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Euro digital: ¿cómo funcionará la alternativa que busca disminuir el uso de efectivo en Europa?
A pesar de ser una divisa virtual, estará regulada y vigilada por un banco central. Aseguran que no es comparable con el Bitcoin.
En un mundo cada vez más digitalizado, el Banco Central Europeo (BCE) ha estado explorando una alternativa para disminuir el uso de efectivo en el viejo continente: eso lo pretenden hacer con el euro digital. La iniciativa busca ofrecer una forma segura, eficiente y respaldada por el emisor para realizar pagos y transacciones electrónicas en la zona euro.
El objetivo principal del euro digital es proporcionar una alternativa digital segura y eficiente a los pagos tradicionales en efectivo y a las transacciones electrónicas basadas en sistemas privados, como tarjetas de crédito o transferencias bancarias.
La introducción del euro digital se considera una respuesta a la creciente popularidad de las criptomonedas y a la necesidad de garantizar la estabilidad y la soberanía monetaria en la era digital.
“El euro digital tendría el mismo valor que la moneda en físico y podría utilizarse de la misma manera para cualquier gasto cotidiano, incluso más allá de las fronteras. Una de las grandes preocupaciones es la pérdida de privacidad con este sistema”, explica el Banco Central Europeo.
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Hay varios aspectos importantes a destacar sobre esta propuesta, que lleva varios años configurándose, y al parecer, poco a poco se van consolidando en el estilo de vida de los europeos, y que ha inquietado a otros continentes.
Uno de los factores que más destacan es que el euro digital se basará en una infraestructura tecnológica sólida y segura. Utilizará tecnologías como la cadena de bloques (blockchain) para garantizar la integridad de las transacciones y la protección de los datos de los usuarios. Esta infraestructura permitirá realizar pagos en línea y en tiempo real, sin necesidad de intermediarios, lo que agilizará las transacciones y reducirá los costos asociados.
Esto conduce a un segundo punto relevante: garantizar la seguridad y la privacidad de las transacciones. El BCE trabaja en estrecha colaboración con los reguladores y expertos en seguridad cibernética para implementar las medidas necesarias y proteger a los usuarios de posibles amenazas, como el fraude y el robo de identidad.
Además, se prestará especial atención a proteger la privacidad de los usuarios, asegurando que la información personal se maneje de manera confidencial y cumpliendo con las regulaciones de protección de datos.
Puede decirse que esta es uno de los puntos que diferenciaría a esta moneda de divisas cripto, como por ejemplo el Bitcoin. “El euro digital será una versión digital de los billetes y monedas de euro físicos, tendrá exactamente el mismo valor y podrá utilizarse de la misma manera: para comprar un helado, comprar ropa o enviar dinero para un cumpleaños, incluso más allá de las fronteras. (...) El euro digital es muy diferente de las criptomonedas porque está respaldado por el Banco Central Europeo, lo que garantiza su estabilidad”, detalla el Banco Central Europeo.
Según lo que ha explicado el emisor, la idea es que las transacciones se realicen a través de códigos QR, los cuales serán interpretados por aplicaciones con altos estándares y protocolos de seguridad, que garantice hacer pagos, incluso cuando no se tenga acceso al internet.
El Euro Digital tiene como objetivo mejorar la accesibilidad y fomentar la inclusión financiera en Europa. Al proporcionar una alternativa digital al efectivo, se facilitará el acceso a los servicios financieros a aquellos que actualmente no tienen una cuenta bancaria o no tienen acceso a servicios financieros básicos. Esto ayudaría a reducir la brecha económica y promover la participación en la economía digital para todos los ciudadanos europeos.
Si bien la intención es reducir el efectivo, la idea no es que desaparezca, además de alguna forma se tiene que soportar la divisa, al menos de forma física, y que fuera de la zona europea sea admitida, siendo estos algunos de los retos, que aún no han superado para su implementación, pero que será una labor que el Banco Central Europeo irá adelantando con sus pares internacionales.