Laboral
Casi 1 millón de colombianos entraron a la informalidad laboral en el último año. No les pagan incapacidades, vacaciones ni primas
A marzo de 2025 los trabajadores informales sumaron 13,6 millones. De ellos 1,1 millones tiene un carro como su lugar de trabajo.

Las cifras más recientes del mercado laboral han sido agridulces. Aunque el desempleo volvió a cifras de un dígito tras el fuerte cimbronazo de la pandemia, el trabajo que se está creando es mayoritariamente informal, lo que implica que cada vez son más los colombianos que no tienen seguridad social, ni derecho a vacaciones pagas, cesantías, primas ni incapacidades remuneradas.
El Dane reveló que al cierre de marzo 23,7 millones de colombianos estaban ocupados, pero de ellos 10 millones tenían empleo formal y 13,6 millones estaban en la informalidad. Este último grupo aumentó en 974.000 personas en comparación con el mismo período del año anterior.
Después de la pandemia, en el trimestre enero-marzo de 2021 la informalidad llegó a su nivel reciente más alto con el 60,7 %, luego empezó a bajar y entre septiembre y noviembre del año pasado se ubicó en 55,3 %. Este año ya va en 57,2 %.
Sincelejo es la ciudad con la peor tasa de informalidad (68,9 %). Allí hay 112.000 ocupados y de ellos solo 35.000 tienen un empleo con todas las prestaciones sociales. El caso contrario está en Manizales con una tasa de informalidad del 35,1 %. En la capital caldense hay 232.000 ocupados, de ellos solo 81.000 trabajan por cuenta propia.

A diferencia de otros indicadores del mercado laboral en donde las mujeres están en desventaja frente a los hombres; en lo que respecta a la informalidad ellos están más afectados que ellas. En el primer trimestre de 2025, el 59 % de los colombianos ocupados trabajaba en la informalidad, mientras que en esa condición estaba el 54 % de las colombianas.
La formación de la fuerza laboral del país también es uno de los determinantes de la informalidad. Mientras que el 49 % de las personas con empleo de calidad son tecnólogos, profesionales o tienen posgrados, solo el 12 % de los que trabajan sin prestaciones sociales tienen esos niveles de educación.
Por sectores económicos, los informales están principalmente concentrados en el sector de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, al que se dedican 2,9 millones de personas sin ningún contrato laboral y el comercio, en donde trabajan en esa condición 2,5 millones de personas.
De los 13,3 millones de informales del país, 8,3 millones trabajan por cuenta propia y 2,9 millones se consideran obreros o empleados, así no tengan contrato.

Sus lugares de trabajo también son variados: hay unos 3 millones de informales que laboran en un local fijo, oficina, fábrica, etc., cuyos propietarios también suelen tener negocios informales. Hay otros 3 millones que trabajan en el campo, pero llama la atención que 1,1 millones dicen que su lugar de trabajo es un vehículo, donde pueden estar los conductores de las plataformas de movilidad o de domicilios.
En lo que respecta al tamaño de las empresas para las que trabajan los informales, hay una rotunda mayoría de microempresas, con el 94 % del total. Es decir, estas pequeñas unidades productivas emplean a 12,6 millones de informales, aunque llama la atención que hay 140.000 informales que dicen trabajar para grandes empresas, las cuales estarían así infringiendo las normas laborales del país.
María Claudia Llanes, economista de BBVA Research, señala que el gran reto que generan estas cifras consiste en implementar medidas que apunten a reducir la informalidad laboral, dado que esta tiene efectos en el crecimiento económico y en las condiciones de vida de los trabajadores y de sus familias.
“De hecho, la informalidad impacta los niveles de pobreza en Colombia. En la última medición de pobreza multidimensional, para 2024, se observó que el 70,7 % de los hogares que estaban en esa condición tenían algún ocupado mayor de edad informal”, sostiene la experta.