El comercio ha podido atender la mayor demanda de los consumidores. | Foto: ecopetrol

ECONOMÍA

¿Cómo les irá a los principales sectores económicos en 2022?

El ritmo de las diferentes actividades productivas va a estar enmarcado por el desempeño de la economía global, el avance de una solución al problema logístico y los resultados de las elecciones locales.

11 de diciembre de 2021

El comercio ha sido uno de los protagonistas en el desarrollo de la economía este año, con fechas clave que le dieron una mayor dinámica, como los días sin IVA, cuyas ventas fueron de 31,42 billones de pesos. También impulsó los impuestos porque había un límite en las compras cubiertas por el beneficio, pero que una vez superado, pagaba los tributos correspondientes y, además, ayudó a contener parcialmente la inflación.

De otro lado, el comercio se ajustó rápidamente a los cambios de hábito de los consumidores y abrió ágilmente la puerta digital. Según BBVA Research, durante la pandemia el comercio electrónico llegó a representar cerca del 8 por ciento del total de las ventas minoristas en el país, aumentando desde el 1 por ciento que registraba antes.

Para el último bimestre y arranque del nuevo año las expectativas para Fenalco son positivas, pero existe preocupación ante el reto de tener la oferta de productos a tiempo para atender la demanda. Según el gremio, para el 36 por ciento de sus afiliados el nivel de inventarios es bajo para atender la demanda de esta época.

Energía para todos

| Foto: guillermo torres-semana

Las expectativas del sector minero-energético pasan por distintos escenarios para el año entrante. Algunos sectores podrían mantener precios atractivos como el níquel o el oro, y en el caso del petróleo se estima que llegue en promedio de 68 dólares, un poco por debajo de este año, que estaría rondando más de 70 dólares por barril, pero atentos a las tensiones geopolíticas que puedan moverlo. Se espera que la producción en el país aumente de los 770.000 barriles diarios con los que cerrará el año y pueda cumplir la meta prevista para 2021 de 800.000.

Las buenas noticias correrán por cuenta de Ecopetrol. Por una parte, los resultados de este año pueden llevar a utilidades cercanas a 14 billones de pesos, de las cuales se repartirán entre el 40 y el 60 por ciento entre sus accionistas, en los que se cuentan cerca de 300.000 personas naturales. Y por otra, que su plan de inversiones para 2022 está entre 4.800 y 5.800 millones de dólares, de las cuales el 70 por ciento se ejecutará en Colombia. En materia empresarial, la atención estará puesta en la incorporación de ISA al Grupo Ecopetrol, cómo avanzará el desarrollo de Hidroituango y cómo se adelantará la discusión del fracking.

Industria, a paso más lento

La industria manufacturera ha tenido una fuerte recuperación tras la caída del año pasado. Cálculos del Banco de Bogotá indican que su desempeño ya está 10 por ciento por encima de los niveles de prepandemia y el índice de gestión de compras PMI, que calcula mensualmente Davivienda, se ubicó en noviembre en 54,9 luego de estar en 54,0 en octubre. Cuando este indicador se sitúa por encima de 50 indica una expansión de la industria y lo contrario ocurre cuando está por debajo de esa cifra.

Aunque hay un avance del PMI, este ha sido más moderado que en meses anteriores debido a la escasez de materias primas por la crisis global de contenedores. Esto ha generado cuellos de botella que afectan los precios al consumidor. Aunque las empresas siguen optimistas sobre la producción para los próximos 12 meses, les preocupan las presiones inflacionarias y la escasez de insumos.

Otro indicador de este sector es el de producción industrial que mide el Dane y que se expandió 15,5 por ciento anual en septiembre, menos que el 22,9 por ciento de agosto y marcando el ritmo más suave en cuatro meses. El paso más lento de la industria se atribuye a la producción de bebidas y a la fabricación de prendas de vestir. Los economistas consultados por FocusEconomics Consensus Forecast esperan que la producción industrial se expanda 4,3 por ciento en 2022.


Retos de ladrillo y cemento


La construcción, junto con la actividad petrolera y la minería, son dos de los sectores que van más rezagados en la reactivación, pues aún no recuperan sus niveles prepandemia.

Aunque el país está registrando récords en ventas de viviendas nuevas (se vendieron 209.600 en los primeros 11 meses del año, 30.000 más que en todo 2020), dichas ventas no impulsan el PIB de esta actividad, pues el indicador se genera cuando se inician las obras y efectivamente se construye, y no cuando se venden las edificaciones ya terminadas.
De hecho, los inventarios se han reducido, al pasar de 18 meses de inventarios de vivienda antes de la pandemia a diez meses hoy.

La mayor demanda por techo propio, impulsada por las ayudas estatales y las bajas tasas de interés, ha hecho que se inicien nuevos proyectos residenciales, pero no los suficientes para jalonar todo el sector.
Esa insuficiente iniciación de obras se atribuye a la incertidumbre electoral, la cual ha llevado a muchos constructores y promotores inmobiliarios a poner en pausa sus proyectos mientras se define cuál será el nuevo gobierno.


A esto se suma el aumento del precio del hierro y el acero en Colombia, como consecuencia del desajuste global de las cadenas de logística, lo cual pone en riesgo el inicio de obras para el futuro próximo y desincentiva el lanzamiento de nuevos proyectos de vivienda, en particular de vivienda de interés social, han advertido en Camacol, gremio del sector.


El tema es que las edificaciones (vivienda, oficinas, locales comerciales y bodegas) pesan más que las obras civiles en el PIB de la construcción, por eso su recuperación es vital para impulsar a toda la actividad. 
En el Banco de Bogotá estiman que la construcción crecerá 5,4 por ciento en 2022, por encima de lo que avanzaría toda la economía




Agro, con menú caro


El año está terminando con dos hechos complejos en el sector agropecuario. El café y la leche advirtieron contracciones en su producción. El caso de la leche refleja la tensión que se está registrando. Una de las principales razones es el alza global de los precios de insumos y concentrados.
 Precisamente, una de las mayores preocupaciones de 2022 es el incremento de los precios de los alimentos, que en Colombia han sido responsables de la creciente inflación. Según Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC, el primer semestre del año entrante luce complejo desde el punto de vista de los costos por el precio de los fertilizantes y la demanda de productos para la alimentación pecuaria –como el maíz y la soya–.

Davivienda estima que para 2022 el agro crezca 5,4 por ciento, jalonado por el sector cafetero, cuya producción anual volvería a niveles de 14 millones de sacos. Sin embargo, será necesario tener en el radar no solo el impacto de los precios, sino también los efectos climáticos, como el intenso invierno que se ha registrado. Si aumentan los costos de producción y el precio del bien final, podría darse un desincentivo al consumo y ralentizaría el crecimiento del sector, agrega el banco.


Más aforo y más negocios


La actividad cultural, el turismo y la gastronomía fueron de las más golpeadas por el distanciamiento social y son ahora las que más crecen, al tener la menor base estadística. Con la mejora en el nivel de aforos y el crecimiento de la vacunación se espera que vuelvan los espectáculos masivos y todos los empleos que mueven, así como las grabaciones de video y de series para exportación, una mayor ocupación hotelera y más viajeros en las carreteras.


Cálculos del Banco de Bogotá indican que el sector de otros servicios, que es donde se ubica la llamada economía naranja, crecería el año entrante 6,5 por ciento, siendo el segundo de mejor desempeño después del comercio, que avanzaría 8,1 por ciento. 


Otro factor que jugará a favor de la economía naranja el año entrante es la exención del pago del impuesto de renta para las empresas del sector que estén registradas en sus respectivas cámaras de comercio y que generen al menos tres empleos durante toda la vigencia del beneficio tributario, el cual arranca el primero de enero de 2022.