Convención Bancaria
Con uno de los niveles de inversión más bajos del mundo, ¿cómo superará Colombia la pobreza?, alertan los banqueros
Mario Pardo, presidente del BBVA y de la junta directiva de Asobancaria, instaló la edición número 58 del evento anual de esta industria en el país.
No es gratuito que Colombia, de haber mantenido niveles de crecimiento económico de 4,5 % por varios quinquenios, ahora tenga resultados tan precarios, como el del primer trimestre de este año solo fue de 0,7 %.
Por supuesto que las consecuencias se ven en la población, que no logra salir de la pobreza.
Esas son algunas de las discusiones que se están dando en la 58 Convención Bancaria que se realiza en Cartagena, donde se reúnen todos los banqueros y en general, el sector financiero del país.
Durante la instalación, Mario Pardo, presidente de la junta directiva de Asobancaria, gremio que organiza el evento, puso el dedo en la llaga: el problema está en la baja inversión.
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“Solo hay alto desarrollo social si hay alto crecimiento económico, pues lo que más contribuye al desarrollo social es el crecimiento económico. Traducido a un país como Colombia, sólo eliminaremos la pobreza si conseguimos acelerar el crecimiento económico. Y segundo mensaje; los economistas han demostrado ampliamente que lo que más impacto tiene en el desarrollo económico es la inversión, especialmente la privada”, dijo Pardo.
Mencionó la inversión como la condición más necesaria para el desarrollo económico y social de un país. “No hay nada que individualmente tenga mayor impacto en el desarrollo social de un país como Colombia que la inversión privada”, afirmó.
Y resolver el asunto no será muy fácil. Ya que, “Colombia tiene unos niveles de inversión muy bajos, de hecho más bajos que cualquier región del mundo y apenas la mitad que Asia oriental”.
Pardo habló de los motivos por los cuales hay bajos niveles de inversión: “el principal motivo es un muy bajo nivel de ahorro en Colombia, de hecho Colombia tiene una tasa de ahorro más baja que cualquier región del mundo, aproximadamente la mitad que en Latinoamérica, y la cuarta parte que Asia. Esta tasa de ahorro tan baja se debe a bajos niveles de ahorro tanto en las familias, como las empresas y en el sector público”, subrayó.
Por más que los colombianos intenten ahorrar, no hay un efecto positivo en la economía, lo que, a juicio de Pardo, se debe en parte a que el ahorro no es productivo, no financia inversión, pues se queda en efectivo y no entra al sector financiero.
Al decir del directivo de la junta de Asobancaria, “Colombia tiene un alto uso del efectivo, método que representa el 14 % de la masa monetaria, es decir, más de 100 billones de pesos que no son productivos, y las transacciones en efectivo representan el 78 % de las transacciones”.
En esa ola de efectos que tienen estas situaciones, el efectivo se usa para un ahorro no productivo (nada que genere crecimiento) o para consumo, agregó el experto.
De ahí parten múltiples consecuencias que tienen contra las cuerdas el desarrollo, como lo es la financiación de las actividades ilícitas y la corrupción.
“El alto uso de efectivo impide el conocimiento transaccional adecuado de las personas y los negocios, lo que también limita la profundización e inclusión financiera”, explica Pardo.
La interminable cadena de efectos de la falta de inversión se refleja en la foto que tiene hoy la economía: frenada, sin posibilidades a la vista de salir del túnel. “Una parte importante del ahorro formal sale del país y, por tanto, no se destina a financiar la inversión en Colombia. Esto se ve tanto en el ahorro de las personas, como de las empresas y en el ahorro gestionado por instituciones públicas y privadas”, agregó.