Economía
Colombia saldrá golpeada de la guerra de aranceles: “En un contexto de tensiones comerciales, no hay ganadores, solo perdedores”
María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, advierte los escenarios en los que tendrá que moverse el país, la exposición en la que se encuentra, pero también oportunidades en medio de la tormenta.

SEMANA: ¿Estamos ante la cuota inicial de una guerra comercial?
María Claudia Lacouture (M. C. L.): Más que el inicio de una guerra comercial, lo que estamos presenciando es una estrategia de negociación en la que el presidente Donald Trump utiliza los aranceles como una herramienta para presionar a otros países y avanzar en sus objetivos de política exterior y promesas de campaña.
SEMANA: En ese contexto, ¿en qué escenario queda Colombia y cuáles son los eventuales impactos que enfrentaremos?
M. C. L.: La política comercial del presidente Donald Trump se basa en hacer a Estados Unidos más próspero, fuerte y en paz, con un enfoque en seguridad, migración y defensa de la empresa privada, especialmente frente a la competencia desleal de China. En este contexto, los aranceles han sido una herramienta clave para presionar en negociaciones y proteger la industria estadounidense.
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Hasta el 26 de enero, Colombia no estaba en el radar de restricciones comerciales de Estados Unidos. Sin embargo, la coyuntura reciente ha elevado su perfil en un contexto de tensiones ideológicas. Antes, su superávit comercial le permitía evitar revisiones más estrictas, pero ahora se ha convertido en un caso de referencia para demostrar la efectividad de la presión comercial de Estados Unidos.
SEMANA: ¿En dónde se podrían enmarcar eventuales nuevas tensiones y riesgos?
M. C. L.: Las tensiones futuras podrían girar en torno a seguridad y migración, particularmente en la erradicación de cultivos ilícitos, donde la amenaza de descertificación sigue latente. Además, el incremento del arancel al aluminio del 10 % al 25 % impacta a más de 237 empresas colombianas, aumentando costos y reduciendo competitividad.
Otro riesgo es la aplicación de aranceles recíprocos. Aunque inicialmente Colombia no era un objetivo, su reciente visibilidad y medidas que han elevado gravámenes o exigido nuevas certificaciones para importaciones agrícolas, de alimentos, automotrices y farmacéuticas desde Estados Unidos podrían generar represalias comerciales. Estos temas, junto con al menos 19 asuntos pendientes en la relación bilateral, reflejan la posibilidad de una revisión más estricta de los acuerdos comerciales. Ante este panorama, Colombia debe fortalecer su estrategia comercial y diplomática para minimizar riesgos y garantizar la estabilidad de sus exportaciones.
SEMANA: En esas tensiones comerciales, ¿cuál es el daño colateral que puede tener Colombia para sus productos o, incluso, en materia de desviación de comercio?
M. C. L.: En un contexto de tensiones comerciales y economías interconectadas, no hay ganadores, solo perdedores. Cuando las cadenas de comercio se rompen abruptamente, los países que dependen de exportaciones hacia Estados Unidos pueden redirigir sus productos a otros mercados, generando mayor competencia, presionando precios y reconfigurando las rutas comerciales. Adicionalmente, las represalias comerciales con aranceles retaliatorios pueden afectar las cadenas de valor globales, impactando industrias en múltiples países.
SEMANA: En medio de esta tormenta, ¿hay oportunidades?
M. C. L.: Este escenario también abre oportunidades. En AmCham Colombia, anticipando las medidas arancelarias de Estados Unidos contra China, México y Canadá, realizamos un estudio que identificó sectores colombianos con potencial de crecimiento en este nuevo contexto. Los resultados mostraron que Colombia tiene Ventaja Comparativa Revelada (VCR) en Estados Unidos en: 144 partidas frente a China, 43 partidas frente a Canadá y 37 partidas frente a México.
Entre los sectores con mayor potencial están agroindustria, textiles, manufacturas, productos químicos, plásticos y bienes de valor agregado.
SEMANA: ¿Y de cara a una desviación de comercio?
M. C. L.: Frente a la posible desviación de comercio, el camino no es inmediato ni sencillo, pero Colombia tiene alternativas. Nadie obliga al país a depender de Estados Unidos; cuenta con 13 Tratados de Libre Comercio (TLC) y 4 Acuerdos de Complementación Económica, que otorgan acceso preferencial a 65 países. Sin embargo, su ubicación estratégica, un acuerdo comercial con beneficios para más de 11.500 partidas arancelarias y una relación empresarial consolidada han convertido a Estados Unidos en su principal destino de exportaciones. Este vínculo no es una imposición, sino el resultado de condiciones favorables y del esfuerzo del sector productivo colombiano.

SEMANA: En el primer gobierno de Trump, ¿cuáles fueron los efectos para Colombia?
M. C. L.: En materia comercial, Colombia enfrentó un aumento en los aranceles al acero y al aluminio, como parte de una medida global aplicada a todos los países exportadores a Estados Unidos. Aunque esta medida impactó significativamente a la industria colombiana, en el contexto general de las exportaciones del país surgieron nuevas oportunidades de crecimiento. La imposición de aranceles a productos chinos por parte del presidente Trump, con el objetivo de equilibrar el comercio bilateral, permitió que Colombia ganara terreno en diversos sectores y se integrara en cadenas de valor competitivas, fortaleciendo su acceso al mercado estadounidense.
Según un estudio de AmCham Colombia, Colombia tiene Ventaja Comparativa Revelada (VCR) mayor a 1 frente a China, lo que ha favorecido el crecimiento de sus exportaciones. En 2024, los 108 productos identificados alcanzaron exportaciones por USD 9.165 millones, reflejando un aumento del 12 % respecto a los USD 8.212 millones de 2023, según el U.S. Census Bureau. Además, 39 de estos productos crecieron en exportaciones desde Colombia, mientras China redujo su participación en el mercado estadounidense. En total, Colombia exportó USD 2.392 millones en estos productos en 2024, un incremento del 20 % frente a los USD 1.988 millones de 2023.

Por otro lado, en el ámbito de seguridad y cooperación antidrogas, Colombia estuvo al borde de la descertificación durante el gobierno de Trump. Si bien el país logró evitar esta sanción, fue gracias al respaldo de personas cercanas al presidente que argumentaron los avances de Colombia y su importancia estratégica. Sin embargo, estas personas ya no están en el Gobierno actual, lo que deja un escenario más incierto. En su momento, la no descertificación vino acompañada de llamados de Trump a fortalecer la cooperación en la lucha contra el narcotráfico y establecer un plan de trabajo para combatir la producción de cocaína.
SEMANA: Con el anuncio de incremento de aranceles, ¿cómo queda la estrategia de nearshoring?
M. C. L.: El comercio internacional sigue reconfigurándose con la reelección del presidente Donald Trump, cuyas políticas han estado enfocadas en fortalecer la industria estadounidense a través de medidas proteccionistas. Sin embargo, más que impulsar el nearshoring (trasladar inversiones a países cercanos), su estrategia se inclina hacia el friendshoring, priorizando alianzas con países que compartan intereses estratégicos, afinidad ideológica y objetivos de política común.
Este enfoque se refleja en la iniciativa América Crece 2.0, que buscará promover inversiones estadounidenses en países que contribuyan a reducir la migración, fortalecer la seguridad y contener la expansión de China. En este contexto, Colombia debe ser proactivo y presentar proyectos alineados con estos intereses, posicionándose como un socio estratégico para maximizar oportunidades en sectores clave.
A pesar de posibles diferencias entre los gobiernos, la relación comercial entre Colombia y Estados Unidos trasciende la coyuntura política, y el papel del sector empresarial es fundamental para mantener y fortalecer los lazos económicos. En este sentido, una agenda unificada y coordinada que presente oportunidades concretas es clave para que, desde la diplomacia empresarial, se continúe impulsando una relación bilateral sólida y beneficiosa para ambos países.