecido un 18 %, juegan un papel crucial en este escenario, con una cifra estimada de 13.000 millones de dólares para 2024. Estas remesas, que superan ampliamente los ingresos generados por las exportaciones de café, del carbón o del turismo, según los expertos, son una fuente clave de recursos para muchas regiones del país.
Además, la vocera mencionó que la reducción en la inflación, especialmente en los precios de los alimentos, ha ayudado a las familias colombianas a liberar parte de su presupuesto para otros consumos. La inflación alimentaria, que en su punto máximo alcanzó el 30 %, ahora se sitúa en 3,4 %, lo que ha significado un alivio para el poder adquisitivo de los hogares colombianos.
Expectativas sobre la política monetaria y el empleo
En cuanto a la política monetaria, Mauricio Hernández, economista de BBVA Research Colombia, destacó la reducción de las tasas de interés, que han bajado 300 puntos básicos desde que el Banco de la República inició su ciclo de recortes en diciembre de 2023.
Hernández afirmó que, para el banco, la baja en las tasas de interés continuará, no solo para reactivar el crédito, sino también las inversiones en los próximos meses.
La reciente decisión del Emisor de reducir sus tasas en 50 puntos no alivia genera optimismo, pero no resuelve uno de los puntos más preocupantes que expone el informe del BBVA: el desempleo.
Aunque en 2023 se crearon cerca de 400.000 nuevos empleos, la proyección para 2024 es de 230.000. No obstante, Hernández menciona que, según, sus proyecciones, estas cifras podrían mejorar en los próximos dos años. En 2025 el crecimiento en la creación de empleo aumentaría 1.7 % y en el 2026 llegaría al 2 %.
Escenario energético: una alerta a futuro
A pesar de que la crisis energética en el país se considera aún coyuntural y no estructural, su posible impacto en la economía colombiana no puede ignorarse. Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research, señaló que dentro de sus proyecciones no han incluido la posibilidad de un apagón como variable en el crecimiento económico. “Esto porque tenemos certeza de que, al menos a corto plazo, Colombia tiene la capacidad de satisfacer sus necesidades energéticas”.
Sin embargo, Reyes insistió en que la situación debe monitorearse de cerca “con el apagón de 1992, que además coincidió con una fuerte crisis económica en Estados Unidos, el crecimiento en Colombia en efecto se vio impactado. Con todo y eso, no podemos predecir con certeza cuál sería el impacto de una situación similar hoy en día”.
No obstante, el economista concluye diciendo que Ecuador podría ser un buen caso con el cual revisar los impactos de un racionamiento, pues ya cumple varias semanas implantando esta medida en su territorio.