Pandemia
¿Es ómicron una amenaza para el crecimiento del país?
La nueva variante del coronavirus hoy ya afecta a varias industrias, impacta a la baja los pronósticos del PIB y revive el fantasma de los confinamientos. ¿Se contagiará la economía nacional?
Una de las frases más comunes para mostrar la interconexión entre países es que, si Estados Unidos estornuda, a América Latina le da neumonía. Ahora con la covid ya no solo importan los estornudos norteamericanos, sino también los chinos y los europeos, e incluso los sudafricanos, por lejanos que parezcan.
Con la pandemia, América Latina ha estado rezagada, pero en poco tiempo replica lo que ocurre en otras geografías. Tan solo dos meses después del descubrimiento de la variante ómicron, la región está sintiendo con fuerza el alto grado de contagio de esta cepa. En Estados Unidos, con corte al 12 de enero de 2022, el promedio de casos diarios durante la última semana fue de 782.397, una cifra nunca vista en ese país. En Colombia, los contagios también vienen al alza. De 111.422 en la primera semana de 2022 a más 207.000 en la segunda semana.
Aunque hasta ahora ómicron no ha sido tan letal como otras variantes del coronavirus, la rapidez con la que se contagia ya está impactando la actividad económica en los países donde pegó primero, y la duda es si eso también se replicará en mercados como el colombiano.
Una de las industrias más golpeadas es la de la aviación, que debido a crecientes contagios de sus tripulantes ha tenido que cancelar y postergar vuelos; pero ya también lo han sentido sectores como restaurantes y supermercados, que, de por sí, en Estados Unidos ya tenían un problema de escasez de personal. En China, la segunda economía del planeta y donde la política es lograr cero casos de covid, los contagios de ómicron llevaron a nuevos confinamientos. Por lo menos cinco ciudades tienen algún tipo de aislamiento que afecta a unas 20 millones de personas y, lo peor, a unas semanas de los Juegos Olímpicos de Invierno, que arrancarán el 4 de febrero en territorio chino.
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Desaceleración
De esta manera, ómicron, las persistentes interrupciones en las cadenas de suministro, la desigualdad de las vacunas, el aumento vertiginoso de los precios de la energía y de los alimentos, así como elevados niveles de endeudamiento en varios países que siguen pagando la cuenta de cobro de la pandemia, llevaron a organismos como el Banco Mundial a pronosticar que este año y el próximo marcarán la desaceleración más pronunciada desde la década de 1970. Su cálculo es que, después de un crecimiento global de 5,5 por ciento en 2021, en 2022 habrá una desaceleración a 4,1 por ciento y luego a 3,2 por ciento en 2023. En Colombia, según el organismo, ocurriría algo similar, pues se pasaría de crecer 9,9 por ciento en 2021 a 4,1 por ciento este año.
Un informe de Fortune indica que ómicron puede ser menos grave que la variante delta, pero podría afectar más la economía global. Esto, porque habría nuevos cierres, cancelaciones de viajes, más problemas para las cadenas de suministro y hospitales sobrecargados, en medio de un mundo afectado por la inflación y aumentos en las tasas de interés.
Otra opinión tienen economistas como Germán Ríos, profesor de IE University. En su concepto, la mayoría de países han aprendido a vivir con la pandemia, por lo que esta nueva ola no debería conducir a confinamientos generalizados ni causaría una desaceleración mundial. Sin embargo, en países emergentes habría un mayor efecto por la debilidad de sus sistemas sanitarios, lo que aumenta la probabilidad de confinamientos.
Menos confianza
El coronavirus sigue siendo uno de los frenos para la confianza de los consumidores colombianos, la cual es un indicador clave en el desempeño económico; y, aunque se venía recuperando desde junio del año pasado, en diciembre volvió a caer por las noticias externas relacionadas con ómicron, pues para ese momento aún no era fuerte en el país. “La incertidumbre generada por esta nueva cepa, en especial en lo que respecta a muertes, implicaría volver a restringir la actividad económica”, explica Luis Fernando Mejía director de Fedesarrollo, la entidad que mide mensualmente la confianza del consumidor. No obstante, dice que esos temores se han venido despejando, al comprobar que la afectación en vacunados es muy pequeña. Eso daría cierta tranquilidad en términos del impacto económico de ómicron. “Seguramente, habrá más cancelaciones de vuelos y restricciones, pero lo grave son las cuarentenas, y ese no parece ser el escenario”, precisa Mejía, al tiempo que advierte que, si aparece una variante más letal para los vacunados, podría haber una mayor afectación.
Por ahora, y pese al panorama externo, en Fedesarrollo no tienen planeado cambiar su pronóstico de un crecimiento de 4,6 por ciento para este año.
Felipe Campos, gerente de Investigaciones de la fiduciaria y comisionista Alianza, tampoco prevé un ‘contagio’ grave en la economía nacional. Su argumento es que, si bien acá se han cancelado unos 138 vuelos, que afectaron a 17.394 pasajeros, es un dato bajo frente a los 11,2 millones de pasajeros transportados en el primer semestre de 2021.“Eso no significa que no sea necesario monitorear los indicadores de movilidad, pero lo que nos muestra un país como Sudáfrica, que ha tenido un comportamiento del virus idéntico al de Colombia, incluso más parecido que naciones vecinas, es que allá ómicron pegó duro y, sin embargo, la movilidad no se redujo más que en igual periodo de 2021”, añade Campos. La comparación con Sudáfrica es útil, pues sirve para hacerse una idea de cómo sería el choque de ómicron en Colombia, que además tiene mayores niveles de vacunación. Lo cual puede ser bueno en términos de mortalidad y síntomas, no tanto en contagios, pues las vacunas no evitan que las personas se enfermen.
La consultora Oxford Economics, que cada dos semanas mide la recuperación económica de los países tras la aparición de la covid-19, señala que, tras cinco semanas consecutivas de fortalecimiento de la actividad económica latinoamericana, esta empezó a debilitarse al cierre de diciembre con la llegada de ómicron. Colombia lidera la recuperación regional, dado que no hay restricciones a la movilidad y, aunque con Chile, Argentina y Brasil muestran ritmos de vacunación incluso más rápidos que los de las economías desarrolladas, está rezagada frente a sus pares en la administración de dosis de refuerzo.
Por ahora, ómicron ha sido benigna con la economía colombiana, pero la impredictibilidad de la pandemia hace que no sea sencillo asegurar que no habrá impacto. De hecho, el coronavirus ha vuelto más complicadas las predicciones económicas. Organismos como el Fondo Monetario Internacional postergaron la presentación de sus pronósticos globales del 19 de enero a finales de mes, advirtiendo desde ya que serán a la baja por el resurgimiento del virus.
Ojalá esos crecientes ‘estornudos’ de las grandes economías, no lleven a cuidados intensivos a países como Colombia.