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En esta capital escasea el dinero en efectivo. Así lidian sus habitantes con este problema
La plata solo la dispensan dos cajeros automáticos, que a la falta de billetes suman intermitencia del internet. En agosto de 2024 estrena su tercer cajero automático.
Pese a que reducir el uso del efectivo en Colombia es una de las metas del Gobierno y de las entidades financieras, la realidad es que en el país es muy complicado vivir sin billetes contantes y sonantes, en especial en zonas rurales o cascos urbanos lejanos, que cuentan con muy pocos datáfonos u otros medios de pago.
Aunque la penetración de los celulares y la pandemia han servido para que se popularicen las billeteras digitales (tipo Nequi o DaviPlata), estas requieren tener una buena señal de internet y esa es una desventaja adicional para “la otra Colombia”, que no cuenta con los mismos niveles de digitalización de las grandes ciudades.
Ese problema de escasez de efectivo lo viven los 31.000 habitantes de Mitú, la capital del Vaupés, en donde los viernes, los únicos dos cajeros automáticos que tiene el Banco Agrario (el único que hasta hace poco operaba en la ciudad) son testigos de largas filas de personas que intentan sacar su dinero y en pocas horas vacían los cajeros. Claro, cuando funcionan, pues cuando se va la luz o el internet, quedan fuera de línea.
El resultado es que los que no van rápido a la fila se quedan sin plata todo el fin de semana y deben esperar hasta el lunes o martes cuando el dinero vuelva a llegar (usualmente por avión) al municipio.
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Esta situación la confirma Rafael Jesús Tarazona, gobernador encargado del Vaupés, quien dice que la solución son los corresponsales bancarios, que son bastantes en Mitú y de varios bancos, pero estos también se quedan sin efectivo o no pueden dar todo el dinero que piden sus clientes. “Pero dentro de lo malo, es lo menos malo que hay”, sostiene el funcionario.
Casi el 50 % de los empleos de Mitú son generados por el sector público municipal, departamental y nacional, y a todos ellos les pagan con giros a sus cuentas de ahorro, que muchas veces no pueden retirar.
“Si no vamos a la fila de los viernes del cajero o llegamos tarde, nos toca con los corresponsales, que no solo se dan cuenta de cuánto retira uno, sino que muchas veces no dan más de 300.000 pesos, un monto que alcanza en muchas partes, pero no acá en Mitú, en donde la vida es más cara”, comenta un miembro de las Fuerzas Militares que está asignado en esa capital.
Efectivamente, considerada la puerta de la Selva Amazónica y ubicada a orillas del río Vaupés, sobresale tanto por su belleza natural como por las dificultades para acceder a ella o para cultivar sus tierras. No tiene carreteras que la conecten con otros departamentos y las únicas vías de acceso son aéreas o fluviales.
Eso hace que el costo de vida sea muy elevado, pues deben traer toda su comida de afuera (sus terrenos son muy ácidos, lo que dificulta la agricultura). Así, un ‘corrientazo’ vale 35.000 pesos, una libra de mora 12.000 y el galón de gasolina 20.000 pesos. Eso hace que el dinero no rinda tanto y que el efectivo sea indispensable.
Paola, una empleada de una de las entidades públicas que operan en Mitú, dice que la opción ante la falta de papel moneda son las billeteras tipo Nequi, pero no todas las personas la reciben porque necesitan el efectivo para sus negocios y muchos otros prefieren recurrir al tradicional fiado y pagar tan pronto puedan hacer el retiro.
Nueva sucursal
Las esperanzas de los mituenses están ahora puestas en el nuevo cajero automático que llegó al municipio de la mano del Banco BBVA, el primero de carácter privado en abrir oficinas en esta capital. El día de su inauguración y antes de que se cortara la cinta llegaron varios soldados con sus tarjetas en mano preguntando si ya podían retirar.
La expectativa es grande, pues además del efectivo en esta región, como en muchas otras del país, hay grandes necesidades de crédito y de otros servicios financieros.
Miguel Charria, vicepresidente de banca minorista de BBVA en Colombia, dice que con esta oficina el banco llega a los 32 departamentos del país y completa 297 sucursales. Explica que invierten en esta región para hacer presencia y no concentrarse solo en las ciudades principales.
“Nosotros hacemos una apuesta a largo plazo, llevamos 27 años en el país y pensamos estar muchísimos más, y cuando uno piensa a largo plazo, lo que quiere es que al país en su conjunto le vaya bien. Es una apuesta por el desarrollo; sabemos que Colombia es un país de regiones”, precisa.
La inversión en la nueva oficina fue de 800 millones de pesos y emplea a personas locales que pertenecen a las comunidades Wuanano, Desana y Cubeo (80 % de la población de Mitú es indígena). Frente a la preocupación que existe por el efectivo, Charria señala que ellos ya tienen experiencia en llevar el dinero a zonas apartadas como Puerto Inírida, Chocó o Leticia: “Usamos helicóptero o avión, ya lo tenemos resuelto. Además, las personas no solo retiran, sino que depositan y eso nos ayuda con los niveles de efectivo”.