Demografía
Ciudades intermedias mejoran más rápido que las principales, pese a que tienen ingresos más bajos
En los últimos seis años, Medellín se destaca por ser la capital con mayor incremento en el número de habitantes, mientras que Pasto es la única que registra una caída.

De los 51,1 millones de habitantes que registraba el país al cierre del año pasado, 25,9 millones vivían en las 32 ciudades capitales y 17,5 millones en las cinco principales urbes: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena.
Albergar a casi un tercio de la población colombiana en esas cinco ciudades se puede deber a la calidad de vida que ofrecen y, sobre todo, a un mercado laboral con más oportunidades. No obstante, un informe de Anif señala que las ocho mayores ciudades intermedias del país (Pasto, Pereira, Manizales, Bucaramanga, Ibagué, Villavicencio, Montería y Cúcuta), con 5,2 millones de habitantes, están registrando mejoras más aceleradas en sus indicadores sociales.

En total, la población colombiana aumentó 9,1 % entre 2028 y 2024. En las cinco principales urbes el alza fue muy parecida, de 9,3%, y en las ocho intermedias el incremento fue menor, (7,7 %). No obstante, en ambos casos hay dos ciudades que registraron incrementos en su número de habitantes por encima del promedio nacional.
Entre las grandes, y en general entre todas las capitales del país, Medellín fue la que más aumentó su población entre 2018 y 2024, al pasar de 3,6 millones de habitantes a 4,1 millones, con un alza de 13 %. Le sigue Barranquilla con 12,7%.
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Ambas ciudades, al ser dos de los centros urbanos más importantes de Colombia, han recibido un flujo constante de migrantes provenientes de otras regiones del país, principalmente motivados por la búsqueda de mejores oportunidades económicas, educativas y de seguridad. Este fenómeno ha sido impulsado en parte por el conflicto armado y la pobreza en zonas rurales, que han llevado a muchas personas a desplazarse hacia las ciudades.
En el caso de las urbes intermedias, las dos que más han aumentado su población son Cúcuta, que pasó de 896.000 habitantes en 2018 a más de 1 millón en 2024, y Bucaramanga, con incrementos de 12,4 % y 9,7 %, respectivamente.
Las capitales de los dos Santanderes han sido altamente influenciadas por la migración venezolana, además Cúcuta ha experimentado un proceso de urbanización acelerado, con expansión del área metropolitana que incluye municipios cercanos como Villa del Rosario, Los Patios, El Zulia, San Cayetano y Puerto Santander.
De todas las ciudades analizadas por Anif (las cinco principales y las ocho intermedias) sobresale el caso de Pasto como la única en donde se redujo la población en los últimos seis años. La capital de Nariño pasó de 308.000 habitantes en 2018 a 307.000 el año pasado, afectada por la menor tasa de natalidad y la migración de sus pobladores a otras regiones de Colombia e incluso fuera del país.

Pese a los cambios poblacionales, llama la atención que las ciudades intermedias han logrado mejores cifras de desempleo que las cinco principales. Mientras que en estas últimas el número de desocupados aumentó un 0,8 % entre 2018 y 2024, en las ciudades intermedias se redujo en un 36,4 %. Esta estadística se explica porque en Cúcuta, Ibagué y Villavicencio bajó la cantidad de desocupados. Se destaca el fuerte descenso del desempleo registrado por la capital tolimense, que pasó de 203.000 a 32.000 cesantes.
En contraste, en Cartagena los desempleados subieron de 34.000 a 57.000 personas entre 2018 y 2024. Igualmente, Barranquilla tuvo un incremento de la cantidad de desocupados del 46,6 %.
Paralelamente, en cuanto a la calidad del empleo, las ciudades intermedias muestran mayores avances en la reducción de la informalidad que las grandes urbes
Aun así, el ingreso medio real per cápita de los hogares de las ciudades intermedias sigue siendo inferior al de las ciudades principales. Al cierre del año pasado, en las primeras ese ingreso se ubica cerca de los 915.000 pesos y en las segundas bordea los 1,3 millones de pesos.

Según Anif, las ciudades intermedias han avanzado significativamente en lograr la cobertura casi universal en el acceso de hogares al acueducto, aproximándose a los niveles de cobertura de las ciudades principales, al tiempo que registran un mayor incremento en la cobertura de internet y en los controles de crecimiento y desarrollo de niños menores de cinco años que sus colegas de mayor tamaño.