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Gustavo Petro se podría convertir, muy rápido en su mandato, en un presidente sin influencia: calificadora Fitch
La calificadora mencionó —literalmente— la expresión ‘lame duck president’, la cual se usa en la política estadounidense para describir situaciones en las que un líder político está en sus últimos meses en el cargo y, por ende, pierde influencia.
Crecimiento de la deuda, dificultades para lograr una mayor consolidación fiscal, así como para aprobar las reformas sociales del Gobierno (pensional, laboral y del sistema de salud) son algunos de los riesgos que ve la calificadora Fitch con respecto al desempeño económico del país y, por consiguiente, su capacidad de pago. Este último es el indicador que analizan constantemente y con el cual emiten una calificación de riesgo soberano.
En un evento de la calificadora en Bogotá, Richard Francis, senior director y coencargado de Soberanos para las Américas, dijo —a través de videoconferencia— que actualmente los riesgos para la calificación del país están equilibrados, gracias al ajuste significativo que registra por el lado fiscal, así como por el descenso de la inflación.
“Además, algunos de los desequilibrios que se acumularon durante la pandemia en el ámbito externo también se están deshaciendo y eso ayuda a respaldar la calificación de Colombia”, aseguró, y en particular se refirió a la relación de deuda sobre PIB, que ha bajado y probablemente caiga más este año, pero advirtió que espera que aumente gradualmente en los próximos años.
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Con respecto a las implicaciones de las reformas que está impulsando la administración Petro sobre la calificación del país, Francis señaló que el actual Gobierno comenzó con mucha fuerza reuniendo una coalición política que le permitió aprobar de inmediato una reforma fiscal significativa, pero desde el comienzo de este año se le han complicado las cosas. “Están tratando de aprobar tres reformas clave, laboral, de pensiones y al sistema de salud, pero la coalición se desmoronó. Además, han sido golpeados por un escándalo sobre la financiación de su campaña, todo lo cual está afectando su popularidad y su capacidad para gobernar”, precisó.
Este analista, experto en la economía colombiana, no ve clara la aprobación de esas tres reformas. Desde su perspectiva, cree que la reforma que más puede pesar para la calificación del país es la de la salud, principalmente porque implica un gasto adicional del 0,6% del PIB, lo cual es manejable gracias a la reforma tributaria del año pasado.
Con respecto a la pensional, advierte sobre la cantidad de subsidios que se entregarían, dado que el Gobierno pagaría las mesadas de todos los cotizantes hasta tres salarios mínimos, al tiempo que habría más gastos para el pago del llamado pilar solidarios, que es destinado a los más pobres que no pudieron conseguir una pensión. A todo esto, se sumarían implicaciones negativas para la profundidad de los mercados de capitales locales.
“Insisto en que en este momento no está claro si el Gobierno podrá aprobar alguna de estas reformas. Veremos cómo se mantiene su popularidad. Vienen elecciones locales y regionales en octubre y creo que será una prueba clave para ver si el partido de Petro puede obtener ganancias o al menos mantenerse firme en esas elecciones. De lo contrario, existe la posibilidad de que pueda convertirse en un presidente lame duck, bastante temprano en su periodo de gobierno”, afirmó Francis.
La expresión “lame duck president”, común en el lenguaje político estadounidense, se usa para describir a un presidente o líder político que ha perdido influencia y poder debido a que su mandato se acerca a su fin y no puede buscar la reelección o ser reelegido en el cargo. En general, se refiere a un líder que se encuentra en la etapa final de su perIodo y enfrenta limitaciones políticas significativas debido a la falta de un mandato continuo y la percepción de que su tiempo en el cargo está llegando a su fin.
Por eso, es llamativo que el presiente Petro pueda caer en esa situación dado que apenas lleva un año de mandato. Generalmente, el lame duck president tiene dificultades para avanzar en su agenda política, ya que otros actores políticos pueden ser menos propensos a seguir sus liderazgos y pueden esperar la llegada del próximo líder, pues es una situación que suele presentarse al final de los periodos gubernamentales. A menudo, las decisiones y acciones de un presidente en funciones en esta etapa se ven afectadas por la transición de poder que está por venir.
Finalmente, Francis también se refirió a la fuerte desaceleración que está experimentando la economía colombiana, la cual atribuye, entre otros factores, a una especie de sobrecalentamiento que se estaba gestando entre 2021 y 2022, crecimientos por encima del 7 %, así como a la ‘agresividad’ del Banco de la República en su política de aumento de tasas y al ajuste fiscal que está en marcha.
Por eso, espera un crecimiento de solo 1,5 % este año y 1,2 % el entrante, al tiempo que señaló que la inflación es uno de los problemas clave en Colombia, pues aunque ha bajado, sigue siendo muy alta. “En julio, fue de 11, 7%, lo que implica que queda mucho camino por recorrer. Y creo que las razones detrás de ese dato son el muy alto nivel de indexación en Colombia y la subvención a los combustibles que están empezando a desmantelar”, reiteró.